29 Octubre 2010
Peligroso adelantar el parto
Eleva la tasa de cesáreas y de cuadros respiratorios neonatales
Por Paula Leighton N. / El Mercurio/ GDA
Para que el médico pueda acomodar el día del parto en su apretada agenda, para que el padre alcance a estar en el país antes de partir a un viaje de negocios y porque la madre está cansada por lo prolongado del embarazo. Las causas para la inducción electiva del parto - es decir, sin que haya un problema médico de por medio y antes de que empiecen de forma natural las contracciones- son múltiples. Y cada vez más frecuentes, según advierten obstetras y ginecólogos.
“Electiva significa que es por conveniencia de la madre, del obstetra o de quien sea. Y por eso regularlo es una tarea difícil”, advierte el doctor Ronald Burkman, presidente del distrito I del American College of Obstetrician and Gynecologists (Acog), al que pertenece Chile y que actualmente busca establecer en los Estados Unidos. políticas que restrinjan estos procedimientos.
El fenómeno preocupa porque se registra antes de las 39 semanas, mientras que se sabe que el momento ideal para el parto es entre las 39 y 41 semanas.
“Cada vez es más claro que no sólo hay un riesgo para los bebés que nacen entre las 34 y 37 semanas. También hay un mayor riesgo para los que nacen en el período entre las 37 semanas y las 38 semanas y seis días”, dijo durante el congreso el doctor Richard Waldman, presidente de ACOG.
La inducción electiva del parto fue uno de los principales temas abordados en la II Reunión Anual de la ACOG y de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología.
El doctor Iván Rojas, jefe de Obstetricia y Neonatología de la Clínica Santa María, prefiere llamarlo “interrupción del embarazo”.
“Esa definición impone mucha mayor responsabilidad sobre la decisión, porque ésta implica interrumpir un proceso natural ingresando directamente a la mujer al hospital para hacerle una cesárea electiva o usando fármacos por vía oral, transvaginal o endovenosa para iniciar abruptamente las contracciones y modificaciones uterinas, que en forma natural se inician lentamente”.
La salud en peligro
Para la madre y el hijo el costo de un parto antes de las 39 semanas puede ser alto. “En el caso de la mujer, cualquier inducción aumenta el riesgo de cesárea en al menos 20 o 25%, lo que implica riesgos. Por ejemplo, si tiene varias cesáreas puede enfrentar serios problemas de hemorragias y dificultades quirúrgicas”, dice el doctor Burkman.
Para el recién nacido, agrega el doctor Rojas, el cuadro más frecuente es el distrés respiratorio transitorio, que se produce por inmadurez del sistema respiratorio y que requiere cuidados neonatales especiales.
En ambos casos, aumenta también el tiempo de hospitalización y también sus costos. ¿Por qué entonces no esperar unos días más?
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viernes, 29 de octubre de 2010
domingo, 29 de agosto de 2010
Pocos médicos para partos prematuros
29 Agosto 2010
Pocos médicos para partos prematuros
Sólo siete galenos en la Isla para atender unos 8,000 casos al año
Por Marga Parés Arroyo / mpares@elnuevodia.com
A pesar de que Puerto Rico tiene la tasa más alta de partos prematuros en comparación con Estados Unidos -el 19.7% de los 44,000 alumbramientos anuales- sólo hay siete médicos con la preparación para atender esos casos.
La escasez de estos especialistas en Medicina Materno Fetal provoca el retraso en la atención y la aplicación de tratamientos necesarios para el bienestar de la madre y el bebé, explicó el doctor William Ramírez Cacho, uno de los expertos en esa rama de la medicina, dirigida a la asistencia en el cuidado prenatal cuando se detectan anomalías en el feto o condiciones preexistentes de la madre que podrían complicar el embarazo.
“El hecho de que muchas madres, especialmente aquellas que siguen una carrera profesional, decidan tener hijos después de los 35 años trae unos riesgos en los embarazos, como una mayor probabilidad de (bebés con) Síndrome Down”, sostuvo Ramírez Cacho.
La tasa de partos en Puerto Rico ha bajado de 60,000 hace unos años a 44,000, según datos del Departamento de Salud. Sin embargo, continúa entre los primeros tres lugares a nivel mundial, según la entidad March of Dimes.
La escasez de los especialistas que pueden atender esos casos es más notable al comparar el grupo que ejerce en la Isla con el de estados norteamericanos que tienen una población similar. Para casi cuatro millones de habitantes, aquí sólo ejercen Edilberto Martínez, Lauren Lynch, William Ramírez Cacho, Alberto de la Vega, Jesús Alvarez Pérez, José Gratacós y Juan Castañer.
Poblaciones similares, como la de Colorado, cuenta con 26 especialistas de este tipo para una población de cinco millones de habitantes. El estado de Nuevo México cuenta con 12 especialistas para una población de dos millones de habitantes. En Estados Unidos hay 1,800 en total.
“Somos pocos y, aunque trato de acomodar a las pacientes que me llegan lo más pronto posible, a veces una semana hace la diferencia en los procedimientos que este tipo de paciente amerita”, sostuvo Ramírez Cacho, quien asistió en el reciente parto y cuidado prenatal de las siamesas que nacieron en Bayamón.
