Resuena el grito contra la “vía verde”

17 Octubre 2010

Resuena el grito contra la “vía verde”
Vecinos de Toa Baja censuraron ayer al gasoducto. Vídeo

Piden eficencia en operación de la AEEPor Yaritza Rivas / yrivas@elnuevodia.com

Pero ellos no fueron los únicos que le dijeron no al proyecto que el Gobierno plantea como una solución para bajar los costos de electricidad.

La manifestación se llevó frente al Coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón donde se realizó la vista sobre la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) ante la Junta de Calidad Ambiental.

Hasta allí llegaron ciudadanos, agencias de gobierno y grupos obreros y comunitarios para deponer.

Juan Camacho, portavoz del Comité Toabajeños contra el Gasoducto reclamó la falta de orientación en su comunidad en Levittown, donde recientemente hubo vecinos que recibieron cartas de intención de expropiación. Luego les llegó otra carta de no intención.

“Hay un problema de improvisación”, opinó Camacho, quien pidió más participación de las comunidades.

Ángel Figueroa Jaramillio, presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riesgo de Puerto Rico, denunció que la DIA tiene serias deficiencias. Según él, falta de transparencia de información y participación democrática de las comunidades.

Jaramillo aseguró que en la DIA se usaron mapas obsoletos, a pesar de que existen mapas actualizados.

Mientras que estudiantes de la Sección Ambiental de la Clínica de Asistencia Legal de la Universidad de Puerto Rico repudiaron también el gasoducto. Salvador Coleman dijo que el gasoducto es como una lobotomía que dividiría la Isla. Según él se afectaría el hábitat de 34 especies, fincas del norte con gran valor ecológico y agrícola.

“Hago hincapié que esto no es una vía verde, es un gasoducto”, dijo.

Por otro lado, Luis Bernal, director ejecutivo de la Administración de Asuntos Energéticos, endosó el proyecto. Bernal explicó que el gasoducto sería una alternativa para hacer una transición estable como parte del plan para generar energía sustentable.

El biólogo Emilio Font era el último en la lista de unos 40 deponentes. Llegó a la vista para abogar por las especies de aves que se afectarían con el proyecto.

Font aseguró que hay evidencia científica que demuestra que hay un gran riesgo de que especies de aves se extingan si se fragmenta su hábitat.