lunes, 25 de mayo de 2009

Alejados del mundo

lunes, 25 de mayo de 2009
Libni Sanjurjo Meléndez
Primera Hora

Aplazamiento de la “vida normal” por la obra misionera.
Son jóvenes extranjeros, pero no se han zambullido en las populares playas de la Isla. Estarán aquí hasta dos años sin entretenerse con salidas a fiestas o al cine.
Están concentrados, los siete días de la semana, en servir y tocar las puertas de las casas para llevar el mensaje, a pie o en bicicleta, de unidad familiar, salvación, felicidad y bendición que promueve la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

El aplazamiento de estos placeres no atribula a los llamados mormones. Todo lo contrario. Son alegres y hablan de manera convincente sobre las razones que los llevaron a separarse de sus familias, posponer la entrada a la universidad y ahorrar dinero para sufragar sus propios gastos, como hospedaje.

Así lo comunicaron a Primera Hora siete jóvenes misioneros de 20, 21 y 22 años, procedentes de Estados Unidos, Colombia, Guatemala y hasta de Puerto Rico.
“Hemos sido apartados del mundo... Si nosotros estamos pendientes de ir al cine o de escuchar música, de ver televisión o ir a bailar, vamos a alejarnos de lo que realmente tenemos que hacer, que es la obra del Señor por este corto tiempo”, explica el colombiano Elder Contreras.
“No es que no lo hicimos antes, o que no lo vamos a hacer después. Lo que estamos haciendo ahora es más importante que todo lo que vamos a hacer en nuestras vidas. Esos dos años nos apartamos del mundo y tratamos de ser 100 porciento representantes de Jesucristo”, añadió el joven Elder Richards, de 20 años y oriundo de Idaho.

Todos se llaman Elder más sus respectivos apellidos, mientras que las hembras sustituyen Elder por Hermana. Es un título común, dicen.
Formales, rechazados y sin cansancio
Siempre visten formalmente y andan en parejas del mismo sexo. Las mujeres son misioneras voluntarias por un periodo menor al de los varones: año y medio.

Según la historia, José Smith -considerado un profeta- fue escogido por Dios para restaurar la Iglesia de Jesucristo en la Tierra luego que en 1820 orara para saber a qué iglesia acudir.
Los llaman mormones por el Libro del Mormón, colección de escritos de antiguos profetas. También usan la Biblia.

¿No temen al rechazo al llegar a una casa?
“Si la gente rechazó a Jesucristo, pensamos que pueden rechazarnos a nosotros. Pero ésa es la obra del misionero de Jesucristo, intentar que las personas nos reciban”, comenta Contreras.
Pero pueden ser peligrosas esas visitas.
En una ocasión, un individuo de Santurce le “decía a su perro que nos fuera a morder... Teníamos que correr”, recordó entre risas.
¿No se cansan de lo mismo?
“La gente piensa que solamente vamos y tocamos puertas, pero hacemos muchas cosas más. Estamos enseñando una clase de inglés gratis y hacemos servicios en las casas, como pintar y cortar la grama”.
Al final de la jornada misionera, sostiene Contreras, lo más difícil es regresar a casa.
“Aprendemos a tener tanto amor por las personas, y tanto amor por el Evangelio, que queremos seguir siendo misioneros. Pero... (hay que) ir a hacer lo que cada persona debe hacer: trabajar, estudiar...”, destaca.
“Después de la misión”, manifiesta Elder González, de 20 años y nacido en California, “habrá oportunidad de regresar a la vida normal”.

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