viernes, 6 de noviembre de 2009

Quiero morir: idea común en niños y adolescentes

viernes, 6 de noviembre de 2009

Bárbara J. Figueroa Rosa

Primera Hora

Aunque suponemos que la infancia y la adolescencia son etapas felices en las que los pequeñines y jóvenes sólo piensan en pasarla bien con sus amistades, la triste realidad es que son muchos los miembros de estas poblaciones que presentan conductas suicidas.
En Puerto Rico, el caso es tan alarmante que los últimos datos ofrecidos por el informe anual de estadísticas vitales que realizó el Departamento de Salud en el 2005 indican que el suicidio es la cuarta causa de muerte de los jóvenes entre los 14 y 19 años, y la octava entre los niños de 10 a 14 años.

De hecho, un estudio realizado por la epidemióloga Linnette Rodríguez entre estudiantes de séptimo a duodécimo grado del sistema público del país, para la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas, evidencia que en esta población más de 30,000 adolescentes han intentado suicidarse.
Ejemplo de esta problemática social y de salubridad que estremece al país, se percibió tan reciente como esta semana cuando un adolescente de 14 años amenazó durante dos horas con lanzarse al vacío desde el séptimo piso de un edificio en Santurce.

Menos de 24 horas más tarde, otro niño de 10 años intentaba también quitarse la vida, utilizando el mismo método desde el segundo piso de una escuela en Ponce.
En ambos casos la intervención de las autoridades logró que los menores desistieran de sus deseos de morir y hoy, ambos muchachos se encuentran recluidos en unas instituciones hospitalarias recibiendo ayuda por parte de profesionales de la salud mental.

Sin embargo, hay otros casos fatales en los que la ayuda no llegó a tiempo pues, según datos ofrecidos por la Policía, hasta agosto de este año, tres menores de 17 años optaron por matarse, sumándose a la alarmante cifra de suicidios, que en lo que va de año alcanza los 265 casos, 42 más que los registrados en el 2008 para la misma fecha.
“Las manifestaciones de conducta suicida pueden estar presentes en todas las edades. Y aunque en los niños no es tan común que se consume, sí presentan bastantes pensamientos de muerte”, precisó Nydia Ortiz Pons, directora de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca).

De hecho, Ortiz Pons catalogó como “preocupante” que durante el último año Assmca ha realizado 1,583 intervenciones con menores de 17 años que han intentado suicidarse.
Entre éstos se destacan casos inimaginables de niños que con sólo tres añitos han intentado acabar con su corta vida.
“Parece increíble, pero conozco dos casos de niños de tres años que intentaron suicidarse con una soga y el otro con una correa de vestir. Eso nos deja claro que tenemos que estar pendientes a las señales de riesgo a cualquier edad”, manifestó, por su parte, la psicóloga Euridice Cruz, coordinadora de los Programas de Tratamiento para Niños y Adolescentes de Assmca.
Y es que, según la experta, detalles tan sencillos como cambios en el hábito alimenticio o el sueño del niño o adolescente podrían ser indicativos de que algo anda mal.

“El estado de ánimo también es importante, y hay que aclarar que mientras en los adultos la situación se manifiesta con tristeza y melancolía, en los niños podría surgir con problemas de conducta”, aclaró, al agregar que los detonantes para que un niño tome la drástica decisión de morir, en su mayoría, responden a que son víctimas de violencia.
“Se ha identificado que, en especial, los niños que han intentado suicidarse son víctimas de maltrato, violencia familiar o abuso sexual”, dijo la psicóloga.

Ambas expertas coincidieron en que la fórmula mágica para prevenir la idea o intento suicida en los niños y adolescentes es el amor y el apoyo de sus padres, familiares e incluso miembros de la comunidad escolar.
“Escuchar, dar apoyo, mostrarle amor y hacerle ver que quieres ayudarlo y que vas a estar ahí (en el proceso) son parte de las herramientas que van a ayudar a que ese niño o niña supere la crisis”, aconsejó al advertir que aun así es esencial buscar ayuda profesional, pues la rehabilitación en cualquier caso de manifestación suicida se trabaja en equipo con profesionales de la salud mental.

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