sábado, 4 de septiembre de 2010

Riesgo de ataque con ántrax

04 Septiembre 2010

Riesgo de ataque con ántrax
Imponen cuarentena a soldadose investigan carga sospechosa en Estambul. Vídeo de boricuas en Turquía

Vídeo: Reporte especial de boricuas en TurquíaServicios Combinados

Ankara - Seis soldados estadounidenses y un ciudadano turco han sido hospitalizados y puestos bajo cuarentena en Estambul, ante la sospecha de haber inhalado esporas de ántrax, informó ayer la agencia estatal Anadolu.

Según la fuente, un soldado estadounidense encontró un polvo sospechoso de ser ántrax, que fue enviado luego a un laboratorio, al abrir una caja que llegó en un cargamento aéreo al aeropuerto Ataturk de Estambul, donde trabaja.

Un total de seis soldados y un oficial turco, todos empleados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y quienes tuvieron contacto con la citada caja, fueron ingresados y puestos bajo cuarentena en el Hospital Haseki.

Además, varios equipos del Rescate Nacional Médico fueron enviados al aeropuerto para controlar el lugar donde se abrió la caja sospechosa.

Se espera que mañana o el lunes se den a conocer los resultados del laboratorio para verificar si el polvo encontrado es ántrax.

Territorio estratégico

La situación se produce justo cuando el jefe del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, almirante Mike Mullen, llegó a Ankara para coordinar el transporte por suelo turco de armas pesadas que Estados Unidos retirará de Irak.

Según los medios turcos, además de la negociación sobre el traslado de ese armamento estadounidense, se espera que Mullen explique a las autoridades turcas un plan para instalar en Turquía una base de radar para un escudo antimisiles contra posibles ataques de Irán.

La visita se produce después de que las autoridades de EE.UU. dieran oficialmente por terminadas las operaciones de combate en Irak, y se espera que Turquía, país miembro de la OTAN, autorice el traslado por su territorio de las armas estadounidenses.

De parís a estambul

Ocurre también mientras Ankara es sede del Torneo Mundial de Baloncesto, que atrae a cientos de delegaciones de deportistas, así como a turistas aficionados al evento deportivo internacional.

Una de las situaciones más recientes de sospecha de un ataque de bioterrorismo de esa índole trascendió en París, Francia, en julio pasado.

Se trató de un correo sospechoso recibido en la Embajada de Estados Unidos, en la céntrica plaza parisina de la Concordia.

En ese momento, se informó que dos empleados franceses sintieron molestias tras abrir una carta, desatando los temores de un envenenamiento. Los trabajadores fueron examinados por un equipo médico que no encontró rastros de intoxicación.

Oleada histórica

La noticia en Francia, al igual que ayer en Ankara, hizo temer la repetición de lo ocurrido a finales de 2001, cuando una oleada de cartas envenenadas con ántrax mató a cinco personas y dejó heridas a otras 17 en Estados Unidos.

Los envíos con este producto, una bacteria que provoca una enfermedad rápidamente mortal, se produjeron en los meses posteriores a los atentados del 11-S en Nueva York.

A raíz de esos casos fatales, las autoridades estadounidenses iniciaron abarcadoras investigaciones que justo culminaron y pasaron al archivo de casos cerrados en febrero de 2010.

Fue hace siete meses que el Negociado Federal de Investigaciones (FBI) determinó que el empleado del gobierno que envió en 2001 cartas con ántrax actuó solo y la agencia decidido cerrar la investigación, según fuentes cercanas al caso.

Las cartas, que fueron enviadas a congresistas y medios de comunicación poco después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de ese año, sembraron el pánico en Estados Unidos y otros países.

Histórica pesquisa

Esa investigación ha sido una de las más prolongadas y costosas que se han realizado en Estados Unidos en tiempos recientes.

En 2008 se determinó que el único sospechoso era Bruce Ivins, que se suicidó. Sin embargo, los abogados del caso decidieron seguir investigando para asegurarse de que no hubo más personas implicadas.

El FBI informó de que Ivins, biólogo de 62 años, trabajaba en el Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército en Fort Detrick (Maryland). Cuando estaba a punto de ser detenido, Ivins ingirió una dosis letal de pastillas y murió el 29 de julio de 2008.

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