lunes, 25 de abril de 2011

Todo por el control

25 Abril 2011

Todo por el control
De los 356 asesinatos registrados en lo que va del año, 124 están relacionados a las disputas entre los diferentes bandos



La POLICÍA sostiene que con su plan de intervenciones ha logrado desarticular cerca de 300 puntos de drogas en todo Puerto Rico. (Archivo)Por Javier Colón Dávila / jcolon@elnuevodia.com

Edwin Javier Alejandro Heredia sabía que, según las reglas de la calle, tenía que entregar el punto que corría en Cupey. Pero no lo hizo y pagó con su vida el miércoles por la madrugada.

Lo mataron a balazos desconocidos que le dispararon desde un auto en marcha en el camino Pedro Castro de Cupey Alto. Allí, según se supo, corría un punto de drogas que había heredado de su asesinado primo, ex líder de la banda de narcotraficantes llamada Los Rompe ONU.

“Ese era el punto de Christian Toledo”, dijo una fuente con pleno conocimiento de la inteligencia policiaca en el área. “Christian tenía los puntos de Alturas de Cupey, el residencial Los Lirios y ese, y cuando lo mataron, la gente de Alturas se quiso quedar con todo”.

Pero Alejandro Heredia no quiso ceder el control de su punto y lo mataron.

La guerra de narcotráfico que le costó la vida es solo una de más de 20 focos de conflicto por el control del trasiego de drogas que la Policía afirma que existen en la Isla ahora mismo, los cuales tienen a las autoridades en jaque, a la población aterrorizada y que amenazan con llevar la cifra de asesinatos de este año a un récord histórico.

De las 356 muertes violentas ocurridas hasta ayer, 124 están ligadas a las guerras por el control de puntos de drogas. Sin embargo, el coronel Leovigildo Vázquez, director de la superintendencia auxiliar de Operaciones de Campo, señaló que hay 54 asesinatos sin adjudicar. “Debe haber una actualización de esos números esta semana”, dijo Vázquez.

Desde que en diciembre del 2009 la Policía comenzó la serie de operativos bautizados Golpe al Punto, las autoridades se han atribuido la eliminación de sobre 300 puntos de drogas y el arresto de 1,175 personas. Pero negocio lucrativo al fin, la historia demuestra que al cerrarse un punto de drogas de inmediato abre uno más grande y con más tráfico.

Pero la Policía no lo ve de esa manera. El comandante Pedro Sánchez, director operacional de la Superintendencia de Operaciones Estratégicas, dijo que se les está dando seguimiento a los puntos “desarticulados”.

Sin embargo, la acción policiaca tiene sus críticas...

“Pretenden combatir la droga con más policías, más armas, más patrullas y helicópteros, pero sin la base científica. No hay una intención real del sistema en combatir la droga. Es de apariencia”, dijo el criminólogo José Raúl Cepeda, quien imparte clases sobre este tema en la Universidad Interamericana.

“En la medida en que el sistema, ya sea el Gobierno o la empresa privada no cree las condiciones para que la mayoría de las personas puedan ganarse la vida decentemente, en esa misma proporción esa gente va a recurrir a otros negocios e instancias económica”, agregó Cepeda.

Violencia dIARIA

Río Piedras, Loíza, las parcelas Ramón T. Colón en Trujillo Alto, el barrio Candelaria en Toa Baja y Sabana Llana en Salinas son solo algunos de los focos de violencia donde se libra día a día la guerra por el control de puntos.

La Policía conoce a sus líderes y cómo operan pero, según el comandante Sánchez, carece de evidencia para encausarlos.

Las parcelas Ramón T. Colón han cobrado notoriedad recientemente. Se cuenta que individuos del lugar asesinaron al hijo de un poderoso narco de la zona metro, quien ahora caza a los verdugos, explicó un oficial de la división de Drogas de Carolina.

