sábado, 28 de agosto de 2010

La desigualdad social dispara la violencia

28 de agosto de 2010
EL Nuevo Día
POR RICARDO CORTÉS CHICO
rcortes@elnuevodia.com

PARECÍA UNA radiografía del problema de violencia en Puerto Rico, pero Luis Fernando Duque Ramírez, el director del proyecto Prevención de la violencia en el Valle de Aburrá (Previva) hablaba de los problemas en su natal Medellín en Colombia, lugar que en décadas recientes fue sede de uno de los carteles de narcotráfico más temidos.

El problema de la violencia allí es igual de complejo que acá. Una gama de disloques sociales contribuye a las manifestaciones violentas y los más susceptibles son los jovenes varones, en su mayoría provenientes de las poblaciones medias y bajas. Esto último, porque la mayor parte de la población colombiana pertenece a estos sectores, explicó. Estos disloques, en su mayoría se resumen en un problema de inequidad o desigualdad social. O al menos la percepción de esta.

"El problema que hemos encontrado no necesariamente es por la pobreza sino con la percepción de inequidad social", dijo Duque Ramírez ayer durante la celebración del Simposio para la prevención de la violencia, organizado por la Asociación de Psicología de Puerto Rico y la Universidad del Este (UNE) en Carolina.

Al menos esa es una de las conclusiones principales a la que han llegado en el desarrollo del proyecto que dirige, enfocado en la prevención. Pero estas no son las únicas.

Según Duque Ramírez, en los estudios encontraron una correlación entre la vigilancia y la confianza que generan las madres con sus hijos y el nivel de violencia que estos últimos manifiestan.

Cuando esto se da, explicó el galeno experto en medicina preventiva, los jóvenes se desarrollan por las vías legales y en muchos casos motiva la integración íntima de los padres en la crianza.

También encontraron una relación directa entre la cohesión vecinal y los niveles de organización comunitaria y la violencia en la zona.

Entre otros factores de riesgos identificados se encuentran actitudes machistas, la ausencia de normas sociales, percepción de violencia en una zona y el maltrato físico a los menores.


ASOCIADA CON LA FRUSTRACIÓN
Duque Ramírez destacó además que uno de los hallazgos en torno al tema es una relación detectada en los niveles de frustración profesional y la violencia.

"Se da en la frustración de no poder estudiar lo que quiso, o de ejercer la profesión que quería. Esto se ha relacionado con la violencia. Es un ejemplo de la relación entre la percepción de inequidad. La percepción de inigualdad social es uno de los elementos arraigados a la violencia y el crimen", dijo.

Duque explicó que el proyecto de la Universidad de Antioquía y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá en Medellín, lo comenzaron en el 2004 con el propósito promover la participación de los distintos sectores de la sociedad en la búsqueda de soluciones a la violencia, en especial los municipios y las comunidades, una iniciativa un tanto similar a otras iniciadas en la Isla, entre las cuales se destaca la Agenda Ciudadana, propulsada por El Nuevo Día y la Corporación de Apoyo a Programas Educativos y Comunitarios (Capedcom).

Para esto, adoptaron un modelo salubrista contra la violencia. En esencia el método constó de la recopilación de evidencia científica en torno al problema, la promoción del diálogo entre los distintos sectores sociales y la organización de los recursos preventivos relacionados con la violencia.

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