lunes, 8 de noviembre de 2010

Bombazo militar a poderosos narcos

08 Noviembre 2010

Bombazo militar a poderosos narcos
600 soldados libraron certera ofensiva contra el temido Cartel del Golfo



Soldados se movilizan con rapidez durante el ataque contra sanguinarios narcos de Matamoros, México, donde pereció el líder del Cartel del Golfo, Ezequiel Cárdenas, alias Tony Tormenta, así como varios secuaces, tras seis horas de intensa batalla contra las autoridades militares. Estados Unidos ofrecía $5 millones por la captura del temido narcotraficante, cuya entidad luce hoy desarticulada. (AP / El Bravo de Matamoros)Por PABLO ORDAZ / El País - España

México - Su ridículo apodo, Tony Tormenta, no le hacía justicia. A sus 48 años, Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén era, por linaje y poderío, uno de los grandes del narcotráfico en México. De ello no sólo dan fe los cinco millones de dólares que EE.UU. ofrecía por la captura del hermano de Osiel Cárdenas, el mítico capo del cartel del Golfo, sino también las seis horas que tuvo que emplear el viernes la Marina mexicana hasta abatirlo a tiros.

Durante la batalla campal por las calles de Matamoros, en el norteño estado de Tamaulipas, los sicarios de Tony Tormenta sacaron a relucir lo mejor de su artillería: granadas, lanzacohetes, fusiles Barret antiblindaje y cientos de balas de grueso calibre que lograron abatir a tres infantes y a un periodista.

Pero el cerco tenaz formado por más de 600 soldados, tres helicópteros y 17 carros blindados dio sus frutos. El líder del cartel del Golfo es ya sólo otro muerto entre los más de 10,000 causados este año por la guerra contra el narcotráfico del presidente Felipe Calderón.

Jurisdicción sangrienta

Matamoros es tal vez la ciudad más peligrosa de Tamaulipas, y Tamaulipas es tal vez el Estado más peligroso de México, y México es ya sin duda el país más violento de América Latina. Aunque la fama y los datos señalan a la también fronteriza Ciudad Juárez como la más sangrienta de la República, Matamoros y sus vecinas Reynosa y Ciudad Victoria -la capital del Estado- viven hace años bajo el control del crimen organizado. Sus jefes se mueven por la ciudad en comitivas de camionetas de lujo y cristales blindados con las siglas CDG (Cartel del Golfo) como única matrícula. Su poder es tan grande que ni se puede contar. Varios periodistas que lo intentaron fueron secuestrados nada más llegar a la ciudad, torturados y puestos de patitas en el aeropuerto con el mensaje: “Váyanse de aquí. No nos calienten la plaza”.

Sorpresa militar

Los únicos que se atrevieron a calentarla fueron Los Zetas, hasta hace unos años brazo armado del cartel del Golfo y ahora una organización criminal independiente, la más violenta del país, liderada por desertores de élite del Ejército mexicano. En la guerra por el control del tráfico de cocaína y marihuana que sostienen en Tamaulipas el Cartel del Golfo y el de Los Zetas, Matamoros seguía perteneciendo a Tony Tormenta. Hasta que el viernes llegaron los infantes de Marina. Según Alejandro Poiré, el portavoz del Gobierno de Calderón, la operación militar fue posible tras muchos meses de trabajo de inteligencia. Lo cierto es que el hecho de que fuese la Marina la encargada de cazar al capo viene a demostrar el empeño del Ejecutivo en que la operación no se fuese al traste por alguna filtración... bien remunerada. La captura de Tony Tormenta es casi idéntica a la de Arturo Beltrán Leyva, el Jefe de jefes, abatido el pasado diciembre en Cuernavaca. Uno y otro lograron escapar a un primer cerco gracias a un soplo, uno y otro fueron localizados de nuevo por la Marina y abatidos a tiros sin contemplaciones. Y también ambas operaciones contaron con el apoyo, nunca confesado en público, de los servicios norteamericanos, que prácticamente solo se fían de la Marina. El presidente Barack Obama felicitó ayer a Calderón.

Violencia exacerbada

Muerto Tormenta y cuatro de sus secuaces, ¿qué pasará ahora? La experiencia dice que la eliminación de un capo importante genera más violencia. Así pasó tras la capturas sucesivas de los hermanos Beltrán Leyva. Si bien es verdad que México no necesita incentivos para arder por los cuatro costados. Ayer la frontera se convirtió en un polvorín con tiroteos en Reynosa, en Michoacán, donde el cartel de La Familia volvió a hacerse con las calles y, a las afueras de Acapulco, las autoridades identificaron los cadáveres de 18 turistas enterrados en una fosa. Casi al culminar el fin de semana las personas asesinadas se elevaban a 20.

No hay comentarios:

Publicar un comentario