jueves, 21 de julio de 2011

Séptima masacre del año

Por Miguel Rivera Puig,

No fueron pocos los vecinos de la urbanización Borinquen Gardens, en Cupey, que temiendo por su vida se lanzaron al piso cerca de la 1:00 de la madrugada de ayer cuando un grupo de narcosicarios tomaron la carretera 199 como campo de batalla y asesinaron a tres individuos, en lo que la Policía atribuye a diferencia entre bandos de Trujillo Alto y Cupey, que perpetraron la séptima masacre del 2011.


Los sicarios iban en dos vehículos y un testigo vio cuando se le atravesaron a una guagua Nissan Pathfinder y a un Honda color gris. De uno de los vehículos salió un sicario con un rifle de asalto AK-47 y abrió fuego mientras del interior de los vehículos al menos tres pistoleros más dispararon en los carriles que conducen de Este a Oeste.
Se estima que el objetivo principal de la emboscada era Santos Joel Díaz Camacho, de 26 años de edad, con domicilio en la calle 22, en la urbanización Villas del Caney, en Trujillo Alto.
Santos Joel manejaba la guagua Pathfinder, registrada a nombre de una casa de alquiler y la cual tiene un gravamen por deuda. Supuestamente Santos Joel controlaba algunos puntos del Residencial Nuestra Sra. de Covadonga, en Trujillo Alto y era parte de una organización con ramificaciones en Jardines del Paraíso y en Cupey.
Santos Joel haba sido arrestado en varias ocasiones desde el 2005, una por violar la Ley de Armas otra pos cargos relacionados a un vehículo hurtado y dos por violencia de género. Murió en el acto y en la guagua los agentes ocuparon una pistola Glock calibre .40 y dos peines de bala. No tuvo tiempo de disparar el arma al ser atacado.
En el Honda modelo del 2004 que fue hurtado en University Gardens en mayo quedaron los cadáveres baleados del conductor Kevin Soto Román, de 26 años, vecino de la calle San Gregorio, en la urbanización Altamesa, en Río Piedras, quien tuvo un caso de violencia doméstica y el pasajero Juan Antonio Rosario García, de 21 años de edad, vecino del edificio 2 en Nuestra Sra. de Covadonga, quien no tenía antecedentes penales. Ninguno estaba armado.
En la escena los investigadores del Instituto de Ciencias Forenses levantaron un centenar de casquillos de diversos calibres y horas después una llamada llevó a los agentes al camino Los Morcelo, en Caimito, donde se ocupó el Honda que usaron los sicarios, con cerca de 20 casquillos .40 en su interior, una bala de AK-47, un cristal roto y sangre.
Se trataba de conseguir a un vecino de Los Paseos que pasaba por el lugar en un automóvil deportivo, cuya carrocería fue impactada por las balas y quien del susto tuvo un choque antes de llegar a su casa.
La investigación avanzaba lenta y la Policía había recibido pocas confidencias, algunas de ellas anunciando supuestas venganzas.
La masacre anterior ocurrió el 25 de mayo en el barrio Tortugo, con cuatro víctimas, y la misma no ha sido esclarecida aunque se atribuye al temido fugitivo estatal y federal Miguel (Bolo) Díaz Rivera.
De las siete masacres tres han ocurrido en San Juan, la otra de ellas el 19 de marzo cuando fue ultimada la joven embarazada Lorenis Mejías y sus dos hijos, en el complejo de viviendas San Juan Park, hecho que tampoco ha sido esclarecido.
De los 630 asesinatos informados hasta la tarde de ayer -97 más que en el 2010- en la Ciudad Capital se han escenificado 143 aumento de 29 comparado con el año anterior.
En la Región Policíaca de San Juan y en el horario de 8:00 de la noche a 4:00 de la madrugada han ocurrido 68 de los asesinatos; en el horario de 12:00 del mediodía a 8:00 de la noche 48 y 27 entre las 4:00 de la madrugada y las 12:00 del mediodía.
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