miércoles, 7 de julio de 2010

Los boricuas en carrera por una vida saludable

miércoles, 7 de julio de 2010
Leysa Caro González / Primera Hora

La carrera por una vida saludable es un reto que cada vez más puertorriqueños están asumiendo.

No es una carrera que se pueda completar a toda prisa, conlleva tiempo, inversión y dedicación para alcanzarla. ¿Qué buscan? Sencillo. Salud, longevidad y prevención de condiciones que a la larga les harán un hueco en el bolsillo ante los cada día más costosos tratamientos y medicamentos.

Este nuevo patrón de vida no sólo está revolucionando la forma de vivir de muchos, sino también la industria de alimentos, que aunque ya ha sufrido una transformación, aún está en ese proceso al menos en Puerto Rico.

Esa necesidad de llevar una vida saludable va mucho más allá de simplemente cambiar los hábitos alimentarios. Se trata también de prevención, hacer ejercicios y vivir bajo el mejor ambiente posible.

El ingeniero Ulises Pabón y el economista Héctor López estudiaron detenidamente este tema a nivel global. En Puerto Rico se trata de un estilo de vida incipiente, pero a nivel de Estados Unidos y Europa es una cultura que está completamente desarrollada.

“Cuando éramos niños, el mensaje era: ‘Come lo que quiere, que para eso están los servicios de salud, y hoy en día eso ha demostrado ser excesivamente costoso, complejo y no tan efectivo. Hoy dicen: Antes de usar servicios de salud, debo tener una nutrición sana’”, explicó Héctor López, economista de QBS, Inc.

Hay cuatro cambios fundamentales en los hábitos nutricionales. El primero es una conciencia creciente con respecto a la salud. Entre las consecuencias directas de este cambio está un crecimiento en la demanda y oferta de los productos orgánicos.

El problema con este tipo de producto es que es más caro, pues su producción al ser libre de químicos es más costosa y lenta. “Un cultivo de maíz de alta productividad y poniéndole toda la tecnología, fácilmente lo puedes tener en dos meses y medio. Si lo haces orgánico, tienes que esperar entre cuatro a seis meses a que te produzca”, señaló.

Como segundo aspecto, está el uso de semillas genéticamente alteradas buscando productividad en la agricultura y que a fin de cuentas se pueda alimentar el planeta.

Aunque parecen dos puntos totalmente contradictorios, pues hay un nicho que busca un producto libre de químicos y el otro no, hay una realidad económica: con agricultura convencional se muere la gente, así piensan los científicos.

“El uso de semillas alteradas para trabajar con pesticidas específicos, abaratar costos, aumentar la oferta y tratar de disminuir la presión de precios”, señaló Ulises Pabón, investigador de la firma.

Como tercer y cuarto punto, están el incremento en la búsqueda de alimentos frescos listos para comer y llevar, por un lado, y el matrimonio de la nutrición y la farmacia, mejor conocido como “nutracéutica”, que no es otra cosa que el uso de productos que combinan ambos elementos.

“Hay un sector que lo que busca es que le traigan el producto trozadito, bien arreglado y bien puesto en una cajita para que se lo pueda ir comiendo en el carro”, señaló al sostener que no son productos necesariamente orgánicos, pero sí naturales.

Obviamente, son cambios nutricionales más costosos que la famosa junk food. Pero, extrañamente hacia esa tendencia se está viendo, es un movimiento tanto de las personas de la clase alta y media, así como de la clase baja que ha optado por hacer sacrificios para llevar un estilo de vida que a la larga les asegurará ahorros y más años de vida saludable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario