martes, 12 de julio de 2011

Cuelga de un hilito la salud del pueblo

por Rosita Marrero


Nilda Ramírez Soto, una paciente de la Reforma, acudió a la oficina de Medicaid de Santurce para solicitar la renovación de su tarjeta con el temor y la incertidumbre de si continuarían los servicios médicos bajo Mi Salud, ante los truenos del posible colapso del sistema de salud público.

El pasado jueves, la mujer escuchó en las noticias el anuncio del secretario de Salud, Lorenzo González, de que cancelaban el contrato con la aseguradora MCS, la cual tenía bajo su cubierta la prima de 800 mil vidas. Poco después, la gerencia de la aseguradora ripostó que fue ella la que decidió cancelar la relación con Salud, debido a una discrepancia con las tarifas médicas. En el medio, quedaron los pacientes.

“Me preocupa, claro que me preocupa. Yo lo que cojo son $400 del seguro social”, dijo al preguntársele en torno a la situación imperante con Mi Salud.


Explicó que debido a un accidente sufrido hace siete años, en el que se lesionó la espalda, no puede trabajar. Además, confronta dificultades con su visión debido a su condición de albinismo.

Con los $400, se supone que pague $325 de renta, más agua, luz y teléfono.

“Yo no cojo cupones ni nada, y estoy pagando una deuda de $1,000 de agua. Pago $78.00 mensuales de la deuda y $69 que vienen de la mensualidad”, expuso Ramírez, sin lograr explicar cómo es que puede cubrir todo lo que mencionó con el exiguo ingreso.

Para completar, sostuvo que confronta un eterno problema con la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) ya que le cobra también “por el servicio de una vecina” que tiene conectada a su contador.

“Visito médicos cada tres meses porque padezco de la tiroides y de presión alta. Si se cae la tarjetita, no sé qué va a pasar. Si uno no tiene salud, ¿con qué va a luchar?”, cuestionó sin esperar respuesta.

Karelis, de tres años, Jackdiel y Carlos, ambos de seis, jugaban y reían inocentemente, ajenos a las preocupaciones de sus padres, Shakira Pagán y Víctor Pérez, quienes se encontraban en tediosa espera, confiados en que podrían renovar la tarjeta de salud de sus hijos.

“Oí las noticias sobre la polémica (...) de la cancelación del contrato (de MCS). Escuché que había un plazo de 90 días, y que ya no están pagando la tarjeta, pero creo que quedará APS y Humana. Como dicen por ahí, salud es vida. Yo espero que el Gobierno resuelva eso”, dijo.

¿Cuán necesaria es esa tarjeta, en su caso?

“Es necesario tener la tarjeta. Yo fui cesanteado por una compañía que no pertenece al Gobierno. He buscado trabajo hasta en los fast foods ,pero como el Gobierno está tratando de acomodar a las personas (que botaron), ahí se me hace más difícil a mí. Yo vine comoquiera a la revisión, no estaba seguro”.

Luz Amparo Rosario también aguardaba su turno para la revisión de la tarjeta de sus tres hijas.

“La nena mía chiquita es la más que la usa, debido a su tratamiento de asma”, dijo con expresión de preocupación.

¿Te preocupa que Salud haya cancelado el contrato con MCS?

“Me preocupa, porque con lo que yo me gano eso no me va a dar para mucho”, dijo.

Ante la posibilidad de que se caiga Mi Salud y de que los proveedores se nieguen a atenderlos, Rosario comentó: “Tendré que buscar otra manera, no sé cómo. Soy ama de casa y mi esposo está incapacitado”.

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