09 Junio 2010
El Nuevo Día
Desalienta a los candidatos el exceso de trabajo
La doctora Glorisa Canino -en primer plano-, fue la investigadora principal del estudio sobre el perfil de los directores escolares.Por Aurora Rivera Arguinzoni / arivera@elnuevodia.com
En momentos en que el Departamento de Educación (DE) necesita reclutar a por lo menos 288 directores, una investigación revelada en exclusiva a El Nuevo Día sugiere que la tarea le será cuesta arriba.
La situación se agravaría ya que otros 576 pudieran retirarse en los próximos años puesto que la edad de retiro de estos profesionales es cada vez más temprana (57 años en el 2007 comparado con 63 en el 2003). Ello implicaría que casi un millar de escuelas carecería de una figura cuya función es comparable a la del principal oficial ejecutivo (CEO) de cualquier empresa.
El estudio fue comisionado por la Fundación Flamboyán a la investigadora Glorisa Canino, directora del Instituto de Investigación sobre Ciencias de la Conducta de la Universidad de Puerto Rico. El mismo se llevó a cabo durante los años 2007 y 2008, mediante entrevistas a cerca del 50% de los directores, y funcionarios de tan alto nivel como el entonces secretario de Educación, Rafael Aragunde.
“Es alarmante y hay que hacer algo”, urgió Canino en una mesa redunda con este diario.
Del estudio se desprende que la falta de incentivos económicos y el cúmulo de responsabilidades pudieran disuadir a los maestros de aspirar a ser directores. “Si uno mira el salario promedio de los directores escolares, con un bachillerato es de $3,020; con una maestría -que es el requisito hoy en día- es de $3,521 y con un PhD (doctorado) es de $3,663 al mes”, apuntó Guiomar García, directora ejecutiva de Fundación Flamboyán, entidad privada de familia que opera en Puerto Rico y Washington D.C. y que tiene entre sus metas aumentar el conocimiento sobre la educación pública.
El informe agrega que casi todos los directores ganan menos que algunos de los maestros que supervisan, y debido a que ocupan un puesto administrativos no cobran por horas extra, aunque la mayoría trabaja unas 60 horas semanales, en promedio.
Durante la mesa redonda trascendió que cuando a principios de esta década el DE adoptó el proyecto Carrera Magisterial para pagar maestrías y doctorados a sus docentes, los directores no fueron incluidos. “Hay compañeros que estudiaron su doctorado siendo maestros, se les dio el salario de la carrera magisterial y sobrepasan el sueldo de los directores (que llevan tiempo)”, explicó Howard Rivera, director de la Escuela Anselmo Vázquez, en Guayama.
No estudian en la UPR
Canino destacó que la mayoría de los directores completaron sus maestrías en instituciones privadas. “Teniendo la Universidad de Puerto Rico (UPR), que es más barata y un programa de maestría en educación, la vasta mayoría de los directores escolares no obtuvieron la maestría de la Universidad de Puerto Rico”, contrastó la doctora en psicología.
Carmen Dechoudens, directora de la Escuela Juanita García Peraza, en la barriada Israel, Hato Rey, opinó que la flexibilidad pudo ser un factor importante. Sin embargo, en los casos en que el DE pagó los estudios a maestros que luego se convirtieron en directores, representó un gasto mayor que no se tradujo en ingresos para la universidad del Estado.
Sin tanto peso los estudios graduados
A pesar de que el DE requiere poseer doctorado o maestría para ser director de escuela, la mayoría de los directores consultados (cerca del 50% ó unos 700) consideró que la experiencia previa, la asesoría de compañeros con quienes habían trabajado y su sentido de responsabilidad y compromiso fueron más valiosos a la hora de hacer su trabajo.
“Los directores son como el CEO en una compañía. Son al fin y al cabo los responsables por la calidad de la enseñanza que están recibiendo más de medio millón de niños y jóvenes de Puerto Rico”, recordó García.
Fundación Flamboyán
Es una fundación privada de familia que opera en Puerto Rico y Washington D.C. La Fundación está comprometida con la conceptualización, implantación y diseminación de proyectos investigativos que aumenten su conocimiento sobre la educación pública y le sirvan de guía para su programa de donativos y otras iniciativas que ayuden a mejorar la calidad del aprendizaje de estudiantes.
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