jueves, 15 de enero de 2009

Regalo de amor que sana heridas

jueves, 15 de enero de 2009
Leysa Caro González
Primera Hora

Durante semanas Gilbert Vázquez cuestionó la muerte de su único hijo varón, un joven prometedor a punto de completar un bachillerato en ingeniería del Colegio de Mayagüez.
La noche del 27 de febrero de 2004 su primogénito, quien llevaba su mismo nombre, murió en un accidente automovilístico. Su vida cambió totalmente.

Las semanas posteriores fueron las más difíciles de su vida. Las dedicó a extrañar a su hijo. Cada vez que iba camino a su trabajo en Vega Alta iba llorando, recordó.
No fue hasta una mañana que recibió una carta de Lifelink, organización certificada para realizar la recuperación de órganos y tejidos en la Isla, que entendió por qué la partida de su hijo se había anticipado.

Sus tejidos ayudaron a 33 personas.
“Fueron momentos difíciles, pero cuando yo abrí esa carta y leí que con sus tejidos nada más había ayudado a 33 personas... comprendí el porqué de su muerte”, indicó Vázquez.
“Es una satisfacción de que 33 personas están por ahí con algo del hijo mío”, agregó.
Vázquez no pudo donar los órganos de su hijo por el tiempo que transcurrió entre el accidente y el momento en que llegó a Mayagüez, donde ocurrió el trágico suceso.
Desde entonces, Vázquez se ha dedicado a realizar trabajo voluntario para Lifelink, llevando el mensaje de la importancia de la donación de órganos.

Ayer, la organización enfiló sus cañones hacia el desarrollo de un registro electrónico de donantes a los fines de incrementar el número de personas con deseos de hacer un regalo de vida.
En territorios de Estados Unidos, donde ya se ha creado este registro, se ha experimentado un alza en el número de donantes.

Aunque su creación está aprobada desde el 2006, Lifelink no ha podido concretar el mismo ante la falta de una serie de mecanismos que aún están en desarrollo. Marien Saadé, directora ejecutiva de Lifelink, se mostró optimista en su inicio.

Éste será uno de los temas que se abordará durante la celebración de la asamblea anual de la Asociación de Organizaciones de Recuperación de Órganos.

Aunque a nivel local la donación ha experimentado un incremento, en la Isla hay más de 300 personas a la espera de un trasplante de corazón, riñón o páncreas, por lo que Kahlil Encarnación, recipiente de un trasplante de riñón, les hizo un llamado a las personas a expresar en vida sus deseos de ser donantes.

“La energía que tengo desde el trasplante es impresionante. Me siento bien y superagradecido. Compré mi casa, tengo novia y la vida me ha cambiado”, dijo sobre la transformación que ha experimentado desde la operación.

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