martes, 18 de agosto de 2009

Ascenso de policía asesinado levanta ronchas

martes, 18 de agosto de 2009
Maribel Hernández Pérez
Primera Hora

Sal en la herida.
La profunda pena que abruma a los familiares del policía Jorge Sánchez Santiago, asesinado el sábado por un delincuente al que ingresaría en la Cárcel Regional de Bayamón, se acrecentó ayer tras ser ascendido, en su féretro, al rango de sargento para el cual luchó durante años sin éxito.
En el incidente resultó herido de gravedad el director de la División de Vehículos Hurtados de Humacao, teniente Benjamín Santiago Fragosa, quien logró pedir ayuda a través de su celular.
“¡Qué malos son! ¿Por qué no te lo dieron en vida? ¿Por qué te lo dieron ahora que no lo puedes ver?… ¡Yo no puedo con esto!”, gritó con ira su viuda, Jennifer Hernández, frente al ataúd, tras el superintendente José E. Figueroa Sancha abandonar la capilla de la funeraria Guaynabo Memorial, donde fue expuesto a la una de la tarde de ayer.

Figueroa Sancha fue recibido con frialdad por los familiares del agente Sánchez Santiago, a quienes les dio el pésame a nombre del pueblo de Puerto Rico, estrechándoles las manos.
“Está ascendido póstumamente. Yo sé que quería recibir el rango en vida como me lo expresó su viuda Jennifer ayer (domingo)”, se limitó a expresar Figueroa Sancha.
Luego de sus breves expresiones de condolencias, un sargento, para romper el hielo, pidió a los asistentes un aplauso para el policía caído en el cumplimiento del deber.

José Antonio Sánchez, uno de los cuatro hermanos de la víctima, manifestó a Primera Hora su dolor por el tardío ascenso, ya que durante el pasado año Jorge trabajaba descontento por los problemas en la agencia y las dificultades por las que atravesó para lograr el rango a pesar de sus esfuerzos.,
“Durante el último año en la Policía estaba descontento. Después de muerto, ¿para qué quiere el ascenso? No es fácil”, sostuvo su hermano mayor.

Al mismo tiempo, declaró que -aunque considera que la justicia, tanto la divina como la terrenal, debe encargarse del asesino de su hermano-, no cree en las expresiones de arrepentimiento del sujeto, Ricardo Lebrón Berríos.
“El perdón que pidió no fue sincero, fue una mueca. El perdón que él dice es como una burla. Dios es el que sabe y las autoridades son las que lo juzgarán”, agregó.
También expresó con dolor que Lebrón Berríos lo mató “de abuso”.

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