lunes, 21 de marzo de 2011

Promesa de no olvidar a una víctima de violencia

Promesa de no olvidar a una víctima de violencia

Decenas de personas se dieron cita en el cementerio Los Cipreses en Bayamón para despedirse de Sandra Villafañe, asesinada por su esposo la semana pasada, quien posteriormente se suicidó. (Primera Hora / Teresa Canino Rivera)

Lunes, 21 de marzo de 2011
Istra Pacheco / Primera Hora

Decenas de personas vistiendo camisas color verde chatré con la imagen de Sandra Villafañe inundaron ayer el cementerio Los Cipreses de Bayamón.


Allí llegaron carros con mensajes de amor para Sandra y promesas de que el olvido nunca la cubriría con su sombra.

Fueron muchas las expresiones de dolor al momento de decir hasta luego a la mujer asesinada el miércoles pasado por quien fuera su pareja por 20 años, Alberto Bracero Morales, quien posteriormente se suicidó.

Ni siquiera durante el breve servicio religioso realizado en la Funeraria Marín, de Hato Rey, se pudo obviar el tema de la tragedia sobre la violencia doméstica que azota al país.

Una mujer que no se identificó y que dirigía el servicio pidió a los presentes no callar ante cualquier sospecha de que una situación se puede salir de control y llegar a convertirse en una tragedia como ésta.

“Tenemos que escuchar y tenemos que hablar. Hay que dar la voz de alerta y no quedarnos callados”, dijo la mujer en su mensaje para luego sin poder contener las lágrimas recordar que a una prima suya le ocurrió algo similar.

“Quizás es una más para las estadísticas, pero en nuestros corazones sabemos que es mucho más. Quizás nunca entendamos el porqué, pero no podemos seguir permitiendo esto. Hay los medios para evitar que esto continúe”, agregó para luego pedirle a Dios que les diera paz a ambas familias afectadas.

Bracero Morales se había separado de su compañera hacía unas cuantas semanas. Sin embargo, ambos continuaron trabajando en la misma gasolinera que administraron juntos por 10 años, sin comentarle a nadie de sus problemas.

Según se desprende de la pesquisa, Bracero Morales planificó el asesinato porque citó a la mujer y a su hijo -que era de una relación anterior pero que él crió desde que tenía año y medio- más temprano de lo usual en el negocio, ubicado en Barrio Obrero.

Cuando Villafañe llegó, mandó al joven a abrir unos candados y se encerró con ella dentro del local. Una vez dentro, le asestó unas 50 puñaladas para luego ahorcarse con una soga que ya tenía lista.

El hijo de la mujer no pudo evitar los hechos.

En la zona se ocuparon dos cuchillos y dos sables con los que el hombre atacó a su ex pareja.

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