Dennis Jones
La Española, una isla divididaŠ dos naciones, dos pueblos, dos historias y dos rumbos.
Después del devastador terremoto de enero del 2010, los haitianos siguen emigrando para poder sobrevivir y muchos van a la vecina República Dominicana. En suelo dominicano, algunos trabajan en los bateyes, cortando y
recogiendo caña de azúcar y otros trabajan en el corte del banano, para luego empacarlo y enviarlo a Europa.
En Peñuelas Cachao, en la provincia de Mao, la Reserva del Ejercito de Estados Unidos construye una clínica. Hasta allí llegamos en asignación especial junto a los militares y nos encontramos con varios haitianos que
sólo llevaban algunos ocho meses en la República Dominicana.
Sus casas son humildes, de madera tan finita que al tocarla parece que tocas papel. Hay unos alambres por donde se supone se transmita corriente eléctrica.
Una madre baña a su retoño. Una niña batalla con el cabello de su hermana, mientras los demás observan a los extranjeros llegar.
Algunos de los que acaban de cruzar la frontera, son detenidos por la 4ta brigada del Ejercito Nacional Dominicano. Su destino es la deportación.
Seguro que trataran de volver a cruzar la frontera, Después de todo su mano de obra a bajo costo es preciada en este lado de La Española.
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