lunes, 2 de agosto de 2010

“Tengo un miedo horrible...”

“Tengo un miedo horrible...”
viernes, 30 de julio de 2010
Libni Sanjurjo Meléndez / Primera Hora

11 de julio de 2009: Carmen Fernández Ortega revela que en el 2006 inició una odisea de la que no tiene idea cuándo terminará.

Hoy, poco más de un año después, Fernández Ortega sigue sin saber, pero a ello le ha añadido el “miedo horrible” que siente porque no encuentra cómo arrancarse del cuerpo el dolor que le ocasionan una hernia y adherencias.


Luego que su caso saliera a la luz pública ese año, y tras un seguimiento en marzo pasado, la paciente del plan de salud del Gobierno logró una tercera evaluación médica para determinar la viabilidad de una cirugía que le quite del cuerpo las masas que le afectan.

La tercera evaluación, sin embargo, reflejó lo mismo que las realizadas por cirujanos anteriores, confirmó la procuradora de la Oficina del Procurador del Paciente (OPP), Luz Teresa Amador.

El dolor es causado por las adherencias y la hernia en la pared abdominal, pero no son operables, informó Amador.

“Las adherencias y las hernias no son operables... Hay tres opiniones de cirujanos que coinciden en que no es operable. No hay una alternativa quirúrgica para esa paciente”, sentenció el informe.
Pero, ¿por qué no es recomendable? No hubo respuesta inmediata.

“Debe haber una razón. Tendría que entrar a profundizar (en el expediente). Argumentos clínicos tienen que existir que lleven a estos médicos a decidir no intervenir a la paciente quirúrgicamente”, explicó Amador.
La paciente argumenta que el último cirujano le dijo que podía vivir con la hernia...

En lo que tenemos en este momento, no tenemos esa información... (Pero) si un médico expresa que puede vivir con esa hernia, significa que no le hará daño a su salud y vida.

Sigue empeorando

Ese diagnóstico, sin embargo, no convence a Fernández Ortega. Es que el dolor y la deformidad de su abdomen no le permiten seguir viviendo con esa hernia, aunque el cirujano Ernesto Ortiz, de Centro Médico -el tercero que la evaluó- le aseguró que podía vivir así, argumentó.

“Ahora los dolores son peores. El vientre se ha caído por completo... Ese diagnóstico fue hace mes y medio y estoy tratando de que me ayuden. Voy por los canales, pero como no les duele a ellos”, expuso.

La paciente acudió a un médico internista, Miguel Muñiz, hace tres meses -adicional a su médico primario- y le dijo que está preocupado porque teme que la hernia esté “encerrada”, lo que podría obstruirle el intestino grueso, dice.

“Tengo un miedo horrible... Los dolores continúan más agudos. (El médico) me mandó un CT scan pélvico (donde también tiene dolores, al igual que en el estómago) porque le preocupa que ha crecido el vientre en los últimos meses”, expresó la paciente.

También le han salido hematomas en el estómago.

“Si tú ves esto ahora, está horrible”, expuso.

Su salud mental está frágil. Se ha visto afectada por depresión y ha tenido que acudir al psiquiatra y tomar medicamentos, menciona.



La deben revaluar

Ante el crecimiento de la hernia y el surgimiento de hematomas, Amador sugirió una cuarta evaluación luego de defender el proceso de seguimiento al caso, ya que ambos elementos serían cambios en el paciente que ameritarían un nuevo vistazo.

“Si le sigue creciendo la hernia, buscaría una evaluación médica... El ser humano es cambiante”, expuso la Procuradora.

También tiene hematomas

Si también tiene hematomas, ella necesita una evaluación médica, punto. El médico primario tiene la competencia para evaluar las razones de los hematomas y el último médico la debe revaluar para ver qué ha ocurrido sobre el crecimiento de la hernia y cómo eso pudiera estar afectando su salud física.

¿Una bariátrica?
La tercera evaluación sugirió explorar la operación bariátrica por el sobrepeso de la paciente.
Carmen pesa 334 libras.

Por eso, inició hace seis meses el proceso dirigido hacia una cirugía bariátrica con una nutricionista, ya que el primer paso es bajar de peso.

Pero no ha bajado ni una sola libra, al contrario, ha aumentado.

¿Por qué no has bajado?

Ella (la nutricionista) no se explica. Me dice que estoy hinchada, que lo que como se convierte en hinchazón, no es gordura.

Según la paciente, el sobrepeso fue una de las razones por las cuales no se sugirió la operación de la hernia y las adherencias; la OPP no arrojó luz sobre esto.

Fernández Ortega toma dos analgésicos diarios para el dolor, pero dice que su alivio es temporero.

“Yo lo que necesito es una calidad de vida mejor”, expuso la madre de cuatro hijos.



Lleva cuatro años sumida en el dolor

Sus dolores se remontan al 2006. Para esa fecha, fue operada en el Hospital Universitario de Adultos del Centro Médico de Río Piedras con el fin de remover su ovario derecho, ya que le habían detectado unas masas cancerosas.

Pero lo que inició como una solución de salud resultó todo lo contrario.

Le quitaron el ovario izquierdo, alegó. No demandó porque “me dijeron que ellos iban a reparar los daños”.

Le hicieron una segunda intervención en el 2008.

Le sacaron cuatro órganos: el cuello uterino, la matriz, la vesícula y el ovario que debía haber sido removido desde un principio.

Desde entonces, Carmen Fernández Ortega sufre dolores abdominales a consecuencia de unas adherencias que, generalmente, surgen luego de una cirugía.

Asimismo carga con la hernia.

“Esto fue malpractice. Me quitaron lo que no era, el ovario que no era, y yo no pido demanda ni nada, lo que pido es una mejor calidad de vida. Eso es lo único que yo quiero”, expuso recientemente al ser cuestionada sobre por qué no había incurrido en una acción legal.

Para que la Oficina del Procurador del Paciente (OPP) investigue el aspecto de malpractice, la paciente tendría que presentar una querella por ese motivo, lo que no ha hecho.

La paciente, además, tiene la opción de acudir nuevamente a la OPP para que la dependencia gubernamental retome el caso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario