La vacuna para el virus AH1N1 es "segura y eficaz"

viernes, 23 de octubre de 2009
Francisco Rodríguez-Burns
Primera Hora

El proceso de vacunación contra la influenza AH1N1 comienza hoy en la Isla luego que se desatara una controversia sobre los posibles peligros del componente viral que es altamente recomendado para algunos grupos de la población.
Pero a pesar del miedo que podrían albergar algunos ciudadanos en torno a la nueva vacuna contra el AH1N1, las autoridades sanitarias respaldan las pruebas que se han realizado tanto en Estados Unidos como en otros países para comprobar su calidad y seguridad.
De hecho, algunos conocedores del tema, como el decano de la Escuela de Salud Pública de la Escuela Graduada del Recinto de Ciencias Médicas, José Fernando Cordero, aseguran que la nueva vacuna pasó por un escrutinio mucho más riguroso que las otras vacunas de temporada. Esto se debe, en gran medida, a varios estudios que se han realizado de manera simultánea por la comunidad científica.

“Ha habido más estudios con esta vacuna y se ha seguido el protocolo de la vacuna de temporada. (Todavía) se están realizando estudios a través de todo el mundo y se ha podido compartir la información de una manera mucho más ágil” , indicó Cordero.
El recelo que manifiestan muchos ciudadanos hacia el proceso de inoculación surge de informes que señalaron la rapidez con la cual se produjo el componente y la cantidad limitada de personas que participaron de sus pruebas de laboratorio. Los temores que históricamente se han asociado con las vacunas resurge una vez más con el componente viral manufacturado para inmunizar a la población ante el AH1N1.

No obstante, la vacuna también pasó por un análisis más riguroso debido a que el virus surgía de una nueva cepa cuyo grado de peligrosidad aún es objeto de estudio.
Artículos publicados en revistas médicas como el New England Journal of Medicine también han ayudado a disipar muchas de las dudas que giraban en torno a la seguridad de la vacuna. “Esto no se publica para las vacunas de temporada. Varios estudios publicados demuestran su seguridad”, sostuvo Cordero. “Los beneficios exceden por mucho sus posibles riesgos”, añadió.Contraindicaciones similiares
Las contraindicaciones de la vacuna AH1N1 son básicamente las mismas que las de otras vacunas de temporada. El nuevo componente se puede administrar mediante una inyección o a través de un atomizador que se aspira por la nariz.

Al igual que sucede con las otras vacunas de temporada, la nueva vacuna puede producir enrojecimiento en la piel, hinchazón y dolor muscular en el área de la inyección, al igual que fiebre baja.
Su aplicación intranasal, por otro lado, puede dificultar la respiración y causar dolor de cabeza, vómitos, fiebre y goteo de la nariz.
La vacuna no se debería administrar a personas con una alergia severa al huevo, ya que la misma se manufactura utilizando componentes del mismo, y tampoco debería ser recibida por personas que han experimentado reacciones alérgicas con otras vacunas.
No obstante, las autoridades sanitarias instan a que la misma se administre a toda persona que se encuentra dentro de los grupos de alto riesgo.

Nuevos estudios apuntan a que la gripe afecta más a niños y jóvenes que a los ancianos. Prácticamente la mitad de las personas que han sido hospitalizadas tienen menos de 24 años de edad, según un estudio realizado por el Centro federal para el Control de Enfermedades que documentó la cantidad de hospitalizaciones por la influenza en 27 estados.
Cabe destacar, sin embargo, que más de dos terceras partes de los fallecimientos por gripe porcina fueron personas entre los 25 y 64 años de edad.Los miedos
Según sostiene la revista LiveScience, el proceso de inoculación siempre ha provocado temor entre la población. A principios del siglo 20, el componente viral se vinculó al cáncer. A mediados de la década de los 50 se creía que las vacunas de la viruela y el polio podían transmitir las enfermedades y durante los 80 algunos vinculaban la vacuna al síndrome de mortalidad repentina. Durante los últimos años, el componente antiviral se ha vinculado al autismo, aunque no hay ningún estudio que haya podido establecer la conexión.