sábado, 14 de agosto de 2010

Una peición que mortifica

14 de agosto de 2010
El Nuevo Día
Por Marian Díaz / mdiaz1@elnuevodia.com

Si usted es uno de los consumidores a los que le incomoda que le soliciten el boleto de compra a la salida de un establecimiento comercial, sepa que la Cámara de Representantes evalúa un proyecto que pretende prohibir esa práctica o, en su defecto, reglamentar claramente cómo los comercios podrían hacerlo.

Se trata del Proyecto de la Cámara 2555 de la autoría de 11 representantes, entre ellos Antonio (Toñito) Silva, Jorge Navarro y Ángel Pérez.

Dicho proyecto busca crear la “Ley sobre la prohibición de registros en los establecimientos comerciales”, la que impediría que representantes o empleados de los comercios “detengan, exijan o requieran el recibo de compra para el registro de las mercaderías adquiridas en dicho comercio a los consumidores que hayan adquirido las mismas dentro de sus predios o facilidades en forma propia y legítima”, lee parte del proyecto.

Ésta no es la primera vez que la Legislatura busca prohibir tal práctica. En el 2000 presentó un proyecto similar, que fue aprobado por ambas cámaras, pero el gobernador Pedro Rosselló le dio un veto de bolsillo para sorpresa de algunas legisladores.

Al igual que entonces, la medida cuenta con la oposición de las cadenas de comercios, representadas en esta ocasión por la Cámara de Comercio de Puerto Rico (CCPR) y por la Asociación de Comercio al Detal, Inc. (ACD) Esta última es una organización de reciente creación que agrupa a Walmart, Macy's, JC Penney, Home Depot, Sears, Kmart, Farmacias Plaza, Home Depot, El Amal y Walgreens.

En una vista pública celebrada ayer, la ACD expuso que la solicitud del recibo de compra responde a una política de prevención de hurtos y al afán de los comercios por disminuir los costos asociados a la ratería. La vista fue presidida por el representante Navarro, quien dirige la Comisión de Asuntos del Consumidor.

Justifica su oposición

Para sostener su argumento, Edwin Rodríguez, ejecutivo de Walgreens y presidente de la ACD, presentó estadísticas de los Estados Unidos que apuntan a que el hurto de mercancía asciende a $13,000 millones anuales.

Aunque señaló que en Puerto Rico no existen estadísticas que cuantifiquen las pérdidas ocasionadas por robos en las tiendas, Rodríguez extrapoló las cifras de Estados Unidos -preparadas por la Universidad de Florida en el 2008- y estimó que en Puerto Rico las pérdidas pueden ascender a $521 millones anuales. El porcentaje que usó para la extrapolación dijo que proviene de la National Retail Security Survey.

“Este proyecto es detrimental porque generaría pérdidas y el daño que causaría sería, no sólo a los negocios, sino al Estado porque dejaría de devengar impuestos”, aseveró el ejecutivo.

Señaló además que hay unos 27 millones de rateros en la nación, incluyendo Puerto Rico, y que no existe un perfil único del ratero, ya que estos pueden ser jóvenes, niños, adultos, envejecientes, hombres o mujeres.

Modalidades de robo

Según Rodríguez, hay rateros que toman un artículo de la tienda, no lo pagan y se dirigen hacia el empleado que está en la salida y le dicen que van a devolver la mercancía. Cuando el empleado le explica que necesita el recibo de compra para efectuar la devolución, la persona le contesta que no lo tiene y que entonces regresará después, y sale de la tienda con el artículo sin pagar.

Contó que hay otros casos, que incluyen a profesionales -incluso a personas con grados doctorales- y algunos que cometen la fechoría en combinación con empleados de la tienda o con carreros que entregan mercancía.

De acuerdo a Rodríguez, el 73% de los adultos y el 72% de los adolescentes que roban en los comercios no planificaron dicho acto, sino que lo hicieron de forma espontánea.

“La ratería es un crimen no premeditado, sino de oportunidad por lo que solicitar el recibo a la salida de la tienda puede reducir significativamente la oportunidad de dicho acto y disuadir al actor de dicha práctica a no cometer el delito”, sostuvo el líder de la ACD.

Por su parte, Edgardo Bigas, vicepresidente ejecutivo de la CCPR, concurrió con Rodríguez en que la solicitud del boleto es “un disuasivo para reducir la cantidad de ratería”.

A preguntas de la representante Lourdes Ramos de cuánto ha disminuido el hurto de mercancía en las cadenas que solicitan el recibo de compra, Bigas dijo que es difícil determinar eso, ya que ésa es una de las tantas medidas que usan las cadenas para protegerse del hurto.

Ni Rodríguez ni Bigas pudieron contestar si la práctica de revisar los recibos de compra es exclusiva de las cadenas que operan en Puerto Rico y en los mercados latinos, o si lo hacen en el 100% de sus localidades.

Entre las cadenas que en Puerto Rico piden el recibo a la salida, figuran Walmart, Kmart, Home Depot, Sam's Club y Costco.

Mientras, Noris Rodríguez, quien compareció en representación del secretario de Justicia Guillermo Somoza Colombani, aclaró que solicitar el recibo de compra al cliente no viola su intimidad; pero señaló que las cadenas no pueden solicitar que abran las bolsas de compra ni contar el número de los artículos adquiridos.

“Para registrar los paquetes tiene que haber motivos fundados. Si la tienda lo hace sin tener esos motivos, eso no es correcto”, advirtió la funcionaria, quien aclaró que en el caso Castro Cotto vs. Tiendas Pitusa el Tribunal Supremo no se expresó sobre la razonabilidad de dicha práctica; sólo determinó que el pedido del recibo no violenta el derecho a la intimidad del cliente.

Justicia no avala el Proyecto de la Cámara 2555 tal y como está redactado, pero sí está dispuesta a favorecerlo si el legislador le hace enmiendas.

En particular, Somoza Colombani sugirió que se incluya en el proyecto la definición de “registro”, y que se consulte con el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) si podrá supervisar este estatuto a la luz de la limitación de sus recursos fiscales.

Otra recomendación de Somoza Colombani es que en el caso de los clubes de membresía donde media un contrato entre la tienda y el cliente, cualquier prohibición de que se registren los paquetes y bolsas de compra debe hacerse de manera prospectiva, y no retroactiva.

Enmendarán la medida

Ante esos planteamientos, Navarro dijo que se propone enmendar el proyecto para adoptar las sugerencias de Justicia y específicamente incluir que si un negocio va a exigir el recibo de compra a la salida, tiene que anunciarlo antes, de manera que los clientes sepan de antemano la política de la cadena.

Asimismo, indicó que de aprobarse la medida, con las sugerencias de Justicia, los clubes de membresía no podrán revisar la mercancía comprada a la salida del establecimiento, aún cuando el contrato lo establezca. Esto salvo que la cadena divulgue públicamente que su política es revisar la mercancía.

Para evitar que la Legislatura apruebe la medida, Bigas manifestó que la CCPR preparará un protocolo con el objetivo de uniformar entre sus socios la manera en que requerirán el recibo de compra. Señaló que la entidad prefiere autorregularse, en vez de que el gobierno sea el que le imponga las regulaciones.

De igual manera Rodríguez recalcó que los consumidores deben ver con buenos ojos la revisión de los recibos, porque ayuda a reducir los costos y, por ende, los precios y además es señal de que la cadena se preocupa por servir a sus clientes.

“El tener empleados a la salida del local, es sinónimo de “un buen servicio. Son medidas de atención al cliente, y de paso, el que va con malas intenciones, sabe que allí a la salida hay alguien pendiente”.

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