martes, 12 de julio de 2011

Nadie evitó el crimen de la niña Irianis Montañés Claudio pese a las alertas

por Maribel Hernández Pérez


Alertas que nadie atendió.

La niña Irianis Montañés Claudio, de cuatro años, quien estaba en el medio de la separación de sus padres y fue utilizada como una ficha de coacción entre éstos, quienes estaban separados tras una contenciosa relación de pareja, fue la víctima inocente de este conflicto sin que nadie interviniera para evitarlo.

Hubo un incidente previo de privación de custodia, alegadas amenazas de muerte, mensajes directos e indirectos en los que el individuo quería obligar a la mujer a que se reconciliaran; otros pidiendo perdón por sus intenciones y hasta una alegada advertencia, aún sin confirmar por parte de las autoridades, en la que Irianis, alegadamente, llamó a su abuela para pedirle que la recogiera porque su padre estaba loco. Ninguna de las advertencias fue suficiente para que fuera protegida.

El domingo en la madrugada, Pedro Montañés Martínez, de 30 años, ahorcó a la menor y luego se privó de la vida del mismo modo, al intentar retener la custodia de su hija para manipular a su ex pareja, Iris M. Claudio Santiago, de 24 años de edad, y de quien llevaba separado poco tiempo.

Fueron numerosas las señales que envió Montañés Martínez sobre la crisis emocional por la que atravesaba, las cuales comenzaron a observarse durante el 2006, cuando fue acusado por la madre de la menor de haberla amenazado de muerte. La mujer retiró la querella.

Hace varias semanas, Claudio Santiago decidió separarse luego de un altercado en el que se llegó hasta el maltrato físico. Otros familiares alegaron que el hombre llegó a decir que si ella no volvía con él, iba a matar a Irianis.

El primer fin de semana de julio, el hombre ya había intentado quedarse con la nena, luego que su ex pareja se la dejara cuidando mientras iba a trabajar. Fue necesario que la mujer acudiera al cuartel de la Policía de San Lorenzo para que Montañés se la entregara.

Sin embargo, nuevamente el sábado, le dejó bajo su cuidado para irse a trabajar.

La coronel Lilliam Rivera, directora regional de Caguas, explicó que el sábado la madre de la menor radicó una querella y pidió ayuda en el cuartel de San Lorenzo, ya que el padre de Irianis no la había entregado a las 9:00 p.m., como habían acordado.

A esa hora, la mujer estaba todavía trabajando, pero envió a su padre, Rafael Claudio, y a su hermano, del mismo nombre, a recogerla en la residencia de los abuelos paternos de la menor en el barrio Espino, en San Lorenzo.

“Él se niega a entregarla, porque él quería hablar con ella primero, y ella no le contestaba. Ellos van al cuartel, la (querella) la atendió el policía José A. Gastón Rivera, y va a la única dirección que presentó. Se entrevista con el papá de él, hasta lo consigue por teléfono, quedan en un acuerdo de que iría al cuartel porque quiere hablar con ella para entregarle la nena”, detalló Rivera.

Como Montañés Martínez dijo que estaba en el pueblo con la nena, el agente recorrió el lugar sin localizar, el auto Toyota Tercel de cuatro puertas, color verde, en el que viajaban.

Gastón Rivera regresó al cuartel y le indicó al sargento de turno lo que estaba sucediendo y orientaron a la mujer para que le radicara una querella por violencia doméstica y por maltrato psicológico, pero ella no tomó acción ninguna.

El policía refirió el caso a la División de Violencia Doméstica de la región de Caguas, donde fue citada la pareja a comparecer el domingo a las 9:00 a.m., y al Departamento de la Familia.

“No había orden, no había recurrido al tribunal para establecer las relaciones paterno- filiales, por lo que no podíamos entender que era un caso de privación de custodia”, añadió Rivera.

A eso de las 4:30 a.m., Montañés Martínez fue a la casa de su ex pareja, Yasaira Ortiz, a quien le indicó que lo perdonara por lo que iba a hacer y le manifestó que la amaba a ella y a los hijos que procrearon. La mujer tampoco escuchó y se acostó a dormir.

A las 4:40 a.m., el tío materno de la nena recibió un mensaje de texto en el que, por última vez, Montañés le pedía a su ex pareja que se comunicara con él para indicarle el lugar en donde le entregaría a su hija.

Poco después, ocurrió la trgedia.

Por el momento, las autoridades, investigaban la veracidad de las declaraciones de la abuela de la menor, sobre la llamada que, según alega, le hizo la niña.

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