El coquí guajón, un acróbata saltarín

miércoles, 17 de marzo de 2010
Sara M. Justicia Doll
Primera Hora

No se sabe cuántos hay por lo escondidos que permanecen. Quizás le huyen constantemente a toda amenaza humana que pueda perturbar su vida. Posiblemente lo más cercano que tengamos de ellos es su repetido cantar...

Sin embargo, los coquíes guajones son animalitos sensacionales y quizás su singularidad y las amenazas que enfrentan cada día con el desparrame urbano y la deforestación, es la que captó la atención del Centro para la Diversidad Biológica, organización que batalla legalmente por la protección de zonas sensitivas para especies variadas.

El coquí guajón es uno de los protagonistas dibujados en paquetes de condones distribuidos por el Centro para controlar la población.

¿Cuántos guajones quedan?“No es fácil decir cuántos quedan. Ése es un número desconocido pero bajo. El coquí guajón está ante presiones enormes de desarrollo y deforestación. Nosotros en el país somos expertos en destruir y deforestar”, aseguró el experto en anfibios y biodiversidad, el profesor Rafael Joglar.

Según el perito, el coquí guajón tiene unos ojos bien grandes que son así porque a lo largo de su evolución se ha adaptado a vivir en la oscuridad de las cuevas o guajonales del sureste de la Isla.

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“En las patas tiene cojinetes o discos digitales que son como unos chupones que les ayudan a agarrarse de las superficies para trepar las enormes rocas de los guajonales y desafiar las fuerzas de la gravedad”, dijo el experto.

Pero uno de los atractivos más particulares del guajón es que pueden saltar de 15 a 20 pies de altura como si fuesen acróbatas saltarines.

Los guajones hembra miden casi dos pulgadas y por eso son los coquíes más grandes que existen en Puerto Rico.

Como los demás anfibios, el estado tan delicado en el que se encuentra el guajón es demostrativo de las causas humanas que lo han provocado.

“La sobrepoblación ha impulsado en gran medida a que haya sobre 300 especies amenazadas y en peligro de extinción en Puerto Rico”, dijo Joglar.

Éste aseguró que gubernamentalmente se evidencia resistencia para designar zonas protegidas.

Los efectos de las actividades humanas han provocado que el coquí palmeado haya sido visto por última vez en 1976; el coquí dorado en 1981 y el coquí de Eneida en 1990.

otros coquíes en peligro Según consta en la página cibernética del proyecto Coquí,, la mayoría de los otros coquíes que existen en la Isla también están sufriendo bajas en sus poblaciones.

Éstos son el coquí común, elcoquí duende, el coquí caoba, el coquí melodioso, el coquí de Mona y el coquí martillito, entre otros.