domingo, 10 de octubre de 2010

Luchan las escuelas con las redes sociales

Puerto Rico Hoy
10 Octubre 2010

Luchan las escuelas con las redes sociales
Expertos dicen que no hay que intimidarse ante esos nuevos medios, pero reconocen que tienen la particularidad de distraer a maestros y alumnos



El Departamento de Educación permite el uso de internet sólo cuando es pertinente al currículo que enseña. (ARCHIVO / Wanda Liz Vega)Por Gloria Ruiz Kuilan / gruiz@elnuevodia.com

Érase una vez que surgieron nuevas herramientas tecnológicas que sirvieron para la comunicación interpersonal, prácticamente desde cualquier lugar. A esto se le llamó redes sociales.

Pero, aunque eran muy conocidos sus atributos, para las escuelas se convirtieron en un dolor de cabeza.

Esa podría ser la historia sintetizada de las redes sociales y el reto que representan para las escuelas públicas y los colegios privados del país. Al parecer, herramientas como Twitter, Facebook, MySpace y hasta el texteo mediante celular sorprendieron a la mayoría de estas instituciones.

Por ejemplo, en Caguas, para el 2007 un grupo de estudiantes recién graduados de un colegio católico llevaba poco más de un año con un espacio en Facebook en el que se mofaban de la facultad de la institución y de cuanta situación ocurría en el mismo. La página y todo lo que allí se colgaba llegó a manos de la dirección del colegio, que no pudo hacer nada puesto que los responsables eran egresados. Sin embargo, “ellos sí expulsaron a un estudiante de undécimo que era hermano de una de la clase graduada. Él fue el que puso los comentarios más fuertes y aún era estudiante”, contó uno de los implicados que pidió no se le identificara.

Eventualmente, el colegio tuvo que adoptar una política sobre el uso de redes sociales, incluso fuera del período académico, para impedir que se afectara su imagen. La nueva política era sencilla: prohibido el uso del nombre del colegio en redes sociales y mucho menos comentarios que lo laceraran, incluyendo a su facultad.

El profesor de sicología del Departamento de Ciencias Sociales, de la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez, Mario Núñez Molina, indicó que las instituciones académicas tienden a prohibir el uso de las redes sociales. Opinó que se perciben como entes cerrados. “Parte del problema es que ven las redes como una amenaza y la manera de trabajar eso es prohibiéndolo”, dijo.

Educación reglamenta

“Es la visión de que es una herramienta que interrumpe el proceso de enseñanza, y podría serlo, pero de todas maneras lo tienes ahí”, dijo Núñez.

Precisamente, el Departamento de Educación (DE) en su Manual de política sobre el uso aceptable de internet en las escuelas públicas establece que será permitido el acceso a “recursos de la internet” cuando sean “ consistentes con el currículo y las metas de los diversos programas del sistema público”. El DE establece medidas disciplinarias para quien violente las reglas del manual, que van desde una amonestación verbal hasta la suspensión de clases por un tiempo definido.

Respecto al uso de celulares -que en la actualidad no sólo viabilizan los mensajes de texto sino la navegación por internet- el DE prohíbe su uso a los estudiantes y a los maestros “ya que interrumpe el proceso pedagógico”.

Sin embargo, es harto conocido que en las escuelas del País llueve el uso de los celulares propiedad de estudiantes y de personal docente.

Y es que, tal y como reseña la cadena ABC News, los centros educativos pueden ser expertos en enseñanza, pero luchan con las redes sociales y lo que éstas representan. Recalca que en Estados Unidos mientras crece la popularidad de estas redes sociales “más y más maestros han sido disciplinados o hasta despedidos por compartir fotos y mensajes considerados inapropiados por sus respectivas escuelas”.

Por ello, la pregunta medular a la que colegios y escuelas buscan respuesta parece ser hasta dónde se separa lo personal de lo profesional.

Para Rafael Cartagena, presidente y fundador de la Escuela Daskalos que centra su estilo de enseñanza en la tecnología, las redes sociales no deben ser objeto de miedo. Cartagena reconoce que son herramientas que cambiaron la forma en que los jóvenes socializan.

“La escuela no puede adoptar las redes sociales como un mecanismo o vehículo para enseñar directo, sobre todo en ciertas materias como español e inglés porque usan otro lenguaje y hay palabras que significan otras cosas”, dijo Cartagena, cuyo plantel provee a cada estudiante -desde tercero a duodécimo grado- una computadora portátil.

Como las computadoras portátiles son de la escuela, ni los estudiantes ni el personal docente pueden tener expectativas de privacidad y la institución recoge el equipo periódicamente para supervisar su uso.

Precisó que su escuela adoptó normas claras y precisas que establecen, entre otras cosas, que el acceso a redes sociales está bloqueado. “Porque resulta un distractor demasiado grande. Daskalos tiene una cuenta en Facebook, pero es la cuenta que puede tener una empresa”, dijo Cartagena, quien añadió que tampoco permiten que personal docente socialice mediante el mundo virtual con estudiantes o padres.

“La única interacción es la académica. Lo contrario, es una llamada al peligro porque nosotros tenemos suficientes mecanismos tecnológicos”, dijo.

Explicó que, reconociendo la existencia de estas redes sociales y sus ventajas, la escuela posee un espacio para que padres, maestros y estudiantes se comuniquen a través de su propia plataforma, llamada Moodlo.

La clave para Cartagena es “entender bien la tecnología que hay disponible y qué es lo que se puede hacer y no se puede hacer antes de tomar medidas. Hay que tener reglas bien claras”.

Núñez, por su parte, dijo que cuando padres, estudiantes y maestros usan las redes sociales deben ser prudentes y discernir entre lo que es personal y lo que no lo es. “La escuela tiene una función muy importante que es enseñarle a discriminar a los estudiantes. Es importante evaluar críticamente el impacto de estas redes sociales y no, de primera instancia, cerrarse a ellas”, dijo.

“La mejor manera de lidiar con esto es enseñarles a usarla de forma efectiva y también integrarla a los procesos de enseñanza y aprendizaje”, agregó.

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