sábado, 10 de octubre de 2009

Un remedio que no se usa para la enfermedad

sábado, 10 de octubre de 2009
Arys L. Rodríguez Andino
Primera Hora

Cualquier profesional de la salud que haga una receta es responsable de lo que prescribe y, aunque en Puerto Rico el aborto es legal, no es lícito recetar un medicamento para terminar un embarazo si ése no es el propósito del fármaco.
Ésa fue la denuncia hecha por la presidenta del Colegio de Farmacéuticos, Julie Hurtado, quien notó entre marzo y abril de este año que había aumentado el despacho de recetas de Cytotec, un medicamento para tratar úlceras gástricas que había caído casi en el olvido por el surgimiento de nuevos tratamientos.

“Un medicamento que prácticamente tú lo tienes en desuso y de la noche a la mañana empiezan a llegarte recetas y a la vez salen unos artículos de que en México el medicamento estaba en boga para hacerse abortos”, narró Hurtado sobre los elementos que coincidieron para sospechar que el fármaco se utilizaba con otros propósitos. Eso, unido a que en Internet encontraron una página con dirección en Salinas que ofrecía la pastilla explícitamente para abortar.
“En esa página te hablan del medicamento con nombre y apellido. Abiertamente te lo dicen (que se usa para abortar)”, declaró Hurtado.

La coordinadora de Taller Salud, Alana Feldman, reconoció que el uso de Misoprostol (nombre genérico del Cytotec) para terminar embarazos tempranos es bastante común en países donde el aborto es ilegal.
“En otros países se han identificado ventajas porque no hay que poner a la persona bajo anestesia o los costos asociados a un aborto en clínicas”, manifestó Feldman, quien mencionó que en muchos países latinoamericanos donde terminar un embarazo es ilegal los medicamentos se pueden obtener sin receta.

“Si no hay los recursos, el Misoprostol es una opción que está disponible”, observó.
Acerca de por qué se recurre en Puerto Rico a usar el medicamento cuando existen métodos legales de terminación de embarazos, Feldman expuso que hay un problema de educación y otro económico.
“El Departamento de Educación tiene un currículo de edución sexual que es excelente, pero hay un problema craso de implementarlo”, denunció.

Entre los obstáculos destacó la falta del material educativo, personal del magisterio que no se siente cómodo con los temas relacionados con la sexualidad y maestros y maestras que se cohíben para no entrar en polémicas con temas que identifican como “controversiales”.
“Hay una política escrita, pero en la práctica varía mucho de una escuela a la otra de acuerdo a las posturas y creencias individuales”, destacó.

Otro elemento que limita el acceso a servicios de terminación de embarazo es que la mayoría de las entre seis y ocho clínicas existentes en el país están en la zona metropolitana.
“Qué recurso tiene una joven de Adjuntas, primero para prevenir un embarazo y luego, si no lo desea, para terminarlo. No está accesible en términos de transporte y costo”, expresó sobre un procedimiento que puede costar entre $200 y $400.
La falta de conocimiento es tal que un estudio encontró que las mujeres creen que el aborto es ilegal. “Hasta las que accesan a servicios de terminación de embarazos juran que es ilegal”, observó.

Como dato revelador, Feldaman comentó que Cuba y Puerto Rico, los dos países latinoamerianos donde es legal terminar un embarazo, son también los dos con el menor índice de abortos.

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