“Chelo, Pikin (Christopher Núñez Castro) y otros dos se están defendiendo porque están diciendo que setearon al muchacho, hijo del narco, dijo la fuente. “Setear” es la palabra que se usa en la jerga del bajo mundo para indicar cuando a alguien lo llevan a un sitio en el que pueda ser alcanzado por sus enemigos.

Hace dos semanas, agentes de la División de Drogas de Carolina fueron recibidos a tiros en las parcelas, por dos individuos armados. Supuestamente eran Chelo y Núñez Castro. Precisamente fue en el centro comunal de estas parcelas donde velaron a Emmanuel Román Suárez, alias “Chaka”, un alegado responsable de varios robos domiciliarios en la zona.

La Policía recibió confidencias durante su entierro de que en el mismo cementerio vengarían su muerte.

Rivalidad añejada

Hay guerras de drogas que se extienden por años, como la que libran los grupos de Calle 4 y Los 20 en el residencial Luis Lloréns Torres, y otras nuevas como la que enfrenta a las familias Bravo y Vélez Andino en Toa Baja.

Otras, como la de los residenciales Monte Park y Monte Hatillo en Río Piedras, llegan a niveles insospechados de violencia y luego se enfrían, dijo el teniente Iván Bahr, de la división de inteligencia criminal en San Juan. Según dijo, el bando de Monte Hatillo finalmente ha tomado control de sus rivales.

Otras guerras se niegan a morir, como la rivalidad entre los residenciales Jardines de Sellés y El Prado, también en Río Piedras, territorio previamente controlado por el presunto capo Ángel Ayala Vázquez, alias “Ángelo Millones”, y su Organización de Narcotraficantes Unidos (ONU) contra el residencial Ernesto Ramos Antonini, que formó la llamada Rompe ONU para desafiar las reglas impuestas por Ángelo Millones.

Algunas guerras provocan masacres, como la de la gallera La Campesina ocurrida el 28 de mayo de 2010, cuando integrantes de grupos rivales de barrio Guaraguao en Guaynabo y de Caimito resolvieron sus diferencias a tiro limpio, con un saldo de cuatro muertos.

Otras se resuelven en centros comerciales, como ocurrió en el área de comidas del centro comercial San Patricio en Guaynabo el 14 de febrero, la cual fue parte de la guerra entre narcos del residencial La Rosaleda versus los de Los Manantiales.

Catálogo mortal

Las ejecuciones relacionadas al trasiego de drogas ocurren por una infinidad de situaciones: deudas por cargamentos, alteración del producto, reducciones drásticas del precio que desestabilizan el mercado y dueños que se niegan a ceder el negocio ilícito.

Por invadir territorio donde no se suponía que vendiera drogas fue que murió el 12 de marzo, cerca del terminal de las guaguas de la Autoridad Metropolitana de Autobuses en Río Piedras, un hombre de 60 años. El hombre vendía crack en la zona, en desafío de las instrucciones recibidas de la ganga del residencial López Sicardó, que reclamaba el control de ese territorio.

“Lo mataron porque se puso a vender cápsulas (de crack) allí. El grupo del residencial López Sicardó le dijo que no podía vender allí porque le quitaba la clientela que llega allí en guagua”, explicó el teniente Bahr.

Una invasión de territorio es lo que ha ocurrido en Salinas, donde un grupo de ponceños se ha movilizado al barrio Sabana Llana para declararle la guerra al bando del barrio El Coco, explicó el coronel Miguel Colón March, jefe de la región policiaca de Guayama.

El jefe en El Coco, Luis Javier Vázquez, alias “Javi Pop Corn”, es acusado de una masacre ocurrida el 1 de Salinas en abril. Se asocia a la guerra entre Sabana Llana y El Coco una doble matanza ocurrida el 29 de diciembre del año pasado en la urbanización Llanos de Providencia. En ese incidente murieron Luis Galarza Cartagena y Luis G. Vázquez. Por esta agresión fue arrestado y acusado un sujeto identificado como Christian Ortiz Muñiz.

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