viernes, 24 de septiembre de 2010

Curva en la columna

24 Septiembre 2010

Curva en la columna
Conoce el tipo de desviación más común y cómo se trata hoy


Por Camile Roldán Soto / end.croldan@elnuevodia.com

¿Qué te pasó en la espalda?, es una pregunta con tono de asombro que escucho regularmente. A partir de unas pulgadas más abajo del cuello hasta un poco más arriba del sacro se extiende sobre mi piel una línea fina, indiscreta. Es el recuerdo de la fusión espinal que me practicaron a los 16 años para corregir una condición de escoliosis.

A lo largo de mi columna vertebral descansan no sé cuántos ganchos y dos varillas hechas de titanio que enderezan lo que solía ser un hueso en forma de una gran letra ‘S’. Cuando por casualidad un ortopeda detectó mi condición tenía, según recuerdo, una curva torácica lumbar de 63 grados, más que suficiente para considerar la cirugía.

Hace algunas semanas, recibí en mi buzón un artículo sobre el tema de la escoliosis. Mientras leía no paraban las preguntas. Después de tanto tiempo, ¿cómo habría cambiado esa cirugía?, ¿cómo es la recuperación?, ¿qué materiales se utilizan hoy? En la nota no hallé todas las respuestas, así que decidí buscarlas.

Pero si estás tan perdido como yo cuando escuché por primera vez el término escoliosis, comencemos por definir esta condición.


¿Qué es la escoliosis?

El cirujano ortopeda especialista en la columna vertebral, Yamil Rivera Colón, la define como una desviación de más de 10 grados en la columna, usualmente hacia el lado en forma de una letra ‘S’. Puede ocurrir en diferentes áreas del torso, el área lumbar o ambas. Se trata de una virazón tridimensional, es decir, que la columna no solamente está virada sino rotada, como si se tratara de una cadena o una soga a la cual se le ha dado vueltas.

Existen diferentes tipos de escoliosis, pero la más común (mi caso y sobre la cual hablaremos) es la escoliosis idiopática de la adolescencia. Tal como indica su nombre, no se conoce su causa de origen, pero se sabe que la prevalencia en las féminas es marcada, en proporción de 1 a 10 en comparación a los varones. Personas con historial de la condición en su familia tienen un 20% más de probabilidad de desarrollarla, según la Asociación Americana de Cirujanos Ortopedas.

La escoliosis idiopática de la adolescencia comienza a manifestarse durante la preadolescencia, período durante el cual el crecimiento ocurre a mayor velocidad. En las niñas, es la etapa más próxima al comienzo de la primera menstruación.


Cómo detectarla

El doctor Rivera explica que en algunos casos los padres pueden notar la desviación en sus hijos a partir de los 8 ó 9 años. A veces es necesario esperar un poco más. Se detecta si cuando el niño o niña se inclina hacia el frente observan un pequeño lomo o asimetría en la espalda. La escoliosis también puede dejarse notar si el hombro (usualmente el derecho) o la línea de la cintura está más arriba en uno de sus dos lados. En algunos casos, se puede observar que uno de los pechos se desvía hacia el lado. En mi caso todas las señales estaban presentes. Eran sutiles a simple vista, pero contundentes al observarse detenidamente. Era como si de pronto mi cuerpo hubiese adquirido las propiedades de la plastilina y alguien lo hubiese remoldeado en algunas partes, especialmente el pecho y la cintura.

Algunos niños, además de las señales físicas, también experimentan dolor a causa de la escoliosis.

De notar alguna anomalía es importante evaluar al menor con un ortopeda para determinar si, en efecto, existe un diagnóstico. Estos profesionales realizan pruebas más específicas que incluyen la evaluación de rayos X. Mientras más temprano se detecta la condición, más posibilidad hay de detenerla a tiempo para evitar una cirugía.


Todo depende

El cirujano ortopeda de espalda Enrique Escobar Medina y el doctor Rivera coinciden en que el tratamiento para este tipo de escoliosis depende fundamentalmente de su severidad y el grado de progresión del paciente. Es decir, cuánto le falta por crecer al momento de detectar la condición.

Si la desviación es menor de 20 grados, se recomienda la observación para ver si la curva progresa o se mantiene más o menos estable. Entre los 25 a los 35 grados se utiliza una abrazadera hasta que el menor termine de crecer. Mientras, en casos con más de 40 a 45 grados de desviación, puede recomendarse la cirugía.

“Si tienes una niña con 30 grados que ya tuvo la menstruación, el caso no es tan preocupante”, explica el doctor Rivera. Por el contrario, señala, a una niña de 10 años con 10 grados de desviación hay que observarla de cerca, debido a que en el período que le queda por crecer antes de la menstruación su curva podría aumentar sobre 40 grados. El uso de la abrazadera, descrito por Rivera como “un caparazón de plástico hecho a la medida”, se utiliza para evitar que la curva progrese durante el tiempo que le queda por crecer al paciente. “La deformidad existente se queda ahí, pero se estabiliza para que no empeore. Eso se logra como en el 60 al 80% de los casos”, aclara, por su parte, Escobar.

