martes, 23 de marzo de 2010

En escalada cesáreas de adolescentes

martes, 23 de marzo de 2010
Leysa Caro González
Primera Hora

De forma dramática han despuntado las estadísticas de nacimientos por cesárea entre adolescentes en la Isla.

En el 1995, sólo el 16% de las adolescentes entre los 10 y 14 años parían mediante cesárea. Hoy día esa cifra está sobre el 41% para un aumento de un 150% en 13 años.

Son cifras alarmantes. Sin duda alguna se trata de una epidemia, consideran expertos en el área. Más aún si se toma en consideración que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que ningún país tenga más de 10 o 15 por ciento de alumbramientos a través de la cesárea.

En Puerto Rico, entre todos los grupos de edades, los partos a través del bisturí sobrepasan el 35%. “No hay justificación médica ni moral para que ningún país tenga más de un 15% de cesárea”, alertó Ana Parrilla, catedrática asociada del programa de Salud de la Madre y el Niño de la Escuela Graduada de Salud Pública.

El mismo patrón ascendente se observa entre cada grupo de edades, en las mujeres entre los 11 y 17, de 18 y 19 años y entre las mayores de 19 años.

“En las cesáreas a nivel de adolescentes ha habido un exponencial. En el 1995, de cada 100 niñas, 16 tuvieron cesáreas, y en el 2008 un 41.3%... Ha habido un aumento de un 150%”, señaló, por su parte, Gloria Montalvo, directora del Programa de Servicios Integrales de Salud a Adolescentes del Departamento de Salud.

El mismo patrón se observa entre las mujeres mayores de 19 años, aunque obviamente no presenta una curva tan marcada. Las cifras más recientes, que datan del 2007, ubican al 49.2% de las mujeres mayores de edad dando a luz gracias al bisturí.

En el 2006, la cifra estaba en el 48.3% y en el 2005 en 48.1%. Lo más bajas que han estado las estadísticas es en un 39.1% y fue para el año 2000.

En Estados Unidos, los números llegan sólo al 31%.

“Tenemos un problema de salud pública que no se le está dando la atención que debería tener y para mí hay un issue de género envuelto”, denunció Parrilla.

Más vulnerables las menores
Aunque obviamente la cesárea representa un proceso de “fracaso” para muchas de las mujeres, pues sólo cerca del 10% de estos procedimientos están justificados por razones médicas, para las adolescentes puede resultar una experiencia aún más dramática y hasta traumática.

Se trata de una etapa en que estas niñas no sólo enfrentan un estado para el que posiblemente no tengan la madurez emocional necesaria, sino que también posiblemente han sufrido el rechazo de su familia, de la sociedad y no han contado con el cuidado prenatal necesario.

Por estas mismas razones, pueden estar en riesgo de tener un parto prematuro o de traer al mundo a un pequeño bajo peso, lo que complica todo. De hecho, las estadísticas revelan que para el 2008 el 17% de los bebés de madres entre los 10 y 14 años nacieron bajo peso.

“Este aumento en las cesáreas es una de las situaciones que nos preocupa, porque el que una niña quede embarazada, ya el proceso en sí la impacta a ella, al bebé, a la familia, al padre adolescente, a la comunidad y al sistema de salud pública... Es una situación de mucho estrés para la adolescente”, señaló Montalvo.

Su mayor preocupación no son los costos económicos que conlleva el procedimiento quirúrgico, sino los costos emocionales y sociales para esas niñas.

“Cualquier intervención en una persona es un efecto adicional al proceso. En el caso de los nacimientos afecta también”, comentó.

Montalvo reconoce que son muchos los factores que pueden hacer la diferencia entre tener un parto natural o uno vía cesárea. Por eso, dijo, han formado un grupo de profesionales para analizar por qué cada días más mujeres llevan una herida en su vientre.

menos nacimientos
Dentro del complicado panorama, Montalvo celebró, si se puede llamar así, que el porcentaje de nacimientos entre adolescentes ha disminuido en cada uno de los renglones de edad.

Se trata de resultados preliminares, pero que, sin duda, reflejan que algo se está haciendo bien. Para Montalvo, además de lo efectivas que pueden estar siendo las campañas educativas, los jóvenes están tomando decisiones responsables.

“Más importante que la campaña es el acceso que tengan a servicios de salud sexual y reproductiva. Son ellos los que toman sus decisiones, nosotros trabajamos lo que son los valores y la responsabilidad de un embarazo para cuando tomen las decisiones sean unas saludables”, apuntó Montalvo.

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