miércoles, 31 de octubre de 2012

Efectos del cambio climático

Por Gerardo E. Alvarado León / galvarado@elnuevodia.com El azote de la “supertormenta” Sandy a la costa este de Estados Unidos hace obligatorio el recuerdo de los daños que en el 2005 causó el huracán Katrina, hecho que llevó a los estados del sur a encarar una nueva realidad: el planeta está cambiando y los ciclones son cada vez más fuertes y frecuentes. Ese, precisamente, es el reto que tienen ahora estados como Nueva York, Nueva Jersey, Massachusetts, Connecticut y Maryland -entre otros-, que deberán integrar en sus planes de mitigación políticas que atiendan el cambio climático y el calentamiento global. “Para minimizar los daños que puedan ocurrir en el futuro con un evento similar, lo primero que hay que aceptar es que los cambios en el planeta están ocurriendo. Eventos que geográficamente antes no se veían, ahora son probables”, dijo ayer la oceanógrafa Maritza Barreto, al mencionar que el aumento en el nivel del mar -a causa del deshielo en los polos- es uno de esos cambios. Aparte de la lluvia, nieve y vientos, la marejada ciclónica de Sandy fue devastadora. En Nueva York, por ejemplo, hubo olas de más de 14 pies, lo que ocasionó graves daños a la infraestructura del metro, trenes de cercanía y autobuses. El agua entró a siete túneles del metro y a los que unen a Manhattan con Brooklyn y Queens. También inundó y dañó ductos del sistema eléctrico. En Nueva Jersey, asimismo, unas mil personas de tres poblaciones quedaron atrapadas por las inundaciones provocadas por el desbordamiento de un dique. En Virginia Occidental hubo que cerrar 45 millas de autopista. Se estima que más de seis millones de casas y negocios se quedaron sin servicio eléctrico, desde las Carolinas hasta Ohio. “Gran parte de la costa este de Estados Unidos está bajo el nivel del mar o en terrenos ganados al mar, lo que hace a la región más vulnerable a la marejada ciclónica”, comentó el planificador urbano Jardany Díaz Salgado. En términos de mitigación, Díaz Salgado señaló que los estados tendrán que invertir en nueva infraestructura como, por ejemplo, estaciones de bombeo eficientes y diques más altos. Un factor que agravó las inundaciones es la sobrepoblación en la región afectada, donde se estima que viven entre 50 millones y 60 millones de personas. En estas megaciudades hay muchas áreas impermeables a causa de tanta construcción. Dicho en otras palabras, tanto cemento evita que el agua percole en el terreno naturalmente. Parte de la mitigación “En estas ciudades ocurre que los sistemas de alcantarillado pluvial se llenan muy rápido, ya que no están diseñados para acarrear tantos volúmenes de agua. Eso es algo que debería atenderse en la mitigación”, dijo el ingeniero Nelson Mattei, presidente de la Comisión de Desastres Naturales del Colegio de Ingenieros y Agrimensores. También debe analizarse si los diques de inundación están ubicados adecuadamente, ya que durante el paso de Katrina se evidenció que muchos estaban bajo el nivel del mar. En opinión del geomorfólogo José Molinelli Freytes, los estados afectados deben implementar o reforzar políticas que prohíban la construcción en áreas costeras. Una forma de desalentar esa práctica es advertirle a la gente que, si construye en la costa, no podrá comprar seguros por inundación ni recibirá ayudas federales en casos de emergencia. “Otra medida de mitigación sería construir casas en postes sobre el nivel de marejada o reubicar las casas de madera. En Estados Unidos, las casas de madera pueden mudarse de un lugar a otro mucho más fácilmente que en Puerto Rico”, comentó el profesor.

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