martes, 9 de noviembre de 2010

Siempre hay enseñanzas detrás de la adversidad

Siempre hay enseñanzas detrás de la adversidad
martes, 9 de noviembre de 2010
Bárbara J. Figueroa Rosa / Primera Hora

Ira, depresión y rebeldía son sentimientos normales por los que atraviesa una persona que sufre un evento trágico en su vida. Sin embargo, estas emociones no son eternas y se puede recuperar de ellas con la ayuda de un especialista pero, sobre todo, con una buena actitud por parte del perjudicado.

A esa conclusión llega el psicólogo clínico Pascual Merlos, quien está convencido de que “el ser humano tiene la capacidad de superar algún evento triste o traumático”. En cambio, también es cierto que la reacción a una crisis dependerá de la personalidad, los recursos y hasta de ciertas características genéticas de la persona afectada.

“Hay un dicho que dice que 'más enseña la adversidad que cinco años de universidad'. Y así es en realidad. De hecho, en términos psicológicos, hay personas que después de un periodo de crisis, salen de ellas renovados. Tal como sucedió con las personas que entrevistaste para el reportaje”, expresó Merlos, en referencia a Luis Salazar, Maricela Laureano y Verónica González, tres personas que han logrado superar satisfactoriamente unos eventos catastróficos que los mantuvieron, incluso, al borde de la muerte. (Ver página 2-3 para detalles).

Y , es que, según el médico, luego de un proceso de pérdida, de un accidente o algún evento como participar de una guerra, es normal que muchos individuos sufran del síndrome de estrés postraumático.

“Hay personas que nunca superan ese estrés postraumático, pero no es porque no puedan, es porque no buscan factores de fortaleza”, manifestó.

Merlos explicó que una persona que sufre el síndrome atraviesa varias etapas, siendo la primera la más difícil.

“De primera intención, llega la lucha con el conflicto. Es cuando se siente ira, depresión, pesadillas, ansiedad, las emociones se aplanan y surgen preguntas como: '¿Por qué a mí?', '¿por qué a él?' o no me lo merecía'”, destacó al aclarar que en esta fase hay mucho dolor y poco entusiasmo y energía.

Sin embargo, si se busca de inmediato ayuda profesional, el próximo paso está encaminado a la sanación.

“En esta etapa viene la reacción. La persona comienza a aceptar lo que le sucedió y a canalizar el trauma”, explico.

Luego, después de la tormenta llega la calma.

“Un hecho traumático no se olvida, por eso no hablamos de que no habrá recuerdos. Pero si una persona está en camino de rehabilitarse, llegará a una etapa final en la que tendrá una capacidad enorme de hacer una introspección de lo que le ocurrió. Es como mirar hacia atrás, valorar el presente y su vida y seguir hacia adelante”, manifestó Merlos.

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