martes, 7 de junio de 2011

Médico sufre de impericia médica

Médico sufre de impericia médica
martes, 7 de junio de 2011
Maritza Díaz Alcaide / Primera Hora
Los médicos también lloran... y piden millones de dólares al ser víctimas de presunta impericia médica.

Primera Hora supo que el vicepresidente de la Asociación Médica de Puerto Rico, Raúl Yordán, mantiene activa una demanda contra el hospital Ashford Presbyterian y uno de sus doctores, pese a que su organización favorece y defiende a brazo partido que a las víctimas de impericia se les reduzcan el monto de sus compensaciones.

Yordán Rivera y su esposa, la doctora Ilsa J. Figueroa-quien también figura en la Asociación como su secretaria, también demandaron al hotel Marriott, a la compañía Axtmayer, que opera el hotel, y a Varela Parking Services, que maneja el estacionamiento de la hospedería, tras el oftalmólogo sufrir un accidente en el Courtyard Marriott de San Juan el 11 de noviembre de 2009.

La demanda se presentó en noviembre de 2010 y asciende a $6 millones.

Yordán alega haber experimentado no sólo daños físicos, sino también “graves daños emocionales”, un reclamo que está ahora mismo en controversia ante el interés del Gobierno de establecer un tope de sólo $250 mil para pagar por angustias mentales o daños no económicos de parte de las víctimas y todos sus familiares, a menos que éstos no sean producto de una “negligencia crasa o daño intencional”.

La demanda de Yordán y Figueroa se consideraría bajo la ley vigente, pero el presidente de la Asociación de Víctimas de Impericia, el licenciado Raúl González, anticipa que, de ganar, los demandados pedirán que la sentencia se fije de acuerdo con lo que dice el Proyecto del Senado 2195, si es que éste es aprobado.

En esa medida, la “negligencia crasa” se define como un acto u omisión de tal naturaleza “que demuestra un claro menosprecio del estándar de cuidado profesional”.

El parámetro utilizado para medir la conducta, según la propia legislación, sería el uso de bebidas embriagantes o drogas narcóticas.

Yordán Rivera perdió “en gran parte” el uso de su brazo izquierdo luego de caerse en los predios del Courtyard Marriott.

El oftalmólogo caminaba hacia la entrada del hotel cuando tropezó con un cable que estaba tirado en el piso. El médico se agarró de un carrito de maletas para evitar dar contra una pared de cristal y cemento, pero en ese momento se produce un desplazamiento de su hombro izquierdo, con fractura de la cabeza del húmero.

Lo que transcurrió después y se relata en la demanda parece una comedia de errores.

Se llamó una ambulancia para que lo atendería y nunca llegó.

Su esposa lo llevó a la sala de emergencia del Ashford, donde lo atendió el doctor José Dueño.

En el recurso legal se señala que Dueño le diagnóstico “erróneamente” que se había dislocado el brazo, específicamente la cabeza del húmero. Supuestamente, le manipuló la extremidad sin tomar en cuenta que en realidad el médico había sufrido una fractura.

Para sí, Yordán reclama $5 millones, incluyendo los daños que les adscribe al hotel y a las empresas vinculadas a esa hospedería.

La compensación solicitada, de acuerdo con el recurso legal, va dirigida a paliar “los daños físicos, los sufrimientos físicos, los sufrimientos morales, la pérdida de movilidad en su cuerpo, la pérdida de actividades y funciones que antes eran normales, gastos, necesidad de dedicarle tiempo considerable a su rehabilitación, pérdida de ingresos actuales y potenciales, así como lucro cesante y una proyección futura de daños y pérdidas”.

La esposa pide $1,000,000 para ella “por lo sufrido emocionalmente”, por gastos y por el tiempo considerable que le ha dedicado a la rehabilitación de su esposo.

Cabe señalar que si se enmienda la ley, los $250 mil máximo para compensar los daños mentales se los tendrían que repartir el demandante principal y su familia.

Primera Hora supo que el caso de Yordán Rivera sufre las mismas dilaciones de otros casos de impericia y daños por accidentes.

Los demandantes están en busca incluso de peritos para sustentar su demanda.

La demanda de los oftalmólogos de Carolina sirve, de otra parte, para evidenciar que las personas con mayor poder adquisitivo son las que, en última instancia, habrán de recibir una mayor compensación por daños económicos o pérdidas de ingresos.

El P. del S. 2195 no contempla ningún tope para ingresos dejados de percibir mientras la persona ha estado en tratamiento médico.

Los daños económicos también incluyen los médicos hospitalarios, medicamentos y otros de esa misma índole.

Para el próximo 13 de junio está citada una conferencia con antelación al juicio en el caso de Yordán Rivera.

La jueza que ve la demanda es Olga Iris García Vincenty.

“Éste es un ejemplo de que la impericia les toca a todos. Nadie está exento de una impericia médica aunque los médicos crean que a ellos no les va a pasar... Si te toca, te toca”, dijo el presidente de la Asociación de Víctimas de Impericia Médica.

González le deseó suerte en su demanda al doctor Yordán Rivera y lo invitó a que se una a las víctimas de impericia y se exprese en contra del Proyecto del Senado 2195.

Primera Hora llamó al médico a su oficina, pero éste no respondió al pedido de entrevista de parte de este diario.

El pasado 13 de mayo, el presidente saliente de la Asociación Médica de Puerto Rico Rolance G. Chavier escribió una columna en la que sostuvo que el acceso a los médicos especialistas y subespecialistas en salas de emergencias y hospitales privados está sumamente limitado, sobre todo en las ramas quirúrgicas.

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