lunes, 1 de noviembre de 2010

Alto el costo del cigarrillo

Alto el costo del cigarrillo
Tanto en pérdidas de vida como en gastos directos e indirectos relacionados con la salud de los fumadores



Aunque en la Isla fuma menos del 12 por ciento de las personas, el vicio continúa siendo responsable por 10 muertes diarias. (archivo)Por Marga Parés Arroyo / Mpares@elnuevodia.com

La adicción a la nicotina provoca unas 3,500 muertes al año en Puerto Rico, lo que equivale a unos diez decesos diarios relacionados con el consumo del tabaco.

Si no le impresiona la cantidad de personas que sucumben por condiciones de salud que emergen por su apego al cigarrillo, sepa que el costo económico directo anual que generan las personas que fuman sobrepasa los $2,200 millones anuales.

Al menos así se desprende de un estudio que realizó la Universidad Estatal de Pennsylvania sobre “Los costos y beneficios potenciales de cesación de fumar en Puerto Rico”.

Publicado en abril de este año, este estudio hizo un análisis de la costo efectividad de proveer acceso a los programas de cesación de fumar con data específica para cada estado de Estados Unidos, incluyendo a sus territorios.

Utilizando datos del Sistema de Vigilancia de Factores de Comportamientos en Riesgo, el estudio tomó como base la cantidad de personas que fuman en Puerto Rico, unas 380,000 (incluyendo a 8,232 fumadores visitantes en la Isla).

Baja la tasa de fumadores

Según explicó la doctora Elba Díaz Toro, catedrática asociada del Centro Comprensivo de Cáncer y de la Escuela de Medicina Dental, la tasa local de fumadores ha bajado de un 14% a un 11.3% (al 2009).

Enmiendas a la Ley 40 (1993), la Ley para Reglamentar la Práctica de Fumar en Lugares Públicos, como la Ley 66 (2006), han provocado que la Isla sea el lugar con más restricciones al consumo del cigarrillo a nivel mundial.

“Este es el único lugar en el mundo donde se prohíbe fumar en los carros cuando hay menores de 13 años”, recordó la presidenta de la Coalición de Control de Cáncer sobre varios estatutos que, en esencia, buscan restringir la práctica de fumar en beneficio de los llamados fumadores pasivos o personas expuestas al humo de segunda mano.

De acuerdo con Díaz Toro, una legislación “de avanzada”, junto al alza en los arbitrios y la situación económica del País, han provocado una baja en la cantidad de fumadores.

Puerto Rico, de hecho, ya cumple con las metas impuestas a nivel del Departamento de Salud federal, las cuales buscaban que, para el 2010, el promedio de fumadores en los Estados Unidos bajara de 21% a 12%.

Sin embargo, a pesar de este panorama alentador, la realidad es que Puerto Rico continúa perdiendo vidas a causa del cigarrillo, mientras la productividad de muchos fumadores se afecta y aumentan los costos de servicios médicos que éstos necesitan.

Pérdidas económicas

Según el estudio realizado por investigadores de la Universidad del Estado de Pennsylvania, en Puerto Rico, las pérdidas económicas por disminución de productividad laboral asociada al cigarrillo se estiman en $520,382,054.

Mientras tanto, el costo de las muertes prematuras a raíz de complicaciones de salud provocadas por la nicotina ronda el $1,011,664,524, siendo los varones los más afectados.

En cuanto a los gastos médicos directos por las consecuencias de fumar, éstos se estiman en $921,389,057, principalmente en costos de hospitalización.

Según explicó el doctor Heriberto Marín, catedrático asociado de la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas, Universidad de Puerto Rico, mientras el costo promedio de una cajetilla de cigarrillos es de $5.55, los costos combinados de gastos médicos y pérdidas de productividad laboral por cajetilla vendida se estiman en $23.30.

Ante este panorama, Marín resaltó cómo los beneficios de los programas de cesación de fumar sobrepasan los costos.

“El ahorro promedio en costos varía entre $1.24 y $2.78 por cada dólar invertido en programas de cesación, dependiendo del tipo de intervención”, sostuvo el economista en salud.

No al cigarrillo

El estudio de la Universidad Estatal de Pennsylvania compara cuatro modalidades de tratamiento: terapias de reemplazo de nicotina, bupropión (original y genérico) y vareniclina. Todas incluían consejería psicológica.

Se encontró que los beneficios sobrepasaban los costos de los tratamientos.

“Entre los beneficios está lo que dejan de gastar en servicios de salud, una mayor longevidad, más productividad, menos enfermedad y ausentismos laborales relacionados al tabaco”, sostuvo Marín, quien recalcó cómo, por ejemplo, con el uso de reemplazo de nicotina, “por cada dólar recibo $1.19 de beneficios”.

Mientras tanto, el estudio encontró que los beneficios netos (incluyendo el evitar gastos médicos y los gastos de impuestos estatales en la venta de cigarrillos, además de descontar las ganancias de los negocios por vender cigarrillos y el costo de los programas de cesación de fumar) varía desde $1,342,165 a $22,709,150.

Según recordó la doctora Díaz Toro, la Ley 21, aprobada hace dos años (2008), establece una cubierta uniforme en todas las pólizas médico hospitalarias públicas para los beneficiarios que requieran este tratamiento.

Esta medida obliga a que las organizaciones de seguros de salud, públicas y privadas, ofrezcan una cubierta para este tipo de tratamiento de hasta un máximo de $400 anuales por suscriptor.

Díaz Toro recalcó que, considerando que el costo por tratamiento, incluyendo consejería psicológica, varía de un promedio de $343 a $494, la cubierta anual debe ser mayor, por lo cual la Coalición contra el Cáncer y otras entidades en beneficio de la salud buscan que se enmiende esta ley.

“Una persona que desea dejar de fumar lo intenta de dos a tres veces al año, por lo cual si no tiene éxito la primera vez, las otras veces tendría que costearlo o esperar al próximo año para que el plan le cubra el tratamiento”, dijo.

Se estima que en Puerto Rico se venden unas 107,642,276 cajetillas al año, un promedio de 283 cajetillas al año por fumador.

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