por Sara M. Justicia Doll
Con la discusión pública sobre la amenaza de especies exóticas en nuestra isla, surge también la preocupación de si existen o no antídotos para picadas o mordeduras de animales, sobre todo en la época veraniega, cuando las familias hacen turismo interno en parques y áreas naturales.
El personaje que en estos momentos produce la picada más dolorosa es el temido pez león. Este pez solitario, que usualmente se ubica en el fondo cercano a las rocas marinas, es muy atractivo por su colorido. Sin embargo, quien toque una de sus finas aletas puede sufrir uno de los dolores más terribles de su vida.
La enfermera Elba Hernández, del Centro de Control de Envenenamiento de Puerto Rico, advirtió que, si alguien sufre una picada de pez león, debe ser llevado, de inmediato, a recibir asistencia médica.
El tratamiento incluye antibiótico, antiinflamatorio, analgésico, antitetánica y elevación de la extremidad (brazo o pierna) donde está el área afectada. También ésta debe ser sumergida en agua tan caliente como el perjudicado pueda tolerar.
El antídoto sólo está disponible en Australia y, si fuese necesario, habría que conseguirlo para niños o ancianos, se informó. Éste es el único animal que requeriría antídoto, si la picada fuese de gravedad. Afortunadamente, las menos severas son tratables.
Ojo a las aguasvivas
En la playa, otro de los ataques más temidos es el de las aguas- vivas.
Contrario a la percepción popular, el orín o el agua de mar lo único que hacen es activar lo inyectado por los tentáculos del animal. Lo indicado para contrarrestar el ardor y calor que produce dicha picada es aplicar vinagre blanco o rojo, lo que ayuda a desactivar el veneno.
En términos generales, en Puerto Rico se pueden manejar todas las picadas, pero es importante que la persona observe el desarrollo del área.
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