lunes, 26 de julio de 2010

Cocinando ideas

26 de julio 2010

Por Aura N. Alfaro / aalfaro@elnuevodia.com

Cuando Raúl Rivera estudiaba ingeniería química en el Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico, nunca le cruzó por la mente que su futuro sería en la industria de carnes.

Cuando Rivera se graduó, en 1992, ya había nacido su primera hija.

“Me tuve que ir a trabajar, pero las farmacéuticas no estaban contratando, y Elliot Reyes (de la productora de ternera Provimi de Puerto Rico), que conocía a mi familia, me ofreció empleo. Me ganaba $195 semanales como gerente de operaciones”, dijo el joven.

Confesó que llegó a sentirse mal, porque sus amigos se estaban ganando buenos sueldos. Pero cuando su padre lo exhortó a que buscara trabajo en otro lado, dijo que no.

“Le dije que aquí estaba mi futuro, me había enamorado de esta industria”, dijo Rivera. “Me di cuenta que la industria de carne en Puerto Rico estaba virgen, porque no todo tiene que ser carne fresca”, sostuvo.

Al tiempo, Rivera decidió establecer una planta de procesamiento de carnes con valor añadido.

Originalmente, iba a establecer la operación en Vieques, pero cuando ya casi estaba todo cuadrado no ocurrió. Poco después, consiguió que la Compañía de Desarrollo Industrial le arrendara un edificio abandonado, en el barrio Jaguas de Ciales.

Inauguró la nueva planta Metzgermeister & Research Corp. en agosto de 2006, con $250,000 de ayuda del Departamento de Agricultura.

Hoy, cuatro años más tarde, la procesadora tiene 130 empleados en tres turnos, una inversión de $6 millones en equipo, con los que elabora 10 productos: pastrami, “corned beef”, lasaña, “roast beef”, albóndigas en salsa, costillas de cerdo ahumadas en salsa, pollo guisado, jamón de sándwich y de cocinar, y mortadella.

Vende sus productos a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, a la cadena de restaurantes de sánwiches Tony Luke's -en Nueva Jersey-, a distribuidores de alimentos en Estados Unidos y Puerto Rico, y al programa de comedores escolares local.

La empresa incluso hace sus propias salsas -criolla, barbacoa, y agridulce- para el pollo guisado, las albóndigas, y las costillas de cerdo ahumadas.

Además, tiene 30,000 pies cuadrados de almacenes en San Juan, para sus materiales secos.

Vende soluciones

Metzgermeister elabora mortadella y jamones para la marca privada Kitchen Chef, de la distribuidora de alimentos local GMT Corp.

“Le dijimos a GMT que nos trajera la materia prima de Estados Unidos, que le damos el servicio de picarla y empacarla, y aceptaron”, señaló Rivera, quien explicó que “para nosotros, hacer estos productos aquí significa generar empleos en Puerto Rico, y sustituir importaciones”.

Hace un mes, la compañía incursionó en el mercado detallista con dos marcas propias -Metzgermeister y Caribbean Chef- de jamón para sándwich y de cocinar, y albóndigas de pollo en salsa. También comenzaron a vender arroz cocido a diversas cafeterías.

Rivera adjudica parte de su éxito a que se amolda a los consumidores.

“No nos podemos imponer a los consumidores, sino escuchar cuáles son sus necesidades”, dijo el joven industrial. “Realmente, no vendemos productos, vendemos soluciones”.

Metzgermeister también opera un laboratorio de alimentos. En esta vertiente del negocio invirtió $800,000, y emplea a seis microbiólogos, que conocen y entienden la elaboración, refrigeración y manejo de alimentos, y se dedican a hacen todo tipo de pruebas para detectar e identificar bacterias y hongos, provenientes del aire, el agua y los químicos que usa la industria.

El laboratorio le brinda servicios a otras empresas locales, y hace pruebas de bacteriología a compañías en Estados Unidos, Panamá, Costa Rica, y República Dominicana, dijo Rivera.

Nuevos proyectos

Otro proyecto que está “cocinando” incluye la instalación de un reactor, para hacer cereales calientes -como avena, harina de maíz y farina-, que luego empacará en porciones individualizadas y en bolsas de cinco libras, para servicio institucional.

Metzgermeister licitó en la reciente subasta del Departamento de Corrección para proveer las tres comidas diarias a los 11,000 confinados del sistema, y está pendiente a la adjudicación.

El año pasado, la empresa consiguió un contrato por $60 millones con la compañía de alimentos estadounidense Rastelli para elaborar productos de carne con valor añadido.

Con esto, la planta del barrio Jaguas se quedó pequeña, aunque tiene 24,000 pies cuadrados. Así es que Rivera arrendó una propiedad de 125,000 pies cuadrados de la Compañía de Fomento, en el barrio Frontón de Ciales. El edificio albergó hasta el 2008 a la empresa Thermo King de Puerto Rico.

Estimó la inversión en $6 millones, y espera generar 300 nuevos empleos.

Está en la etapa de diseño y preparación de la nueva planta de cocinar y ahumar, para hacer hot dogs de pollo, costillas de cerdo, pavo ahumado, “nuggets”, y productos congelados -como tostones, amarillos, y pastelón de amarillo- para los mercados detallista e institucional.

Adicional, Rivera ve mucho futuro en la industria de los pequeños rumiantes, por lo que trajo a la Isla 100 cabras para iniciar la producción comercial de queso.

“Para hacer las cosas tienes que ser apasionado de verdad, tienes que quererlo y estar dispuesto a invertir, y a dar de ti, con la ayuda de gente buena”, dijo el empresario.

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