‘¡Esto no es justicia!’

‘¡Esto no es justicia!’
Por Miguel Rivera Puig
EL VOCERO
Viernes 22 de Octubre de 2010

Michael Uscennowics Simpson. EL VOCERO/Alvin Báez
Transcurridos más de tres meses desde que la nutricionista Verónica Santiago Díaz fuera muerta por un balazo en la cara a manos de su amigo Michael Uscennowics Simpson, quien alegó se le disparó accidentalmente un rifle de asalto M-16 que tenía en su apartamento, el juez José M. D’Anglada determinó causa para arresto ayer por asesinato en segundo grado e infracciones a la Ley de Armas.

El magistrado le señaló una fianza de $125 mil, la que sería prestada por el joven ex militar, nacido en Puerto Rico, de ascendencia rusa.

La familia de la víctima que se encontraba en sala mostró su inconformidad con el proceso. “¡Esto no es justicia!”, gritó Jeannette Díaz, madre de Verónica, en sala evidentemente afectada, por lo que fue sacada del lugar. Además estuvieron presentes el padre, Andrés Santiago, y la hermana gemela de la nutricionista.

La muerte de Verónica, quien tenía 27 años de edad, ocurrió en la noche del 6 de julio en el apartamento en que para esa época vivía Uscennowics Simpson, en el condominio Fountain Blue, en el camino Alejandrino, en Río Piedras.

Amigos y familiares de Verónica llevaron a cabo esta semana una actividad frente al Capitolio, pidiendo el cese de la violencia. El emotivo acto, que se denominó ‘De espalda al hombre y de frente a Dios’, fue organizado por Dana Miró, quien describió a Verónica como su mejor amiga.



Los padres de Verónica Santiago Díaz dramatizaron su frustración por el resultado de la vista en la que se determinó causa para arresto ayer por asesinato en segundo grado contra Michael Uscennowics Simpson. EL VOCERO/Alvin Báez
Tras la muerte de la joven, que era vecina del barrio Yaguada, en Camuy, Uscennowics Simpson sufrió un colapso nervioso que requirió hospitalización.

La agente Jennifer Ginés, de la División de Homicidios del CIC de San Juan, realizó la investigación, en la cual la fiscal Carmen Iris Ortiz no encontró elementos para demostrar la premeditación que hubiera resultado en una acusación de asesinato en primer grado.

De la pesquisa se supo que Uscennowics Simpson tenía el rifle exhibiéndolo en una pared cargado y que la noche de los hechos lo tomó para mostrarlo a su amigo Pedro Miguel Serrano García, quien lo visitaba, disparando el arma cuando la manipulaba. Tenía licencia para poseer el mortífero fúsil y cuatro pistolas, las que fueron ocupadas por la Policía.