jueves, 15 de enero de 2009

No hay oro para la edad dorada

jueves, 15 de enero de 2009
Sara M. Justicia Doll
Primera Hora

La población anciana en Puerto Rico cada vez se hace más pobre. Los costos de lo que para ellos es sumamente necesario se han duplicado. Las ayudas cada vez son menos.

Esa radiografía tan desalentadora es parte de los hallazgos del estudio “Equidad económica de la población de edad avanzada de Puerto Rico”, presentado ayer por la procuradora de las Personas de Edad Avanzada, Rossana López León.

El estudio reveló que la mayoría de esta población son mujeres y que en muchos casos éstas no tienen las mejores condiciones de vida.

Se encontró también que las consecuencias de los altos costos para la vejez en Puerto Rico repercuten en que éstos no puedan comprar sus medicamentos, pagar las utilidades, la transportación. Mueren, de hecho, porque al no poder comprar sus medicamentos su salud se degenera. También es una población vulnerable al suicidio por una razón: la soledad.

“Es hora de que nos pongamos a pensar en nuestros viejos”, subrayó la Procuradora, quien ayer mismo envió una carta al gobernador Luis Fortuño para sentarse a discutir los hallazgos del estudio de la autoría de la socióloga Linda Colón y el economista Heriberto Marín.

El estudio arrojó que el 43.6 por ciento de las personas de 65 años o más estaban bajo el nivel de pobreza. En 43 municipios, el 63 por ciento de la totalidad de los pueblos de la Isla, más del 50 por ciento de las personas de 65 años viven bajo el nivel de pobreza.

Los municipios donde residen la mayor parte de ancianos en niveles de pobreza son Las Marías, Lares, Maricao, Florida, Villalba y San Lorenzo.

“La pobreza es un gran problema estructural. Todo sube, pero los sueldos no y la pobreza ataca fuertemente a nuestros viejos”, aseguró el economista Marín, quien detalló que contrario a la percepción general que pudiera apuntar a que muchos de nuestros viejos se benefician del Programa de Asistencia Nutricional (PAN), sólo el 28 por ciento de la población de 60 años o más recibe esta ayuda.

La situación económica para los ancianos se agrava cuando quieren permanecer en el mundo laboral y/o readiestrarse y se les cierran las puertas. Se estima que el 18.9 por ciento de los empleados de edad avanzada están en la economía informal.

Entonces, al no poder generar ingresos, la ayuda principal se convierte en el Seguro Social y pensiones públicas y privadas. El 78.3 por ciento de la población se beneficiaría del Seguro Social, que alcanza como promedio anual los $5,057. De recibir pensión, ésta pudiera ser de aproximadamente $1,174 y si reciben salario por trabajo, $3,058.

“Estos datos sugieren que el ingreso promedio anual que reciben estas personas proveniente de los fondos de retiro y seguro social federal no es suficiente para alcanzar lo que es el nivel de ingreso mínimo necesario para estar por encima del nivel de pobreza”, sostuvo el economista.
La situación se vuelve peor, ya que el costo de la canasta básica se ha duplicado de 2001 a 2008. Una canasta cuyo valor hubiese sido $583 cuesta ahora $1,120.

“Hemos estimado que para las personas de edad avanzada pertenecientes a nuestra encuesta, el déficit con respecto a la canasta de bienes es de 60 por ciento para los que viven solos y 26 por ciento para los que viven en pareja”, agregó el economista.

El panorama de los ancianos no es ajeno para el alcalde de Hormigueros, Pedro García, quien tiene en su pueblo el mayor número de personas sobre los 60 años, que componen el 20.4 por ciento de su población. “Actualmente, estamos en medio de la construcción de un centro de cuidado diurno; también tenemos que proveer amas de llaves a la enorme cantidad de ancianos que tenemos en nuestro pueblo. Pero, tenemos que hacer más”, dijo el Alcalde, quien estima en más de $500,000 los gastos de su presupuesto de $12 millones.

Mientras tanto, el administrador del Hospital Menonita en Cayey, Pedro Meléndez, denunció el abandono, la soledad y la penuria en la que viven los ancianos que van a su institución y llegan a morir allí.

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