jueves, 9 de julio de 2009

A ‘soplar’ en la barra

Por Maricarmen Rivera Sánchez
EL VOCERO
09 de julio de 2009 05:00 am

La Cámara considera un proyecto que obligaría a los bares a adquirir alcoholímetros, sin embargo no le exige a los bebedores hacerse la prueba antes de ponerse tras el volante de un carro.

De aprobarse esta legislación, los comerciantes que no adquieran estas máquinas enfrentarían multas de hasta $1,000.Sin embargo, la Comisión para la Seguridad en el Tránsito advirtió ayer que es poco lo que aporta este proyecto para eliminar los conductores ebrios.
“A pesar de que favorecemos el espíritu de la legislación…nos preguntamos si realmente el mecanismo servirá su propósito tratándose de un examen voluntario. De hecho, aflora la interrogante de qué ocurriría cuando una persona que se ha sometido voluntariamente a esta prueba de aliento arroje un resultado que exceda los límites permitidos por la (ley)”, opinó Miguel Santini Padilla, director ejecutivo de la Comisión.

El presidente de la Comisión cameral de Desarrollo Socioeconómico, José Chico, se mostró inconforme con la postura de la Comisión para la Seguridad en el Tránsito y los urgió a “revisarla”.
“No estamos satisfechos con la posición de la Comisión”, dijo Chico. “Se le debe caer la cara de vergüenza a la Comisión (para la Seguridad en el Tránsito) cuando se tuvo que intervenir anoche en San Juan para evitar que se siguieran vendiendo bebidas a jóvenes”.

El proyecto fue radicado por el legislador novoprogresista Angel Rodríguez Miranda. Varios párrafos de la medida, radicada en mayo, se destinan a explicar el efecto del alcohol en la sangre y la dificultad de medir los niveles de alcohol en la sangre y el cerebro.
La medida parte de la premisa de que beber es aceptable en la Isla y contiene frases como “en Puerto Rico no solamente se bebe, sino que se bebe mucho” y añade que “como hay tanta gente que bebe tanto y estando la costumbre de beber tan vinculada con hábitos, patrones y relaciones de familia, de comunidad, de trabajo entre amistades, es fácil trivializar, minimizar o sencillamente ver como algo natural que la gente beba mucho”.

Rodríguez Miranda defendió el proyecto y dijo que cada persona debe “tener la certeza de si está borracho o apto para guiar”. De aprobarse este proyecto, todos los establecimientos comerciales que venden bebidas alcohólicas deberá tener un instrumento de prueba de aliento. El Departamento de Salud podría imponer multas de hasta $1,000 a los que no cumplan con esta reglamentación.

En la pasada sesión, la Cámara aprobó otro proyecto para que los acusados de beber bajo los efectos del alcohol tengan que usar un dispositivo similar para poder prender sus carros. El proyecto no fue aprobado por el Senado.

En su ponencia ante la Comisión cameral de Desarrollo Socioeconómico, Santini Padilla cuestionó que el proyecto no mencione qué responsabilidad tendría el comerciante en caso de que un cliente tenga un resultado mayor al permitido por ley.
Explicó que, de acuerdo con una decisión del Tribunal Supremo, los dueños de estos establecimientos serían responsables en caso de que una persona que haya consumido demasiado alcohol provoque un accidente. Así las cosas, cuestionó para qué serviría el mecanismo cuando los comerciantes buscarán protegerse de posibles acciones civiles.

“Hasta qué punto al dueño del establecimiento le va a interesar conocer ese resultado cuando ya el (Supremo) resolvió que claramente procede una causa de acción en daños y perjuicios”, dijo Santini Padilla.
Sugiere que los bebedores paguen
El superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha, sugirió aliviar el gasto que representaría estas máquinas para los comerciantes con alcoholímetros que operen con monedas.

Favoreció la medida y catalogó los alcoholímetros como “una herramienta primordial que facilita a los dueños de los establecimientos mencionados cumplir cabalmente con la diligencia establecida por ley y a la misma vez cooperando con la Policía en su deber de proveer carreteras más seguras”.
Hasta mayo la Policía ha intervenido 5, 177 conductores de los cuales 4,179 han sido citados por contar con más de .08% de alcohol en la sangre, de acuerdo con estadísticas de la Superintendencia Auxiliar en Operaciones de Campo. El 40% de los accidentes, se informó, son provocados por conductores ebrios.

“Queda meridianamente claro que es necesario auscultar nuevas herramientas que propendan a proveer carreteras más seguras y crear conciencia sobre la necesidad de ser responsables a la hora de operar un negocio”, dijo Figueroa Sancha en su ponencia.

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