lunes, 21 de febrero de 2011

Preocpuante Actividad Sexual

21 Febrero 2011

PREOCUPANTE ACTIVIDAD SEXUAL
Los pediatras levantan su voz ante el alto porcentaje de contagio de enfermedades de transmisión sexual entre los adolescentes


Por Ana Teresa Toro / ana.toro@elnuevodia.com

“Mi nena nunca sale”. “Mi hijo lo único que hace es jugar en la computadora por las noches”. “Tiene 12 años, todavía es una niña”.

Si ha escuchado estas frases o se reconoce en ellas, probablemente, sea hora de analizarlas en profundidad. Pues, a juzgar por la situación actual en términos de la salud de la población adolescente, particularmente, en cuanto al contagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS), la realidad dista mucho de las ideas que muchos padres se construye alrededor de las conductas sexuales de sus hijos.

Sobre ello, alzó su voz de alerta ayer la Sociedad Puertorriqueña de Pediatría quienes celebraron el Simposio “De Neonatos a adolescentes” en el Hotel Sheraton Hotel & Casino Puerto Rico Convention Center en Miramar, con motivo de su Asamblea extraordinaria anual en la que la doctora Edna Serrano entregó el cargo directivo al entrante doctor Gerardo Tosca.

Datos como el hecho de que el 25% de los casos diagnosticados del Virus del Papiloma Humano (HPV por sus siglas en inglés) ocurren en jóvenes entre las edades de 15 a 19 años, y el 45% en el grupo siguiente de 20 a 24 años; así como el que el promedio de embarazos en adolescentes y contagio de ETS como sífilis, clamidia, gonorrea y HIV -entre otras- se mantenga constante, ejemplifica la preocupación de los médicos quienes cada día encuentran menos apoyo en el núcleo familiar de los jóvenes y por parte de los planes médicos privados.

“Estamos bregando con una población que oculta información, que no le gusta ir al médico y que en una encuesta dirá que practica la abstinencia, pero en la prueba dará positivo a una ETS. Hay que trabajar con los padres y lograr que salgan de la oficina para lograr la confianza del paciente y obtener la información que nos ayudará a ofrecerles el mejor tratamiento”, opinó Zoé Rodríguez, infectóloga pediátrica, una de las cinco profesionales en dicho campo que hay en el País.

“Hay que educar a los padres acerca de la transición sexual y la necesidad de que fomenten una salud sexual en sus hijos. Actualmente, teniendo una vacuna para el HPV muchos no lo consideran porque piensan que será una puerta abierta al sexo, y realmente se trata de prevención de algo tan terrible como el cáncer”, manifestó Serrano quien destacó el que, aunque existe la vacuna aprobada para edades entre los 9 y los 26 años en Estados Unidos (aunque en Puerto Rico el Departamento de Salud establece que las edades son de 11 a 18 años), no se ha logrado una vacunación masiva -también- por falta de apoyo del plan médico privado.

“No hay escasez de vacunas pero algunos planes médicos dicen que las cubren y a la hora de la verdad no es así”, asegura Serrano, toda vez que aclara que bajo el programa federal “Vaccine for Children”, cualquier joven que interese recibir la vacuna -que se administra en tres dosis- puede hacerlo y prevenir el desarrollo del HPV.

“La academia tiene que avalar la vacuna porque si eso no sucede los planes médicos se quedan de brazos caídos”, sentenció Rodríguez.

“Ahora mismo el 90% de los pediatras no vacuna porque las aseguradoras no remuneran y hay pérdidas para el pediatra”, reclamó Tosca.

“En cuanto a la vacuna, no se ha comprendido la diferencia entre lo obligatorio y lo necesario. Como no es compulsoria para la escuela, muchos optan por no vacunar”, añadió Tosca.


Embarazos, obesidad y ETS

“Se han normalizado los embarazos. Hasta se hacen ‘baby showers’ en las escuelas, tienen el apoyo del WIC y de pronto a los 18 años ya tienen dos y tres niños”, observa Tosca. “No hay nada de malo en que reciban apoyo pero tampoco se hace nada por la prevención”.

En condiciones como el asma y la obesidad, al igual que con la incidencia en embarazos, el perfil de la población incide en el tratamiento. Actualmente, se vive una epidemia en el contexto de la obesidad infantil, con un 35% de la población obesa. La educación y el control que el joven logre sobre su propia condición será crucial para su salud.

“El adolescente necesita además de la asistencia médica, el complemento psicológico y social”, insiste Serrano.

Lo mismo sucede con las ETS puesto que en muchos casos, explican, los jóvenes creen que al curar el síntoma se cura la enfermedad.

“Los jóvenes son más susceptibles a esto porque tienen varios factores de riesgo como el hecho de que su epitelio (tejido) sea inmaduro, practiquen sexo sin protección, el desconocimiento respecto a la salud o el uso incorrecto del profiláctico”, explicó Rodríguez.

“La entrevista que se les haga no es suficiente. Hay que ir más allá porque muchas veces no hay señales o no van al médico por temor a que se enteren sus padres”, enfatizó Rodríguez.

Por ejemplo en el 2009 se diagnosticaron 1,095 casos de clamidia en hombres y 6,217 en mujeres. “No es que las mujeres sean promiscuas es que van más al médico”, destaca Rodríguez toda vez que señala que “una ETS llama a la otra. Por lo general, quien tiene una tiene o tendrá otra”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario