sábado, 10 de julio de 2010

La crisis financiera y las lecciones a la industria petrolera

Sábado 10 de Julio de 2010 01:19

La crisis financiera global de 2008 afectó de manera directa y particular a la industria del Petróleo. La secuencia de aumentos en el precio del barril, que se inició en 2003, cuando superó la barrera de los $40, y se estabilizó a mediados de 2008, con un valor estacionado muy por encima, permitió que los proyectos se hicieran económicamente viables y abarcaran iniciativas tales como la perforación en aguas profundas y áreas pre-salinas, la aplicación de nuevas técnicas para una más efectiva recuperación de reservorios y la implementación de proyectos de energía renovable.


Como reflejo de la crisis, hubo restricciones inmediatas en el otorgamiento de nuevos créditos y se elevaron los costos de capitalización de las compañías del sector, que incrementaron sus esfuerzos por eludir los riesgos y originaron una drástica caída en los ingresos. Después de la burbuja especulativa, durante la cual el precio por barril alcanzó un pico de $145.29 (al cierre de NYMEX en julio de 2008), el valor se desplomó en sólo cinco meses por debajo de los $50. Esto forzó a muchas compañías a recortar sus costos operacionales drásticamente, para recuperar el equilibrio de sus flujos de caja. Luego, debieron revisar sus portafolios de inversión, lo que hizo más palpable el efecto de la crisis.



La Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) estima que desde octubre de 2008 hasta abril de 2009, hubo una reducción de 21% en los presupuestos asignados como capital de inversión por las empresas del segmento mundial de exploración y producción, pasando de aproximadamente $475,000 millones a $375,000 millones. Uno de los segmentos más severamente afectados fue el de Financiación de Proyectos del área de construcción de infraestructura mid-stream, que abarca oleoductos y plantas de gas natural líquido (LNG), algunos de los cuales son los de mayor riesgo para el sector. También se vieron castigados los proyectos de refinería, con siete postergaciones y dos cancelaciones. En energías renovables, la caída fue del 38%, por la notable disminución de los precios de los combustibles de origen fósil.



En América latina, el nivel del recorte en las inversiones fue moderado, por debajo de 10%. La región se caracteriza por la concentración del acceso a los hidrocarburos por parte de compañías petroleras estatales (NOCs, por sus siglas en inglés), que mostraron en promedio un 7.5% de recorte. Pero mientras que las “mayoristas” (Supermajors) reportan variaciones que oscilan entre -3% y 4% y nunca superan el 7%. Las estatales llegan a exceder el 10%, contrastando con las empresas internacionales menores, cuyos recortes llegaron al 36.7%.



Podemos inferir que estas variaciones en el rediseño de las inversiones son el resultado de un acceso más fácil al crédito. Sin embargo, también es claro que uno de los factores para estos bajos niveles de variación es la madurez a nivel de las prácticas de gestión, ejercidas durante ya largo tiempo por estas grandes corporaciones. Las pequeñas variaciones entre las petroleras estatales demuestran que el proceso de maduración también viene alcanzando ese segmento.



Esta crisis constituye un momento propicio para la revisión de estrategias, modelos de negocios y prácticas de gestión. SAP identificó los principales problemas y preparó un portafolio de soluciones útiles para dar respuesta a un escenario que exige la aceleración y la consolidación de ciertas prácticas de negocios para establecer una ruta sostenible de negocios. Las compañías requieren mayor flexibilidad en sus modelos de asociación, agilidad durante la constitución de fusiones y adquisiciones corporativas, aplicar mejores prácticas y retención de conocimientos, satisfacer nuevos requerimientos de seguridad, salud y medio ambiente y simular en tiempo real de sus diferentes modelos de negocios. Con esto en mente, se proveen las funcionalidades descritas a continuación:



- Gestión de Caja y Tesorería. Promueve una proyección más acertada de flujos de caja y riesgos financieros, haciendo posible un control más efectivo sobre las actividades de tesorería.

- Servicios Financieros Compartidos. Capacidad para implementar las mejores prácticas en procesos a escala global, sin perder control sobre los costos operacionales, brindando portales funcionales para gerentes de unidad de negocios y controles sobre contratos tipo SLA (de nivel de servicio) para servicios internos.

- Cadena de Valor Financiero. Automatización de los procesos financieros basada en la aplicación de las mejores prácticas, abarcando los procesos de facturación, cuentas por cobrar, cuentas por pagar, pagos y aprobaciones de crédito.

- Administración de efectivas asociaciones de riesgo compartido. Sincronización de los procesos básicos de negocios de la compañía y su racionalización para las funciones de producción, gestión de terrenos, control de gases y gestión financiera de las compañías de exploración y producción petrolera.

- Administración del desempeño financiero y operacional. Transparencia y visibilidad financiera de los procesos operacionales, de Exploración y Producción, de Refinería y de Gas y Energía, impulsando la sincronización de las actividades inherentes a la definición y ejecución de sus estrategias, presupuesto y planeamiento.

- Administración de riesgos y cumplimiento legal de la Industria con riesgos inherentes con la exploración de recursos naturales. Permite el monitoreo de los esfuerzos de compliance aplicados como respuesta al creciente volumen de obligaciones legales fijadas para la industria por diversas autoridades regulatorias, gobiernos y naciones.

- Aceleración de los cierres financieros a escala global. Mayor calidad de los reportes financieros, gracias a la disponibilidad de información segura y confiable, a un costo más bajo.



El proceso de recuperación tras la última debacle ya comenzó, pero los escenarios proyectados presentan un alto nivel de incertidumbre y un creciente grado de competitividad. Las lecciones aprendidas de la reciente crisis son muy útiles si se las aplica al replanteo de los procesos financieros y controles de riesgos, en relación con los indicadores estratégicos y en la revaluación y el establecimiento de prioridades para aquellas áreas que necesiten mejoras que apuntalen la sostenibilidad de los negocios.

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