viernes, 1 de abril de 2011

Puerto Rico es imán para armas ilegales

Puerto Rico es imán para armas ilegales
Carmen Arroyo, EL VOCERO

Ingresar un arma en Puerto Rico es tan fácil como comprarla en una feria en Estados Unidos, meterla en una maleta, informar a la línea aérea que lleva el artefacto, bajarse del avión y llegar a su casa. Así de sencillo, aunque suene difícil de creer.


Sin mayores complicaciones un ciudadano puede hacerse de un arma e ingresarla a la Isla sin que las autoridades se enteren. En muchos lugares en Estados Unidos donde venden el arma no solicitan licencia y la línea aérea no está obligada a informar a las autoridades que uno de sus clientes lleva un arma en su equipaje, de acuerdo al Negociado Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés).


“Mayormente las armas que vienen de Estados Unidos han sido compradas en lo que se llaman ferias de armas o ‘gun shows’. En estos ‘gun shows’ no necesariamente si va una persona privada, particular a vender sus armas de fuego requiere ningún documento a la persona que viene a comprar, y cualquier persona puede comprar”, sostuvo el agente residente a cargo del ATF, Félix Ríos.


Son muchos los que aprovechan esta puerta para ingresar armas de forma ilegal. “Esto está pasando”, aceptó Ríos.


En entrevista con este diario, Ríos explicó que la forma legal de traer el arma en el equipaje es tener una licencia para portar armas vigente en Puerto Rico y registrar el artefacto en la Policía cuando se entra al País.


“La línea aérea no se involucra en requerirle documentación (al pasajero) sobre si tiene licencia o no tiene licencia (para portar un arma). La línea aérea lo que requiere es que usted lo notifique”, afirmó Ríos.


Las líneas aéreas –según Ríos– no quieren involucrarse en requerir documentación a sus clientes y señalan que sería oneroso cambiar sus procedimientos para requerir que el pasajero pruebe que su arma es legal.


La ATF intenta que la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) sea la que les notifique sobre las armas en los equipajes. Mientras esto ocurre, los elementos del bajo mundo tienen una puerta abierta para suplirse de armas. Así lo aceptó Ríos.


Y es que el lucrativo tráfico de armas tiene prácticamente todos los flancos abiertos para desarrollarse en Puerto Rico, pues aunque las autoridades saben las vías que hacen posible la entrada de estos artefactos, las incautaciones dependen de inspecciones al azar.


Incierto por dónde entran más armas


La mayor cantidad de armas que entra a la Isla lo hace por el correo de Estados Unidos y por las compañías de envío privadas, sostuvo Ríos. “No todos los paquetes se pueden identificar, ni se rastrean. Sólo un por ciento bien bajito se identifica”, agregó. Las armas y la droga también llegan a través de las empresas de mudanzas y los carros importados.


Sin embargo, el funcionario indicó que la ATF no cuenta con estadísticas que especifiquen por dónde entró el arma incautada. Sólo tiene el número global de armas incautadas, que en el 2010 ascendió a 1,093. En lo que va de este año, la ATF ha incautado 121 armas. Estas cifras no incluyen las armas recuperadas por la Policía de Puerto Rico.


“Yo entiendo que el proyecto de la inspección de los furgones es un proyecto tremendo que nos va a dar una tremenda ayuda”, opinó Ríos sobre el sistema de verificación de los contenedores que llegan a los puertos. Éste es un plan que lleva décadas debatiéndose, pero que aún no ha iniciado.


Aunque Ríos reconoce como necesaria la inspección de los contenedores, admite que también hay que atender la poca revisión de los paquetes en los correos.


Negocio lucrativo


El amplio margen de ganancia que deja la venta ilegal de armas motiva a los elementos del bajo mundo a hacer hasta lo impensable por traerlas a la Isla. Por ejemplo, según Ríos, un arma que en Estados Unidos cuesta entre $175 y $300, en Puerto Rico se vende en alrededor de $3 mil.


Antes los criminales estaban interesados en los rifles AK-47 y AR-15, pero como todo mercado varía, la demanda ahora está en las pistolas Glock, porque son fácil de convertir en automáticas. Además, son fáciles de cargar, ocupan menos espacio y puede esconderse sin mayores problemas.


La mayoría de las armas ocupadas en Puerto Rico fueron adquiridas inicialmente en Estados Unidos, según las investigaciones de la ATF. También se dan casos de armas vendidas en armerías locales, pero que han sido reportadas como robadas.


En otros casos, patrones de compras múltiples por una sola persona alertan a las autoridades de que ciudadanos con licencia suplen al bajo mundo. “Es bien difícil establecer (que personas con licencia compren armas para criminales)… se han cogido personas con un patrón en la compra de muchas armas en el mismo sitio… muchas veces es el armero el que nos llama”, indicó Ríos.

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