lunes, 7 de junio de 2010

Maravillas naturales que hay que proteger

Maravillas naturales que hay que proteger
jueves, 22 de abril de 2010
Sara M. Justicia Doll / Primera Hora
Hoy se celebra el Día del Planeta Tierra y resulta obligado hacerse las siguientes preguntas. ¿En Puerto Rico se actúa para conservar los valiosos recursos naturales de la Isla? ¿Se ha dado cuenta el Gobierno de que preservar las fuentes de agua potable y los ecosistemas que previenen las inundaciones costeras es un asunto de seguridad nacional?

Hoy, en el Día del Planeta Tierra, Primera Hora consultó a varios expertos sobre por qué urge proteger una decena de maravillas naturales que se encuentran en riesgo. Éstas son el Corredor Ecológico del Noreste (CEN), el karso, la Reserva Natural de Punta Viento, en Patillas; Punta Ventana y Punta Verraco, en Guayanilla; Vieques; Culebra; el estuario de la bahía de San Juan; Corredor Ecológico de San Juan; las dunas de Isabela y las cuevas de Aguas Buenas.

Según el director del Instituto de Dasonomía Tropical, Ariel Lugo, “el no considerar estas maravillas naturales, peor aún, tomar acciones para urbanizar y destruirlas, igual que la venta de isla de Mona por un dólar, son ejemplo del retroceso de Puerto Rico en los asuntos ambientales”.


Según el veterano científico, el desmantelamiento de la protección de los recursos naturales en la Isla tiene varias causas. Éstas son la idea equivocada de que la protección ambiental afecta negativamente el desarrollo económico; el abandono del interés público en la gestión gubernamental; el partidismo excesivo en el Gobierno que no promueve la conservación; la pérdida de valores éticos en sectores importantes de la sociedad que lleva a esas personas a poner sus intereses personales sobre los del país, y la corrupción rampante en todas las ramas del Gobierno.

De las 10 maravillas naturales presentadas, dos son nuestras islas municipio.

Respecto al valor natural de Vieques y Culebra, el director del programa Sea Grant en el Recinto Universitario de Mayagüez, Ruperto Chaparro, dijo que el abandono de ambas se debe a “la visión de isla en lugar de entender que somos un archipiélago. Se han tirado al deterioro ambas atracciones naturales que serían consideradas joyas o diamantes por cualquier administración gubernamental que reconozca su valor para las industrias del turismo y la recreación. Lo que se ha hecho con estas islas municipio no tiene perdón de Dios tanto en el aspecto social como en el de manejo de recursos y atracciones naturales. Peor ha sido el olvido de su gente”.




La derogación de la Reserva Natural del Corredor Ecológico del Noreste es algo insólito para la clase científica.

“El poder ejecutivo recientemente destruyó de un plumazo la Reserva Natural del CEN, eliminando así lo que se hizo con mucho esfuerzo y trabajo colaborativo entre gobierno y empresa privada y con el consenso de las comunidades cercanas. Podríamos ser el único país en el mundo donde se eliminan reservas naturales que han sido creadas. Nos parece insólito que aunque tomó 40 años proteger estas áreas tan importantes, después que Recursos Naturales así lo propone en la década de los setenta, sólo tomó varios segundos para eliminar esa protección al derogar la designación de resserva natural. Ésta es indispensable para garantizar la supervivencia de cerca de 50 especies que se encuentran en el área y cuyo estado es crítico, como los tinglares”, expresó el experto en anfibios y biodiversidad Rafael Joglar.

Puerto Rico es una de las jurisdicciones con más leyes ambientales, y éstas son de vanguardia pero existen más en papel que en la realidad. En la Legislatura los pasos son hacia atrás como comentó Luis Francisco Baerga, portavoz del Frente Ambiental Amigos de la Naturaleza de Patillas.

“La Reserva Natural Humedal de Punta Viento cuenta con 482 cuerdas, de las cuales 249 son de amortiguamiento. Ahora el Senado quiere quitarle la zona de amortiguamiento, lo que es una gran amenaza”, dijo Baerga.

La zona de amortiguamiento es crítica, sobre todo para un humedal, ya que incluye cuerpos de agua que discurren y nutren el ecosistema.

Y uno de los tesoros más hermosos escondidos en la reserva es el bosque de Pterocarpus. Estos árboles tienen unas raíces hermosas, rebuscadas y enormes, que forman unos laberintos en el área pantanosa donde crecen muy cerca de los mangles.

No es difícil imaginar cómo en Europa o en un país con conciencia ambiental este bosque tendría veredas interpretativas, rotulación educativa y facilitaría las visitas a los ciudadanos sin impactar las áreas cercanas con desarrollo.

Según el director del Fideicomiso de Conservación, Fernando Lloveras, “proteger sólo el 7% de nuestra cubierta de suelo supone que podemos utilizar el 93% de los recursos disponibles sin afectar la existencia de los habitantes de nuestras islas y la de futuras generaciones. Esta idea no es sólo errónea, sino imposible. La naturaleza no puede y no debe apreciarse sólo por su belleza o valor recreativo, o tomarse como una comodidad, sino que debe entenderse como lo que es: un sistema ecológico que brinda servicios indispensables para nuestra propia existencia”.

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