lunes, 23 de mayo de 2011

Doble asesinato por una colindancia

23 Mayo 2011

Doble asesinato por una colindancia
Madre e hijo son asesinados

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Un agente de la Policía presta vigilancia frente a la casa arecibeña donde se produjo el trágico evento entre vecinos. Hasta el momento, las autoridades cuentan con varios testigos que pudieran colaborar con sus testimonios a esclarecer el doble crimen.
(El Nuevo Día / Mariel Mejía Ortiz )Por Daniel Rivera Vargas / end.drivera2@elnuevodia.com

ARECIBO – Cintas amarillas de la policía entre las verdes matas, manchas oscuras de sangre en el suelo y una banda roja de cabello con la bandera de Puerto Rico yacían ayer frente a la residencia donde, por una disputa de colindancia, fueron asesinados en la noche del sábado una mujer y su hijo.

La madre fue identificada como la ama de casa María Victoria Olivero Serrano, de 51 años, y su hijo es el técnico de refrigeración José Olmo Olivero, de 32 años, según la Policía.

Fueron asesinados el sábado a las 10:25 p.m. al lado de la residencia de Olivero Serrano, en el sector Villas de Garrochales de Arecibo, mientras la dama discutía con una vecina por la verja que los separa, según se desprende de la investigación policiaca.

“Ella recibió un disparo en el tabique, en la nariz, en el medio de los ojos, con salida por el cuello... no fue a quemarropa, pero fue a corta distancia”, dijo el teniente Reynaldo Jiménez Padró, director de homicidios de la región de Arecibo. “El hijo recibió dos impactos en el pecho”.

Según la investigación preliminar, Olivero y su vecina, quien no fue identificada por ser testigo del caso, tenían una pelea hace algún tiempo por la verja que los dividía, al extremo de que ya había una querella policiaca entre los vecinos.

Aparentemente, ya habían llegado a un acuerdo para construir la verja en cemento, pero anoche Olivero habría ido a la casa junto a su hijo José y su esposo del mismo nombre a retractarse del acuerdo, informó el teniente.

Jiménez dijo que los vecinos comenzaron a discutir, y en medio de esa pelea llegó otra persona en un auto y cometió los asesinatos. “Hubo un forcejeo, una disputa con una persona que se apoda Omar (primo de la dueña de la casa ). Y ahí es que llega este vehículo color gris y se baja esta persona y hace los disparos”, indicó.

La mujer murió en el acto frente al portón de su vecina, y el hombre dentro de un auto mientras era transportado al hospital. Jiménez añadió que el aparente móvil es un “problema entre vecinos por una colindancia”.

El teniente no quiso decir el calibre de las balas usadas o si hay sospechosos, o el nombre de los vecinos con los que hubo la pelea. Afirmó que tienen cinco o seis testigos que serían entrevistados durante la tarde de ayer y que cuentan con nombres y apodos de varios posibles sospechosos, incluyendo un tal “Kike” al que están investigando.

El jefe policiaco descartó que anoche se radicaran acusaciones por los testigos que hay que entrevistar.

Anoche, sin embargo, un hombre de 26 años se entregó a la Policía por su presunta relación con el doble crimen. La Policía no quiso dar detalles sobre el sujeto bajo su custodia. Trascendió que su nombre es Pedro Valderrama Colón, y que habría admitido algún tipo de participación en las muertes.

La cifra de asesinatos hasta ayer era de 439, 84 más que los registrados para la misma fecha en el 2010.

Impactados los vecinos

Vecinos del lugar estaban impactados con el crimen en el sector, que la mayoría describen como un lugar tranquilo, cercano a un establo, una iglesia pentecostal y el antiguo vertedero arecibeño.

En la casa de la mujer asesinada había un número 666 y dos calcomanías con los mensajes telegracia.com y protegeatushijos.org. La puerta y las ventanas estaban cerradas y parecía no haber nadie en ella.

Casi a la sombra de un árbol de pana, Luis Ángel Gabriel Hernández y su esposa Emilia Román Ríos contaron que se acababan de acostar cuando escucharon las detonaciones. Ella se quedó dentro de la casa y él salió, viendo el cadáver de la dama que conocía como Vicky, y de quien dijo se había criado en Peamboy, Nueva Jersey.

“Eran como las 10 a 11 de la noche, en ese momento sentí los tiros, pam, pam, pam. Yo no vi, pero la mujer que mataron yo la conozco, era una buena muchacha, de verdad. Ella pasaba por aquí haciendo ejercicio y siempre decía ‘hellow, don Luis’. Para mí era gente tranquila”, dijo Gabriel Hernández.

“Yo lo que oí fueron los tiros nada más, cuatro o cinco”, dijo Luis Aponte. “Ellos eran gente buena”.

El problema de vecinos era viejo, contó Raquel del Valle.

“Había unos dimes y diretes, discutían por la colindancia de una verja”, dijo Del Valle, quien estaba en el interior de la residencia cuando ocurrieron los hechos. “Le dieron un tiro aquí (en la cara)”, contó Kenneth Morales.

“Había una garata entre ellos”, comentó el maestro Jorge Maldonado.

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