domingo, 26 de septiembre de 2010

Habituada a vivir dentro del ojo del huracán

26 Septiembre 2010

Habituada a vivir dentro del ojo del huracán
Una joven cidreña labora con los cazahuracanes



La meteoróloga Yaítza Luna estudió recientemente el progreso del huracán Karl. (suministrada)Por Pedro Bosque Pérez / pbosque@elnuevodia.com

Se escuchaba “esmolía”. Acababa de bajarse de un cazahuracanes tras cumplir una misión de 10 horas, atravesando varias veces la pared del ojo del huracán Karl en su momento de más intensidad.

Yaítza Luna Cruz se excusa al hablar en su celular porque no pudo contestar un mensaje que se le dejó horas antes. No lo dice, pero en ese momento viajaba por dentro de un ciclón cuyos vientos superaban las 110 millas por hora (mph). Llevaba varios días con esa rutina.

La joven natural de Cidra pide unos minutos para comer antes de iniciar la entrevista, que se efectuó recientemente. Poco después inicia su relato de la misión en que estuvo.

“Hace cinco días empezamos a sobrevolar el PGI-44L. Llevamos cinco días en él (Karl), desde antes de ser depresión tropical”, cuenta Yaítza con entusiasmo, evaporando el cansancio que la arropaba momentos antes.

“Cuando estás entrando a las paredes del huracán es una turbulencia increíble. Pero una vez entras al ojo ves la superficie del huracán y puedes ver las paredes. Puedes ver los rayos del sol y las nubes. Unos tres a cuatro minutos (después) hay que correr a los asientos porque se llega de nuevo a la pared del ojo”, relata Yaítza, que describe ese proceso como “una de las experiencias más mágicas que puedas vivir”.

Su primer huracán fue Earl, al que visitó por cuatro días. Señala que en cada vuelo pasan de cinco a seis veces por el ojo del ciclón. Estudia, entre otras cosas, los factores que intensifican o debilitan estos fenómenos atmosféricos.

“Podemos volar tres días corridos si estamos estudiando un huracán”, señala la científica. Los vuelos duran entre ocho a diez horas.

Su próximo huracán no fue el gigantesco Igor sino Karl, que “desafió los modelos” que predicen su desarrollo y trayectoria. “A los científicos nos interesan más los casos raros. Dio mucho trabajo. Estuvimos varios días tratando de entender a Karl”, indicó la meteoróloga.

“Este tipo de misión es bien importante para mejorar los modelos que predicen la trayectoria e intensidad de los huracanes. Una vez acabamos la misión se analizan los datos”, explica Yaítza, quien estudió en la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez (UPRM) un bachillerato en física teórica y una maestría en física. Mientras hacía este último grado completó la secuencia curricular de Ciencias Atmosféricas y Meteorología.

La joven fue fundadora y primera presidenta de la Sociedad Meteorológica de Puerto Rico, en la UPRM.

Al presente estudia un doctorado en Física Atmosférica en el Centro de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA), y Ciencias Atmosféricas en la Universidad de Howard, en Washington D.C.

“Lo más que me llena de orgullo es que soy de Cidra, mujer y la única latina” en la misión en que participa actualmente, sostiene Yaítza, quien al hablar desborda energía, pasión y alegría.

La estudiante participa en la misión GRIP (Genesis and Rapid Intensification Process, por sus siglas en inglés) de la NASA. El objetivo de la misma es entender mejor cómo las tormentas tropicales se forman y desarrollan en huracanes intensos.

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