miércoles, 10 de agosto de 2011

Inusual alza de temblores

por Leysa Caro González,

Se trata de una zona donde se registran un promedio de tres temblores diarios. Pero, en los pasados 11 días, en la región del Cañón de Mona y la Falla Septentrional, al noroeste de la Isla, han ocurrido 193 movimientos sísmicos.

Son casi 200 sismos localizados por las estaciones ubicadas en el mar, pero la cifra podría duplicarse con aquellos movimientos que no son registrados por el equipo debido a su lejanía.

La situación no sólo ha provocado suspicacia entre los expertos de la Red Sísmica, que monitorean la actividad registrada en la zona 24 horas al día, sino que provocó un llamado de alerta a la ciudadanía por parte del Gobierno, que una vez más exhortó a la gente a tener un plan de emergencia.

“Desde finales de julio, hemos tenido una actividad inusual en esa zona. Es un aumento en la secuencia sísmica de la zona que significa que, sin previo aviso, aumentó de uno a dos movimientos diarios a más de diez y a par de docenas por días”, señaló Víctor Huérfano, director de la Red Sísmica de Puerto Rico.

Sostuvo que el aumento en la actividad sísmica no es para crear “histeria” ni mucho menos señal de que algo va a ocurrir, pero de que hay que estar vigilantes, sin duda, es necesario. Con él coincidió el doctor José Molinelli Freytes, geomorfólogo.

“Aunque haya toda esta actividad, no quiere decir que va a ocurrir un terremoto mayor, pero tampoco se puede descartar. Algunos temblores en el mundo vienen precedidos por enjambres, pero en la mayoría de los casos no pasa nada”, expuso Molinelli Freytes.

Lo extraño e irregular no es el enjambre registrado, que no es otra cosa que una serie de actividad microsísmica en que ocurren muchos temblores de una magnitud similar y en una misma zona, sino que en esta ocasión dicha actividad ha persistido por 11 días cuando usualmente no se extiende por más de 72 horas, explicó Huérfano.

“La explicación que te puedo dar es la relación entre esas fracturas del Cañón de la Mona y la Falla Septentrional recibiendo un empujón de la placa de la Trinchera. Eso es normal; el movimiento está”, dijo el experto respecto al enjambre.

Mientras, buscan respuesta a esa continuidad por 11 días. “No se sabe. Lo que sabemos es que es la respuesta de las fallas al empuje de la placa mayor... Estamos analizando, el equipo científico, se está investigando y buscando explicaciones”, comentó.

Los eventos sísmicos han alcanzado magnitudes entre 1.6 y 4.6. La secuencia se ha caracterizado por la ocurrencia de temblores menores, o sea, sismos con magnitudes entre los 3.0 y 3.9. No obstante, se registraron dos temblores de magnitudes 4.6 y 4.3 en los días 28 de julio y el 6 de agosto, respectivamente.

Los eventos fueron reportados como sentidos, principalmente por residentes de la zona oeste. La mayoría de los movimientos se ha concentrado en profundidades superficiales, menores de 40 km.

El Cañón y el Pasaje de Mona están compuestos por una serie de fracturas y fallas geológicas activas. Se extienden hacia el norte, alcanzando la Falla Septentrional, la cual recorre a lo largo de la República Dominicana.

En estas zonas sísmicas han ocurrido eventos significativos en el pasado, que incluyen un terremoto el 11 de octubre de 1918 en el Cañón de la Mona, de una intensidad de 7.3, y otro el 29 de julio de 1943 con 7.8 de magnitud.

Es un recordatorio

Sin duda, el aumento en la actividad sísmica de la región del Cañón de la Mona y la Falla Septentrional es un recordatorio de lo vulnerable que somos.

“No es evidencia de que Puerto Rico va a temblar en un corto plazo. No se puede decir que va a ocurrir, pero tenemos que pensar en lo que ha ocurrido en el pasado”, expresó.

La actividad sísmica de la Isla se concentra en ocho zonas: la Trinchera de Puerto Rico, las fallas de la pendiente norte y sur, la Zona del Sombrero al noreste, el Cañón de la Mona al oeste, el Pasaje de la Mona, las depresiones de Islas Vírgenes y Anegada al este, la depresión de Muertos al sur y otra al suroeste.

Tanto La Española como las Islas Vírgenes tienen el potencial de generar eventos de una magnitud tal que pueden llegar a sentirse en Puerto Rico y que pueden llegar a ser tsunamigénicos, o sea, capaces de generar tsunamis.

En caso de tsunami, en Puerto Rico, al tratarse de una isla, los riesgos tienden a ser mayores, especialmente en aquellos pueblos costeros, no sólo por el impacto directo de las olas que podrían recibir, sino también porque en las costas las estructuras están cimentadas sobre arena o rellenos que amplían el impacto de las vibraciones sísmicas.

De esto surge la necesidad de tener un plan familiar para enfrentar la emergencia. “A mediano y largo plazo, sí puede haber un terremoto mayor en cualquier momento por la situación geográfica y por la historia sísmica regional en la que Puerto Rico está enclavado”, señaló Molinelli Freytes.

El geomorfólogo explicó que el plan no es para reducir el daño que siempre va a ocurrir, sino para saber cómo uno va a responder para tratar de reducir la pérdida de vida y propiedad que siempre puede ocurrir.

“Lo importante es que se sepa que en caso de un terremoto mayor, la Defensa Civil es cada ciudadano, que no podemos sentarnos a esperar que vengan a ayudarnos. Ningún gobierno en el mundo puede responder a todas las necesidades de la población simultáneamente”, apuntó el también catedrático de la Universidad de Puerto Rico.

El director ejecutivo de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Aemead), Heriberto Saurí, también exhortó a las personas a tener sus planes de emergencia, así como revisarlos periódicamente con sus familiares.

“Debemos estar conscientes de que Puerto Rico tiene una actividad sísmica constante, característica de nuestra región. Por tal razón, debemos estar preparados con nuestros planes de emergencias y saber qué hacer en caso de que ocurra un terremoto”, dijo el funcionario.

Ayer, la actividad sísmica en la zona norte del país, muy compleja, de acuerdo con los expertos, parecía volver a la normalidad, pero la Red Sísmica, como siempre, sigue al pendiente de cada movimiento que se registra.

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