Sin embargo, los entrevistados coinciden en que es “un reto” que los pacientes completen el tratamiento con la abrazadera, porque debe ser utilizada durante 23 horas diarias por espacio de varios años. La hora que queda disponible muchos la utilizan para realizar alguna actividad física o bañarse.

Ambos doctores señalan que, según su experiencia, la mayoría no utiliza esta herramienta. Entre los que optan por tomarse ese riesgo, algunos terminan su período de crecimiento con una curva que no representa riesgo a su salud. Pero otros no y se convierten en potenciales candidatos para la cirugía.

Rivera señala que, cuando termina la etapa de crecimiento, existe el riesgo de que la curva progrese a razón de un grado por año. Es importante tener en cuenta que las desviaciones muy agresivas no sólo pueden tener consecuencias estéticas para el paciente, sino también comprometer su capacidad respiratoria al empujar la región torácica.


La operación

Aunque a grandes rasgos los criterios para operar son que la curva supere los 40 a los 45 grados, la edad del paciente y la molestia que presente la condición, los entrevistados establecen que cada caso se analiza en su contexto.

Escobar sostiene que tiene pacientes adultos con dos curvas de 40 grados que no han querido operarse y están estables. Mientras, el doctor Rivera señala que una vez vio un caso de una joven que a los 14 años tenía unos 45 grados de desviación. Sus padres decidieron no operarla y regresó a los 20 años con una curva de 90 grados.

“Obviamente la cirugía fue bien grande, hubo que fundirla hasta el sacro”, recuerda Rivera.

A diferencia de la abrazadera, el propósito de la cirugía es enderezar lo más posible la columna y asegurar que no vuelva a virarse.

Se trata de una cirugía que ha experimentado algunos cambios notables. Hace 15 ó 20 años la tendencia entre los cirujanos en Puerto Rico era utilizar una combinación de varillas y ganchos. Hoy es bastante común la combinación de tornillos y varillas, según la experiencia de los cirujanos entrevistados.

Señalan que los tornillos permiten lograr una corrección “en tres planos”. Esto significa que es posible revertir la rotación o “destorcer”, además de simplemente enderezar la columna. El resultado es una fijación más estable y requiere la fusión de un área más reducida, lo cual beneficia la capacidad de movimiento de la persona operada.

Los médicos enfatizan que, aunque los tornillos tienen sus ventajas, esto no quiere decir que es inadecuado utilizar ganchos.


Recuperación

El dolor durante la recuperación de una cirugía de escoliosis, igual que muchas otras, es difícil de tolerar. Sin embargo, en mi caso la parte más retante fue llevar durante seis meses un yeso permanente que cubría desde debajo de las axilas hasta el hueso de las caderas. Descubrí que, para fortuna de quienes padecen escoliosis hoy, el caparazón ya no es parte de la recuperación salvo en casos donde el cirujano, por alguna razón, entienda que la fusión no quedó tan sólida como se esperaba. Los cirujanos entrevistados no usan ni el yeso permanente ni la abrazadera como herramienta para la recuperación.

Al tratarse de una cirugía mayor, el paciente debe estar hospitalizado durante una semana, tener paciencia y disciplina para aprender a desplazarse normalmente otra vez y esperar entre seis meses a un año antes de realizar actividad física vigorosa. Luego de eso, puedo dar fe de que, salvo por los cuidados obvios, la vida continúa como si nada hubiera pasado.

Tipos de escoliosis

Escoliosis congénita: Se diagnostica desde la infancia y puede ser resultado de problemas en la formación de las vértebras durante la gestación.


Escoliosis neuromuscular: Está asociada a condiciones como la perlesía cerebral, espina bífida, distrofia muscular, entre otras.


Escoliosis idiopática de la adolescencia: Se desconoce su causa. Es la más común , sobre todo en las niñas. Se desarrolla durante los años de crecimiento acelerado.


Escoliosis degenerativa del adulto: Puede presentarse a partir de los 25 a 30 años en pacientes de escoliosis que fueron intervenidos quirúrgicamente en la adolescencia o, por el contrario, que no recibieron tratamiento durante esa etapa. También puede ser causada por condiciones degenerativas como la osteoporosis.



Más información


Asociación Americana de Cirujanos Ortopedas - www.aaos.org


Scoliosis Research Society - www.srs.org

Señales

A partir de los 8 años puedes observar:

hombros desiguales

escápulas o costillas prominentes

cadera elevada de un lado

inclinación del cuerpo hacia un lado

un pecho desviado hacia el lado (en las niñas)

dolor de espalda crónico (poco común sólo si no se ha tratado en varios años)


Tratamiento

Menos de 20 grados

observación

De 25 a 35 grados

tratamiento con abrazadera

Más de 40 a 45 grados

posible cirugía

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