sábado, 23 de octubre de 2010

Desamparados los pacientes de Clínica de Inmunología

23 Octubre 2010

Desamparados los pacientes de Clínica de Inmunología
La UPR pide sacar de su hospital a pacientes VIH



Amenazada la Clínica de Inmunología del Departamento de Salud, que ubica en el Hospital de la UPR en Carolina. (Archivo )Por Gloria Ruiz Kuilan / gruiz@elnuevodia.com

Los pacientes y empleados de la Clínica de Inmunología ubicada en el Hospital de la Universidad de Puerto Rico (UPR), en Carolina, están sumidos en la incertidumbre tras enterarse de que el primer centro docente del País les dio un mes -plazo que prácticamente venció- para desalojar las instalaciones que ocupan desde hace más de 10 años.

El Nuevo Día obtuvo copia de una misiva -fechada el 23 de septiembre de este año- en la que el director ejecutivo del Hospital, Jorge A. Torres Otero, informa a la administradora interina del Programa de Inmunología del Departamento de Salud, Aixa Irizarry, que deben irse del lugar.

“La realidad a esta fecha es que el Hospital UPR necesita con urgencia el espacio que ocupa el Programa de Inmunología en el primer piso, para el desarrollo de los servicios de la institución”, indica la carta sin dar más detalles de los futuros planes.

La administración universitaria no respondió al llamado de este diario para proveer información sobre el desalojo.

La carta, además, reconoce que entre la UPR y el Departamento de Salud no hay un acuerdo por el que este último pague renta por el espacio que ocupa.

Ayer la secretaria auxiliar de Salud Familiar, Servicios Integrados y Promoción de la Salud del Departamento de Salud, Margaret Wolfe, se reunió con los empleados y algunos pacientes de la clínica y les aseguró que negocian con la UPR la permanencia de la clínica en el hospital.

“Puedo confirmar que los servicios en la clínica no se van a suspender en ningún momento, ni se van a afectar. Nosotros estamos en negociación para que la clínica pueda seguir operando desde allí”, dijo Wolfe.

Pero no precisó cuándo habrá un acuerdo con la UPR y si conllevará alguna transacción monetaria.

La misiva de la UPR recuerda que en el 2006 también hubo un pedido para sacar las oficinas del hospital de Carolina y se dio un plazo de seis meses. “Han pasado cuatro años más y aún el programa continúa en el hospital”, recoge la carta.

“Están dando una opción, que es una cuarta parte de lo que tenemos aquí, en el sótano donde no hay baño, lavamanos, sala de espera... No hay privacidad alguna y está en el pasillo que va hacia la morgue. Eso no es una opción”, dijo uno de los dos infectólogos de la clínica, Milton Garlan.

La carta también da cuenta de que es el personal del hospital el que se encarga de preparar y despachar los medicamentos en la farmacia para los pacientes VIH positivo, lo cual fue confirmado por la enfermera de la clínica Lourdes Medina. “Ellos sirven los inhibidores de proteasa., dijo.

Sin embargo, la enfermera aclaró que aunque el Departamento de Salud no paga renta a la administración universitaria, los pacientes de la clínica le dejan fondos al hospital, ya que usan sus servicios de salud como laboratorio, clínica dental, emergencias y rayos X.

La clínica cuenta con siete empleados y atiende a más de 500 pacientes que vienen de diversos pueblos como Bayamón, Guaynabo, Río Grande, Caguas, Fajardo y Humacao, entre otros.

Tras una visita de este diario a la clínica, poco más de una veintena de pacientes expusieron -bajo anonimato- su malestar si, en efecto, se cierra o se saca del hospital la instalación de salud. Rechazaron acudir a otra de las siete clínicas de inmunología del Departamento de Salud, principalmente por la privacidad que proporciona la de Carolina, ya que es la única ubicada dentro de un hospital.

Además dijeron que la localización es perfecta puesto que cuando han necesitado servicios de salud pueden acceder los del hospital de manera rápida como lo exige su estado médico.

“Esto nos crea incertidumbre. Si nos sacan de aquí, ¿a dónde vamos a ir?”, dijo un paciente de Río Grande.

“Nuestra condición es discriminada en el siglo XXI. Se supone que no visitemos una funeraria por nuestra condición y la alternativa es ubicarnos al lado de la morgue”, dijo una paciente que reside en Bayamón.

Los pacientes elogiaron la calidad humana del personal, que aseguraron es otro atributo de la clínica.

La sicóloga Olga Cantón dijo que la salud física de algunos pacientes de sus pacientes se ha alterado porque su estado anímico se ha visto afectado con la noticia del desalojo.

“¿Qué uno puede interpretar de esto? No es discrimen. ¿Acaso somos menos?”, cuestionó otro paciente.

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