Dos doble asesinatos y otros dos homicidios

03 Marzo 2011

Dos doble asesinatos y otros dos homicidios
Las seis muertes se produjeron entre las 10:30 p.m. del martes y la tarde de ayer



El carro en el que viajaban los tres jóvenes tiroteados ayer en Toa Baja, terminó impactando la verja de una casa. Dos hermanos de 26 y 24 años murieron en el tiroteo. (El Nuevo Día / J. Ismael Fernández Reyes )Por Javier Colón y Osman Pérez / puertoricohoy@elnuevodia.com

Toa Baja fue nuevamente escenario de otra matanza a tiros ayer en la tarde, en el más reciente episodio de la ya cotidiana violencia que vive el País.

En ese incidente, dos hermanos murieron y otro joven resultó herido. La balacera ocurrió en el barrio Campanilla de Toa Baja.

Según la información preliminar, a eso de las 3:50 p.m. desconocidos balearon a tres jóvenes que estaban dentro de un auto Suzuki Forsa verde en la urbanización Pabellones.

Se sospecha que, previo a la balacera, ocurrió una discusión entre los ocupantes del Suzuki y el auto donde viajaban los asesinos. Al ser baleado, el trío trató de huir, pero el conductor perdió el control del auto, con el que finalmente impactó la verja de una residencia, informó el inspector Oscar Pagán, del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Bayamón.

Uno de los implicados, identificado como Luis Daniel Rivera Cruz, de 26 años, murió en el asiento del pasajero del auto, mientras que su hermano menor, Roberto Rivera Cruz, de 24, fue transportado por un vecino al CDT de Toa Baja, donde falleció.

La tercera víctima de las balas, identificado como Joseph Rivera, de 20 años, fue transportado al Centro Médico de Río Piedras con heridas de bala en la parte baja de la espalda.

En la escena, se ocuparon 20 casquillos de bala compatibles con pistolas y rifles de asalto AK-47.

Antes, en horas de la madrugada de ayer, los agentes de la Policía habían tenido que ocuparse de otras escenas no menos violentas.

Primero, a eso de las 10:45 de la noche del martes, se reportó la muerte a cuchilladas de Roberto Ortiz Carillo de 69 años, cuyo cadáver apareció en una habitación de su casa en Valle Arriba Heights, Carolina. Si bien la muerte no había sido catalogada oficialmente como homicidio, las tres heridas que tenía el cuerpo (dos en el pecho y otra en el cuello) así como la presencia en la escena de dos cuchillos ensangrentados, uno de ellos en una mano del occiso, apuntaban a que se trata de un crimen.

Poco después de las 11:00 p.m. del martes, dos individuos fueron asesinados en un tiroteo ocurrido en el barrio Malpica de Río Grande.

Un menor fue herido por un proyectil en el brazo izquierdo en este suceso.

Casi a la misma hora, Ángel Santiago Dávila, alias Gaby y de 27 años, fue acribillado por sicarios en el barrio Mamey de Dorado, mientras montaba bicicleta. Se informó que el cuerpo tenía unos 60 impactos de bala.

Por si fuera poco, ayer se confirmó que la muerte de un bebé ocurrida en Bayamón durante el fin de semana fue un homicidio.

Con esos siete asesinatos, el total del año ascendió a 210, lo que representa unos 50 más que para la misma fecha del sangriento año pasado.