sábado, 7 de mayo de 2011

Alternativa a las instituciones juveniles

07 Mayo 2011

Alternativa a las instituciones juveniles
Sicólogo apuesta a la socialización para rehabilitar menores



El sicólogo José Pons propone crear centros donde los jóvenes transgresores aprendan destrezas básicas de socialización. (Archivo)Por Aurora Rivera Arguinzoni / arivera@elnuevodia.com

En Puerto Rico, no existen alternativas de verdadera rehabilitación para los jóvenes transgresores y los menores están condenados a “hacer un doctorado en crímenes en la cárcel”, a juicio del sicólogo José Pons Madera.

Aunque en otros lugares del mundo existen alternativas que le darían otra oportunidad de vida a jóvenes con esta realidad, casos como el del adolescente de 14 años víctima de maltrato y violación que hace unas semanas asesinó a un joven de 20 para robarle, son ejemplo de este círculo vicioso.

“(A este menor que posiblemente sea juzgado como adulto) lo podemos mandar a la cárcel y pagar $40,000 por 60 años, o me das $100,000 y en tres años yo te produzco unos cambios en ese muchacho en unos programas intensivos (para rescatarlo)”, aseguró Pons, director de los Programas de Psicología Clínica de la Escuela de Medicina de Ponce

El experto conoció estos proyectos de educación y rehabilitación hace aproximadamente una década, cuando laboró con el Departamento de Servicios Juveniles de Massachusetts, en Estados Unidos. El proceso, que iniciaba con una evaluación en el centro de detención, requería en muchos casos enseñarles destrezas tan básicas como confiar, sentir empatía y socializar.

“Estos niños no saben nada. Si yo te cuento las cosas que vi allí... Esto es una cosa impresionante. Vienen de un contexto donde han sufrido tanto que a veces tienen que hacerse daño para sentir algún tipo de dolor”, describió el experto en conducta humana.

El problema muchas veces es que en sus vidas han estado ausentes las primeras experiencias que dan a un ser humano sentido de seguridad y afecto, como puede ser el que sus padres los acurruquen.

“El factor de apego es fundamental para el desarrollo de regulación emocional. (Por ejemplo) es un placer cuando uno está en una conversación bien chévere. Estos niños no han tenido ese placer, el placer de salir con un papá. Esto son cosas que (no se pueden hacer) si uno no las ha experimentado y el único placer que ha sentido es fumar marihuana, romperle una ventana a un carro. Tienes que darle otras experiencias”, sostuvo.

Pons explicó que en el modelo de intervención que conoció, los niños viven y estudian en un centro de la mano de un consejero con quien desarrollan una estrecha relación humana. Además, se les ayuda a crear relaciones de grupo saludables, a hacer amigos.

“Una educación global de la personalidad es un ingrediente básico en la prevención de la violencia, (ofrecerle interacción a través del) deporte, el arte. Tiene que haber adiestramientos premaritales, no de índole religioso sino de índole social, desarrollados por salubristas”, agregó.

Aunque por el momento duda que en Puerto Rico se establezca este mecanismo para rescatar a los jóvenes transgresores, Pons insistió en que es efectivo.

“Cuando estos jóvenes descubren la parte positiva de nuestra sociedad, la parte afectiva positiva de la relación interpersonal, tienden a quedarse (en los programas). Podrían ser productivos”, aseguró.

El académico e investigador hizo este análisis ayer en el marco del trigésimo primer Foro de Investigación y Educación del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, donde como parte de la octava sesión plenaria del evento presentó la ponencia “Retos de la salud mental del Puerto Rico del siglo XXI”.

A juicio del psicólogo, tres de los asuntos más preocupantes de la salud mental en la Isla son la violencia, los trastornos del espectro autista y los síndromes de demencia en la vejez, como el Alzheimer.

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