sábado, 4 de diciembre de 2010

Poco apoyo a la huelga

04 Diciembre 2010

Poco apoyo a la huelga
Estudiantes dicen que es perjudicial en este momento

Vídeo: Protestan estudiantes en Cayey Vídeo: Se reune la Junta de Síndicos
La administración del recinto de Utuado discutía ayer la posibilidad de imponer sanciones a estudiantes que decretaron un cierre el jueves en ese campus. (El Nuevo Día/ Wanda Liz Vega)Por Gloria Ruiz Kuilan / gruiz@elnuevodia.com

El problema no es el mecanismo sino el momento en que se pretende poner en vigor.

Ese es el sentir de una docena de estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR) consultados por este diario quienes no están de acuerdo con que se realice una huelga en el primer centro docente del país a partir del 14 de diciembre como se acordó en una asamblea el miércoles.

La razón primordial es clara y no estaba presente en la anterior huelga: la posible pérdida de la acreditación.

Todos advirtieron que no respaldan ni impulsan la imposición de una cuota de $800 que comienza en enero próximo. Dicha cuota es el motor de la anunciada huelga. Sin embargo, reconocieron que en contraposición con la situación actual de la UPR, la comunidad universitaria y el país tiene mucho más que perder con esta huelga.

Plantearon soluciones alternas a la paralización de labores en la UPR que incluyen restablecer la comunicación con la administración universitaria así como cabildear en la Legislatura por más ingresos sobre todo cuando allí crearon un fondo para pagar la cuota a estudiantes que es de $35 millones y los $800 recaudarían $40. Es decir, sólo faltan $5 millones.

Acreditación en juego

La posibilidad de que la UPR pierda su acreditación con la Middle States Commission on Higher Education es creíble porque fue ratificado por ese cuerpo.

“Sería fatal para la universidad. Sin la acreditación, la universidad perdería su prestigio. (La huelga) es un mecanismo para oponerse a la opresión de la administración, pero ahora mismo no lo podemos usar. Los que perdemos somos nosotros”, dijo el estudiante de Ciencias Sociales del recinto riopedrense, José Luiggi.

Agregó que también se esfumarían los millones en fondos federales que recibe la UPR -incluyendo las becas Pell- lo que impediría que estudiantes de clases desventajadas y recipientes de estas ayudas puedan acceder a estudios en la única universidad del Estado.

Ese punto también fue esbozado por el portavoz del Frente Pro Universidad Abierta (FUA) y representante de la Junta Universitaria en el recinto de Mayagüez, Luis Mercado.

Dijo que una alternativa es que se enmiende la ley que creó un impuesto a las corporaciones foráneas para que parte de esos fondos (estimados en $5,689 millones en seis años) se destinen de manera recurrente a la UPR.

Sin aval de muchos

El presidente del Consejo de Estudiantes de la UPR en Río Piedras, Gabriel Laborde, recordó que 65% de la matrícula recibe esta beca federal.

“Estamos a dos semanas de acabar las clases. Una huelga en plenas navidades, tarde en el semestre no va a contar con mucho apoyo ni simpatía. No contamos con el apoyo del personal docente y el no docente, a diferencia de la pasada huelga”, sentenció Laborde.

“Estoy en contra (de la huelga) por el momento histórico en el que estamos ahora mismo. Eso no significa que estoy a favor de la cuota. Estoy en contra y sobre todo, porque se impuso sin establecer criterios de elegibilidad y sin evaluar la carga académica”, dijo el presidente de la Asociación de Estudiantes de la Escuela Graduada de Administración Pública, Ángel L. Rosado.

La pérdida de la acreditación tendría un efecto dominó en el centro educativo, a juicio de Miguel Dávila, estudiante de Educación en Ponce. “Si hacemos una huelga van a cerrar. La presidenta de la Junta de Síndicos (Ygrí Rivera), va a comenzar a cerrar unidades y quienes se ven perjudicados son los estudiantes”, alertó el joven.

“Solamente entrarían los ricos y la universidad se fundó para que estudiantes de bajos recursos vengan aquí”, agregó.

Ojo a la administración

El manto de incertidumbre mantiene preocupados a los estudiantes René Vargas, síndico estudiantil en Río Piedras y Arturo Ríos, representante estudiantil ante la Junta Universitaria.

“No estamos en contra de la huelga como mecanismo de lucha, como acción concertada, pero en estos momentos nos preocupa que sea la administración la que esté impulsando la huelga para dividir al estudiantado. Habría que ver cuál es el propósito que tiene la administración detrás de todo esto y qué es lo que gana”, suscribieron en conjunto ambos estudiantes.

Recalcaron, sin embargo, que respetan el mandato de la Asamblea de Estudiantes y que trabajarán para que la controversia en la universidad se resuelva de una forma favorable.

Se distanciaron de las posturas asumidas por el FUA “y de otros grupos que dicen estar en contra de la administración u oponerse a la administración universitaria de turno y a sus políticas, pero que se dedican a través de campañas personalistas y bajunas a desacreditar al movimiento estudiantil en vez de conformar una oposición constructiva y que proponga alternativas a la crisis”.

Temor a un brote violento

Si de sugerencias se trata, no faltaron los estudiantes como André Palerm, de la facultad de Ciencias Sociales del recinto de Río Piedras, que apuntó a que mayores economías en la administración universitaria puedan frenar la imposición de una cuota.

Reprochó las expresiones hechas por el secretario de la Gobernación, Marcos Rodríguez Ema quien dijo que “sacaría de la Iupi a patadas” a los que insistan en una huelga.

Esas expresiones, así como la violencia desplegada por las autoridades del país en la pasada huelga -que duró 62 días- hacen pensar a algunos estudiantes que la situación puede empeorar.

“La postura de la administración de hacer lo que sea para mantener el recinto abierto puede ser para nosotros muy grave”, dijo el presidente del Consejo de Estudiantes del Recinto de Ciencias Médicas, Jorge de Jesús.

El CRIM como opción

El estudiante propone que parte de los recaudos del Centro de Recaudaciones de Ingresos Municipales se destinen a las arcas de la UPR.

Pero el estudiante de Administración de Empresas, Luis Feliciano cuestionó quién concedería fondos a “la universidad si ésta luce inestable”.

Marcia Díaz, estudiante de la facultad de Ciencias Sociales en Río Piedras, apuntó a las economías.

“Pero eso está en manos del Gobierno”, dijo no sin antes reconocer que a todas luces, haya o no huelga, la cuota será una realidad.

Por eso, Saúl Suárez, estudiante de Derecho, dijo que la administración universitaria ha demostrado su mano dura y no le sorprendería un cierre de la universidad.

“Entiendo que hay un problema de gobernanza, pero los estudiantes tenemos que poner de nuestra parte para demostrar quiénes son los intransigentes”, sentenció.

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