martes, 28 de septiembre de 2010

La batalla contra los piojos

28 Septiembre 2010

La batalla contra los piojos
Consejos para lidiar con la presencia de estos insectos en el cabello de tus hijos


Por El Mercurio / Chile/GDA

La sola idea de piojos caminando en la cabeza de un niño basta para generar espasmos de repulsión. A juzgar por las drásticas medidas que algunos padres toman para deshacerse de ellas - desde mayonesa y vinagre hasta dosis potencialmente tóxicas de sustancias químicas - uno pensaría que son el peor azote sobre la Tierra.

Pero, aparte del factor asco y un cuero cabelludo que a veces produce comezón, ocasionada por una reacción alérgica a su saliva, los piojos de cabeza no causan dolor físico y no transmiten enfermedades.

En un informe clínico emitido en julio por la Academia Estadounidense de Pediatría, la organización notó que los piojos "provocan un alto nivel de ansiedad entre los padres de familia de niños en edad escolar".

Un mayor problema que los mismos piojos es que las infecciones comúnmente no se diagnostican bien. Bajo algunos estimados, cuando menos la mitad de los niños que reciben tratamiento para combatir piojos en la cabeza- que incluso les prohíben asistir a la escuela, en algunos estados de EU con políticas de "cero liendres"- ya no las tienen o nunca estuvieron infestados, para empezar.

Las escuelas que revisan a niños en busca de piojos a menudo se apoyan en enfermeras y padres de familia mal preparados para detectar cualquier infección activa de piojos.

En un estudio de más de 600 muestras de presuntos piojos o huevecillos presentados por profesores, padres de familia, enfermeras y médicos, aproximadamente dos tercios terminaron siendo caspa, costras, tierra, trozos de células de la piel, gotitas de aerosol para el cabello, otros insectos o huevecillos que ya no eran viables o no habían incubado.

Este estudio, encabezado por el Dr. Richard J. Pollack y colegas de la Facultad de Salud Pública de Harvard, concluyeron que los "niños sin infecciones terminan siendo aislados cuando menos con la misma frecuencia que menores infestados" y que los tratamientos con insecticidas que matan piojos "se aplican con mayor frecuencia a niños que no están infestados que a niños que presentan infestaciones activas".

En las palabras de la Academia de Pediatría, "a un niño no se le debe restringir de que asista a la escuela debido a los piojos; se deberían abandonar las políticas de cero liendres". Además, "se deberían desalentar las revisiones rutinarias en aulas o en escuelas enteras".

Cualquiera puede terminar con piojos. No tienen respeto alguno por la clase social, higiene personal, largo del cabello o frecuencia del peinado. Con mayor frecuencia se transmiten por contacto directo de cabeza con cabeza, con mucha menor frecuencia por exposición a la ropa, sombreros, cascos, accesorios del cabello, audífonos o accesorios usados por una persona infectada.

Los niños terminan infectados con mayor frecuencia que los adultos, al tiempo que la incidencia es mayor entre blancos en comparación con otros grupos.

Si bien "probablemente es imposible prevenir todas las infecciones de piojos en la cabeza", decía el informe de pediatría, "es prudente que se enseñe a los niños que no compartan artículos personales como peines, cepillos y sombreros. Sin embargo, nadie debería negarse a usar equipo protector en la cabeza por temor a terminar con piojos".



Primero, detección; después tratamiento

Los piojos son parásitos que se alimentan de sangre y que se arrastran pero no pueden volar, saltar o clavarse en el cuero cabelludo. Tampoco pueden sobrevivir más de un día más o menos de la sangre y calor del cuero cabelludo de los humanos. Las hembras ponen aproximadamente seis huevos al día que se pegan a mechas de pelo justo junto al cuero cabelludo.

Solamente los huevecillos fértiles, o liendres, incubarán, pero incluso así, éstas no pueden eclosionar a temperaturas inferiores a las que se encuentran cerca del cuero cabelludo.

"La regla de oro para el diagnóstico de piojos en la cabeza es encontrar a un piojo vivo en la cabeza", asentaba el informe de la Academia de Pediatría.

Esto puede ser difícil porque los insectos son diminutos -desde el tamaño de una semilla de fresa a mas o menos un octavo de pulgada- y evitan la luz, amén que pueden arrastrarse con rapidez. El mejor lugar para buscarlos es la nuca y detrás de las orejas.

A menudo resulta más fácil encontrar huevecillos, pero quizá no representen una infección activa que requiera de tratamiento. En una entrevista, Pollack explicó que pudiera necesitarse capacitación y una lente de aumento para distinguir entre una liendre que alberga a un embrión vivo y uno que no es viable, está vacío o muerto.

Si bien los huevos viables pudieran camuflarse con pigmento para igualar el color del cabello, los cascarones vacíos suelen presentarse en blanco. Las liendres halladas a más de media pulgada del cuero cabelludo no son en sí señales de una infestación activa, destacó Pollack.

De aquí que, como la Academia de Pediatría, él dice que el tratamiento debería ser considerado solamente cuando se detecten piojos activos o huevos viables. "La comezón en el cuero cabelludo o la percepción de que algo está caminando sobre la cabeza del individuo no amerita el tratamiento para combatir piojos", dijo.

Incluso cuando se encuentran piojos activos en la cabeza o huevecillos viables de una persona, no son necesarias "medias hercúleas de limpieza", con base en el reciente informe sobre el problema escrito por la Academia de Pediatría de Estados Unidos.

Si bien es prudente limpiar la ropa de cama, sábanas y artículos del cabello usados por la persona infestada, el informe decía: "sólo los objetos que han estado en contacto con la cabeza de la persona infestada en las 24 a 48 horas previas al tratamiento deberían considerarse para limpieza".

Si una persona en el hogar está infestada con piojos, todos los integrantes de la familia deberían revisarse, pero solamente "los que tengan piojos activos o liendres a un centímetro del cuero cabelludo deben buscar tratamiento".

Los piojos o liendres restantes morirán si se lavan los artículos a se secan a temperaturas superiores a 130 grados Fahrenheit. Los artículos que no pueden lavarse pueden ser enviados a la tintorería o envueltos en plástico durante dos semanas.

Puede aspirar los muebles, alfombras, asientos del automóvil y otros artículos cubiertos por telas. En cuanto a remedios caseros, como la mayonesa y el vinagre, no existe evidencia confiable de su efectividad. Si se aplica abundante vaselina al cabello los insectos pueden terminar sofocados, pero es sumamente difícil retirarla.

A diversos productos "naturales" -aceites y remedios herbales- no se les exige que cumplan las normas federales de seguridad y eficacia. Otros productos químicos han sido sometidos a estudios, y los resultados son mixtos.

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