lunes, 31 de mayo de 2010

Nada malo en jugar a ser Dios

Nada malo en jugar a ser Dios
lunes, 31 de mayo de 2010
Arys L. Rodríguez Andino / Primera Hora

Los avances científicos, sobre todo en el campo de la ingeniería genética, siempre arrojan suspicacias en aquellos que piensan que no se debe “jugar a ser Dios”, pero para el profesor de bioética Leonides Santos y Vargas, ésa es mejor opción que “jugar a ser el diablo”.

Aunque no cree que Craig Venter, quien logró que una célula viviera con un genoma sintético, haya creado vida, sí reconoce que es un gran adelanto científico.

“Es una creación sintética de algo natural y tendrá muchas implicaciones dependiendo del punto de vista de quien observe. Los que creen en la ciencia verán un dato positivo”, señaló el director del Instituto de Bioética Eugenio María de Hostos, del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR.

Santos y Vargas no cree que la posibilidad de utilizar negativamente algo que también puede ser beneficioso deba ser un disuasivo para hacer experimentos científicos.

“La biotecnología tiene implicaciones duales. Puede hacer mucho bien y mucho mal, dependiendo de en manos de quién caiga y para qué se use. No es ni buena ni mala en sí misma. Lo malo o bueno serían los fines”, expuso.

El doctor en bioética reconoció que, si se llega a descifrar en su totalidad el código de la vida, la ciencia podría construir organismos vivos nuevos, modificar los que hay y construir otros que beneficien a la sociedad.

“Las plagas las crea la naturaleza y nadie dice que es perversa por eso. Ahora, el que sea el ser humano quien tenga el poder de modificar lo natural y ponerlo al servicio de ambiciones y de algo malo, a muchas personas les preocupa”, expresó.

Aunque el ser humano puede convertirse en un ángel o en un demonio, Santos y Vargas afirmó que el conocimiento científico ha hecho mucho bien y es lo que ha permitido, por ejemplo, duplicar la expectativa de vida.

“La especie humana históricamente es capaz de hacer el bien y gracias a nuestra educación sabemos que la ciencia mal utilizada puede crear caos, mucho daño. La bioética advierte que hemos llegado a una especie de encrucijada”, sostuvo.

Muchas de las enfermedades tienen un origen genético, así que la biotecnología podría ser la mejor herramienta para combatirlas.

“Si se hace sin daño, sin construir monstruosidades, si se hace para que la criatura sea feliz y que tenga las ventajas sociales, por qué no”, reflexionó Santos y Vargas sobre la manipulación genética que podría evitar malformaciones múltiples o prevenir males neurodegenerativos.

Si el ideal es escoger la mejor dieta o la mejor universidad, Santos y Vargas no considera antiético que también se seleccionen los mejores genes que puedan potenciar la salud y la inteligencia de un ser humano. “En el fondo, uno quisiera utilizar el conocimiento para el bien de la salud”, sostuvo. “Es la sociedad del conocimiento lo que permitirá que nos desarrollemos”, afirmó.

Que la Iglesia piense que la modificación genética es “jugar a ser Dios”, a Santos y Vargas prácticamente le parece un elogio.

“Ya quisiera yo que todos tuvieran la capacidad de jugar a ser Dios. El ataque a Irak, a Afganistán, el genocidio judío, eso fue jugar al diablo y no a Dios”, expresó. “En el fondo, la creencia religiosa se apoya en la fe, no en la evidencia, ni la necesitan”, expuso.

Para el doctor, el ser humano debería aspirar a la genialidad, algo que sin duda puede venir “escrito” en los genes.

“Ahora, el amor por la patria, la compasión por el que sufre, eso es parte de la inteligencia ética y eso no viene con los genes. Yo no les tengo miedo a los adelantos de la ciencia, sobre todo si convierte al ser humano más en manos de su destino”, puntualizó.

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