El galeno reveló que 60 puertorriqueños cuentan con esa subespecialidad de la residencia en Obstetricia y Ginecología, que requiere un entrenamiento adicional de unos tres años. Sin embargo, la mayoría ha optado por ejercer en Estados Unidos, donde las oportunidades de trabajo son mejores y donde, según dijo, los hospitales y el personal médico están más conscientes de la importancia de esta especialidad.
Explicó que la tendencia en Estados Unidos es que toda embarazada visite a un especialista en Medicina Materno Fetal, al menos, una vez durante el embarazo. Generalmente, esta visita se realiza para las 18 semanas de gestación para aumentar la probabilidad de detectar anomalías congénitas.
Por su parte, Martínez señaló que “la remuneración para nuestros servicios es mucho menor que en los Estados Unidos. Además, el trabajo es mucho, hay mucho volumen de pacientes”, dijo al comentar que la vulnerabilidad de la impericia médica también provoca que muchos de estos especialistas opten por ejercer en los Estados Unidos, donde la cubierta contra reclamaciones médico- legales es mayor.
“Los (expertos en esta rama de la medicina) que nos quedamos es por razones personales o intereses en la academia porque el trabajo es duro y hay que batallar mucho con los planes médicos porque, lo que pagan en las tarifas, no compensa con el entrenamiento, el esfuerzo y la complejidad de los procedimientos”, sostuvo Martínez, quien también es profesor en las tres escuelas de medicina del País.
Pocos médicos para partos prematuros
Sólo siete galenos en la Isla para atender unos 8,000 casos al año
Por Marga Parés Arroyo / mpares@elnuevodia.com
A pesar de que Puerto Rico tiene la tasa más alta de partos prematuros en comparación con Estados Unidos -el 19.7% de los 44,000 alumbramientos anuales- sólo hay siete médicos con la preparación para atender esos casos.
La escasez de estos especialistas en Medicina Materno Fetal provoca el retraso en la atención y la aplicación de tratamientos necesarios para el bienestar de la madre y el bebé, explicó el doctor William Ramírez Cacho, uno de los expertos en esa rama de la medicina, dirigida a la asistencia en el cuidado prenatal cuando se detectan anomalías en el feto o condiciones preexistentes de la madre que podrían complicar el embarazo.
“El hecho de que muchas madres, especialmente aquellas que siguen una carrera profesional, decidan tener hijos después de los 35 años trae unos riesgos en los embarazos, como una mayor probabilidad de (bebés con) Síndrome Down”, sostuvo Ramírez Cacho.
La tasa de partos en Puerto Rico ha bajado de 60,000 hace unos años a 44,000, según datos del Departamento de Salud. Sin embargo, continúa entre los primeros tres lugares a nivel mundial, según la entidad March of Dimes.
La escasez de los especialistas que pueden atender esos casos es más notable al comparar el grupo que ejerce en la Isla con el de estados norteamericanos que tienen una población similar. Para casi cuatro millones de habitantes, aquí sólo ejercen Edilberto Martínez, Lauren Lynch, William Ramírez Cacho, Alberto de la Vega, Jesús Alvarez Pérez, José Gratacós y Juan Castañer.
Poblaciones similares, como la de Colorado, cuenta con 26 especialistas de este tipo para una población de cinco millones de habitantes. El estado de Nuevo México cuenta con 12 especialistas para una población de dos millones de habitantes. En Estados Unidos hay 1,800 en total.
“Somos pocos y, aunque trato de acomodar a las pacientes que me llegan lo más pronto posible, a veces una semana hace la diferencia en los procedimientos que este tipo de paciente amerita”, sostuvo Ramírez Cacho, quien asistió en el reciente parto y cuidado prenatal de las siamesas que nacieron en Bayamón.
El galeno reveló que 60 puertorriqueños cuentan con esa subespecialidad de la residencia en Obstetricia y Ginecología, que requiere un entrenamiento adicional de unos tres años. Sin embargo, la mayoría ha optado por ejercer en Estados Unidos, donde las oportunidades de trabajo son mejores y donde, según dijo, los hospitales y el personal médico están más conscientes de la importancia de esta especialidad.
Explicó que la tendencia en Estados Unidos es que toda embarazada visite a un especialista en Medicina Materno Fetal, al menos, una vez durante el embarazo. Generalmente, esta visita se realiza para las 18 semanas de gestación para aumentar la probabilidad de detectar anomalías congénitas.
Por su parte, Martínez señaló que “la remuneración para nuestros servicios es mucho menor que en los Estados Unidos. Además, el trabajo es mucho, hay mucho volumen de pacientes”, dijo al comentar que la vulnerabilidad de la impericia médica también provoca que muchos de estos especialistas opten por ejercer en los Estados Unidos, donde la cubierta contra reclamaciones médico- legales es mayor.
“Los (expertos en esta rama de la medicina) que nos quedamos es por razones personales o intereses en la academia porque el trabajo es duro y hay que batallar mucho con los planes médicos porque, lo que pagan en las tarifas, no compensa con el entrenamiento, el esfuerzo y la complejidad de los procedimientos”, sostuvo Martínez, quien también es profesor en las tres escuelas de medicina del País.
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