martes, 20 de julio de 2010

Más difícil el incesto cuando se trata de varones

Más difícil el incesto cuando se trata de varones
martes, 20 de julio de 2010
Arys L. Rodríguez Andino / Primera Hora

Si para una niña es difícil divulgar que ha sido víctima de incesto, para un niño puede ser todavía más complicado hablar sobre la victimización sexual porque, entre otras cosas, está implícita la construcción social de que se espera que los varones se sepan defender.

Según la ex presidenta del Colegio de Trabajadores Sociales, Doris Gónzález, los niños abusados se cuestionan cuál va a ser la reacción de sus familiares si se enteran de que fue sexualmente agredido por un hombre.

“Usualmente es el sentido de vergüenza y el miedo a la reacción familiar y social lo que obstaculiza que pueda expresar que fue abusado por otro varón”, señaló la doctora.

Con esa posición coincidió la directora del Centro de Ayuda a Víctimas de Violación, María Rebecca Ward, quien explicó que los niños “empiezan a cuestionarse si hicieron algo para provocar la conducta del otro y empiezan a cuestionarse su sexualidad”.

“Cuando son menores hay mucha manipulación del agresor, que busca inducirlos a conductas sexualizadas y a echarles la culpa de lo que pasa”, declaró Ward.

El abuso sexual intrafamiliar, además, suele prolongarse durante más tiempo porque la figura de poder está en el entorno familiar. “Llega un momento en que el niño se siente cómplice. Tiene que haber una persona que vea y note lo que pasa”, expresó González.

Contrario a los abusos sexuales de extraños, en los que la violencia física puede ser parte del acto, en los casos de incesto generalmente hay un tipo de seducción y entrampamiento.

“Se ganan el afecto, comparten tiempo y regalos y le dan (a la víctima) una atención que quizás no estaban recibiendo”, abundó Ward. “Buscan personas vulnerables de quien puedan abusar y que tengan menos probabilidades de buscar ayuda”.

En el caso de incesto, señaló la directora del CAVV, el silencio es tan grande entre la misma familia que a veces dos hermanos pueden ser abusados y ninguno sabe que el otro es tan víctima como él. “No se enteran hasta adultos de que a los demás también les pasó”, indicó.

Aunque hay niños que no lo van a contar y otros que aprovecharán la confianza en alguien para decirle lo que les ocurre, González aseguró que hay diferentes formas de saber si un menor es abusado.

“Los niños empiezan a afectarse en su rutina del diario vivir. Hay un cambio; lo que está pasando es que hay adultos que no lo ven”, estableció la perito en corte.

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