sábado, 31 de octubre de 2009

Nuevo límite a beber sabe mal

sábado, 31 de octubre de 2009
Antonio R. Gómez
Primera Hora

La legislación que reduce a un 0.02 por ciento el límite de alcohol en la sangre para conducir vehículos de motor tendrá su trámite en el Senado, pero los presidentes de las comisiones que podrían tener el proyecto para examen adelantaron ya sus reservas al mismo.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Restaurantes, Samuel Jové, calificó la legislación como “un disparate” y “otra improvisación” de parte de la Legislatura. La industria licorera reaccionó sorprendida con la acción legislativa.

El senador Antonio Soto, presidente de la Comisión de Comercio y Cooperativas, expresó su rechazo. “Mi forma de pensar es distinta a cómo está redactado el proyecto”, dijo. “No lo veo con buenos ojos. La gente quiere tener una vida social. Tendríamos que llenar las cárceles de quienes se tomen una cervecita o dos, que es algo casi medicinal”, sostuvo.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Seguridad Pública y Asuntos de la Judicatura, el senador Héctor Martínez, expresó que aunque no ha leído el proyecto, por lo que ha escuchado, esta legislación “convierte al que se bebe una cerveza en un criminal”. Lo mismo, dijo, aplica a una copa de vino. “Eso es como establecer la ley seca y lo absoluto no funciona”, sostuvo. “La intención es buena, pero yo no votaría a favor de esa legislación”.

El presidente de la Comisión de Gobierno del Senado, Carmelo Ríos, también expresó reservas. “Si la intención es que no haya gente borracha guiando, a lo mejor hay que hacer otra cosa que no es bajarlo a .02. Lo veo tan sospechoso que no tengo los elementos necesarios para defenderlo si estuviera de acuerdo”, señaló.
Advirtió que “el Gobierno no puede ser tan restrictivo porque crea una reacción y a veces esa reacción es peor”.

El portavoz popular en el Senado, José Luis Dalmau, expresó que la medida debe tener el trámite correspondiente y que “de entrada” la favorece, pero advirtió que tendría que ver si hubo un estudio profundo que justifique tal acción. “Nos gustaría saber qué piensa la Policía. ¿Podrá implantar una ley como ésa?, cuestionó.

Tras expresar que la medida es disparatada e improvisada, el presidente de la Asociación de Restaurantes expresó su total oposición a la misma. Aun cuando está de acuerdo con los esfuerzos para evitar que personas ebrias conduzcan, afirmó que “la sobrelegislación en nuestro país nos lleva a ponerle curitas a las heridas graves. El problema no está en el que se toma una cerveza”.

“No conocemos de una jurisdicción que tenga una ley tan restrictiva ni conocemos las razones que hayan impulsado a la Cámara a aprobar sorpresivamente esta medida sin la discusión debida sobre sus consecuencias”, expresó la industria licorera, en comunicado circulado ayer.

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