viernes, 13 de agosto de 2010

Una molestia al sexo

Una molestia al sexo
viernes, 13 de agosto de 2010
Carmen Graciela Díaz / Para Primera Hora

Había una vez una pareja que se disponía a entregarse al sexo. Pero cierto dolor en la mujer, íntimo por demás, fue el encargado de estropear el acto y la ilusión de ambos.

“La vulvodinia es una molestia o dolor crónico en la vulva”, expone Juan Carlos Malavé Rexach, sexólogo del Instituto de Servicios Educativos y Psicológicos de Puerto Rico.

Esta incomodidad, explica Anamar Aponte, residente de Ginecología de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas, “puede manifestarse repetidamente y dura mucho”. Dicha afección se manifiesta de dos formas, según Aponte. De manera generalizada (dolor o malestar en el área completa de la vulva) o localizada (el dolor se siente sólo en la abertura hacia la vagina).

Confundida usualmente con el vaginismo -condición que se caracteriza por contracciones en los músculos pélvicos-, según Malavé, la vulvodinia se distingue por “irritación en el área, ardor, lesiones y puede haber picazón”.

El profesor Malavé, quien imparte clases en el Colegio Universitario de San Juan, ilustra que “la vulvodinia es una de las condiciones que no se sabe a ciencia cierta qué la causa. Lo que sí es que hay unas hipótesis (que apuntan a) infecciones, espasmos musculares y cuando hay historial de verrugas vaginales”.

Otros panoramas que pudieran tener como consecuencia el padecimiento de la vulvodinia, de acuerdo con Malavé, es la irritación que se origina por los químicos que se encuentran en los jabones y en productos como el body wash. Asimismo, el experto comenta que las duchas vaginales, ciertos antibióticos que la persona utilice y una agresión sexual también pueden ocasionar la aparición de esta condición.

El tratamiento se nutre de diversos acercamientos de acuerdo con las características de la vulvodinia. Aponte menciona que “la terapia física puede lidiar con los espasmos musculares y trabaja con ejercicios para fortalecer los músculos pélvicos”. Además, Malavé nombra a los antidepresivos y anestésicos para el dolor como otros remedios a considerar.

¿Y la vida sexual?

Una relación está compuesta por dos, por lo que es natural que una condición como ésta sea encarada por ambos. Por lo tanto, la comunicación es crucial para que la sexualidad no sufra un sinnúmero de consecuencias incómodas.

Una de las secuelas de la vulvodinia es una intimidad que equivale a molestias como el dolor físico y emocional o, incluso, pavor al sexo. Aponte dice que “algunas mujeres con dolor pélvico crónico pueden desarrollar temor a las relaciones sexuales”. Y es que la experta anticipa que, considerando que el dolor crónico puede dificultar el trabajo y otras actividades, “la vulvodinia puede trastornar la vida diaria de una mujer”, incluyendo su rutina sexual.

De igual forma, la ginecóloga subraya que el médico puede sugerirle a la mujer terapia o asesoramiento sexual como apoyo a la pareja. La terapia, según Aponte, puede ayudar a enfrentar la situación, reduciendo por ejemplo, el estrés.

Malavé indica que “en la relación de pareja, lo primero que ambos tienen que hacer es, luego de ir al médico, aceptar la condición y entenderla”. Es clave que este episodio no se enfrente a solas durante el tratamiento.

Sin embargo, menciona Malavé, “muchas mujeres ocultan la condición a la pareja y lo que hacen es complicar el proceso porque (la otra parte) puede pensar que no quiere tener relaciones sexuales”.

De cara a los efectos que tiene la vulvodinia, específicamente durante el coito, Malavé señala que la pareja “tiene que capacitarse en el área de los juegos sexuales para que no dejen de tener sexualidad”.

Identificar dónde están las zonas erógenas, la experimentación, utilizar juguetes o instrumentos sexuales, la masturbación conjunta y disfrutar de películas eróticas son algunas de las opciones que la pareja tiene a su disposición para que la intimidad no se lacere, precisa Malavé.

“Mientras esté en tratamiento, hasta que no mejore la condición, no se debe tener la penetración”, urge el educador, pues dicho acto puede traer complicaciones a la vulvodinia tales como el empeoramiento de la infección. Aponte concluye que el uso del condón dentro de este panorama es contraindicado “porque irrita más el área afectada”.

Para citas con el sexólogo Juan Carlos Malavé Rexach, llama al Instituto de Servicios Educativos y Psicológicos de Puerto Rico al 787-768-3320 o accede a http://www.sexologopr.com. Consigues a la ginecóloga Anamar Aponte llamando al 787-758-2525.

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